Introduccion a este espacio

Por Vicente Pincén

Las instituciones educativas de hoy reproducen el orden social existente. Esta afirmación no es nueva ni gratuita.

Desde principios del siglo XX hasta nuestros días, multitudes de pedagógos reconocidos, educadores de todas las corrientes, expertos en educación y empleados del sistema educativo, la han sostenido con mayor o menor academicismo, formal o informalmente, y en diferentes ámbitos; pero la realidad es que mas allá de ampulosas declamaciones, sesudas argumentaciones en pos de una educación liberadora e infinidad de volúmenes(homologados incluso por quienes ocupan posiciones de prestigio en la materia) que plantean la evidente necesidad de un cambio radical en los fines y los medios con que se encara la ambiciosa tarea de educar a un pueblo, poco o nada se ha hecho en el sentido de una verdadera transformación del paradigma educacional.

Cierto es que a lo largo del tiempo se desarrollaron en el país una gran cantidad de experiencias educativas tendientes a transmitir, además de nociones propias de las diferentes disciplinas científicas, valores orientados a fortalecer la construcción de una sociedad más justa, libre y solidaria, como fueron por ejemplo las escuelas racionalistas y hoy son los bachilleratos populares. Pero esos intentos de transformación fueron y son sistemáticamente invisibilizados, excluidos e incluso combatidos, con el fin favorecer la enseñanza de contenidos que las persona deben adquirir para mejor desarrollarse en un mundo laboral, al que se ingresa como una pieza mas en el engranaje que tritura seres para alimentar un mercado que consume hasta agotar las riquezas brindadas por la naturaleza y promueve entre las personas relaciones de dominio-dependencia.

Lógicamente que no se puede hacer exclusivamente responsable de dicha situación a la escuela actual, ya que muchos factores influyen en la configuración de las relaciones interpersonales de una población, pero efectivamente, ésta juega un papel fundamental ya que es en gran medida la que se encarga de una parte importante de la estructuración de la personalidad de millones de niños/as y jóvenes que son formados en su seno y de su labor depende que esos sujetos influyan positiva o negativamente en el entramado social.

Nos planteamos entonces desde este espacio, sondear las profundidades de nuestro sistema educativo con el fin de aproximarnos a una comprensión del impacto que éste produce en la configuración de nuestra sociedad, analizar los intereses que se ponen en juego a la hora de planificar las políticas educativas y visualizar aquellas experiencias que apuntan a la transformación social a través del uso de los saberes.

 

 

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