El Loco, el Tigre y el Tirano (breve reseña sobre el libro de D. F. Sarmiento, “Facundo. Civilización y Barbarie”)

La novicia pluma se resiste a azuzar la memoria y el alma de un gigante de nuestra literatura, empero el momento histórico en el que le ha tocado en suerte vivir, infunde valor a quien esta reseña escribe para profanar el arcón de los dioses de bronce y regodearse mancillando glorias pretéritas y actuales.

Por Vicente Pincén. Vicentepincen.ancap@gmail.com

Los incultos no deberían atreverse nunca a expresar sus ideas sobre las grandes obras, so pena de atraerse la cólera de los eruditos. No obstante, invocando el coraje de los aguerridos gauchos que formaron las montoneras, la emprenderemos con el exacerbado libro de D. F. Sarmiento conocido como “El Facundo”

Exiliado en Chile y en una etapa de esforzado ascenso de su carrera política, el “padre del aula” vomita sobre el papel la idea que en su afiebrada psiquis había construido de la vida del famoso caudillo riojano, Juan Facundo Quiroga, con la intención de agitar el avispero social de una argentina carcomida por guerras internas y externas.

Apuntado al corazón del omnímodo poder rosista, “Facundo. Civilización y Barbarie” es un extenso panfleto que demoniza la visceral idiosincrasia autóctona, arguyendo los beneficios de la cultura europea con la cual el autor se había nutrido sorbiendo el néctar narcotizante de foráneos escritores.

Con prosa implacable y sintaxis única Sarmiento invoca la figura de Quiroga para destruir todo el mundo de los caudillos que éste representa y poner el sello de caducidad a la incipiente organización social de un pueblo obligado a cerrar filas frente a la amenaza de florecientes estados de naturaleza imperialista.

Las ideas e imágenes plasmadas en el “Facundo” destilan sangre, exhalan ferocidad e inhalan el acre olor mezcla de sudor y pólvora que conformaban la atmósfera en la cual se desarrollaron los sucesos que pretende historiar desde la subjetividad del contendiente.

El general Quiroga se convierte entonces en el despiadado “Tigre de los llanos” que simboliza la cultura de los bárbaros sistematizada en Rosas y amortiguada por el populismo sui géneris que el último emplea para manejar el proto-país como si fuera una de sus estancias.

Publicado originalmente por el periódico chileno “El Progreso” en el año 1845, vio la luz plagado de errores de fechas, lugares y personajes, sin embargo, y a pesar de las acertadas correcciones que Valentín Alsina le sugiriera, Sarmiento se niega a enmendarlos argumentando que de introducir los cambios propuestos, el libro perdería su esencia y no cumpliría con el objetivo para el cual fue concebido.

Así llega hasta nuestros días la parcial biografía de un hombre que encarnó un tiempo y un pueblo, la cual pretende combatir una tiranía bárbara que sojuzga un pueblo aún mas bárbaro.

Quien hoy lea “Facundo. Civilización y Barbarie” se expone a dejarse cautivar por la excelente narrativa de un incansable agitador de ideas calenturientas y a darse la oportunidad de dudar que la “Mashorca” haya fenecido junto al gobierno de Juan Manuel de Rosas.

 

 

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