La tarde noche previa a la reconstrucción de los hechos que sucedieron la madrugada del 31 de enero de 2009, tratando de descifrar cómo se provocó la muerte de Luciano Arruga, se debatió en las instalaciones de la Cooperativa de trabajo Lavaca, como el caso de Luciano Arruga tiene que ser un punto de inflexión en la sociedad respecto a la violencia institucional por parte del Estado. Por Juan Meza
La convocatoria la hizo la Cooperativa de trabajo Lavaca en sus instalaciones para debatir sobre el caso Luciano Arruga, a las 18 Hs del pasado 3 de diciembre fue el inicio de la charla. Los oradores fueron Vanesa Orieta, hermana de Luciano e incansable luchadora y denunciante de los abusos que ejercen las fuerzas represivas del Estado sobre los pibes en los barrios más marginales y vulnerables, junto a Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales que brindaron apoyo a “Familiares y amigos de Luciano Arruga”, presentando el Habeas Corpus que derivó en la aparición del cuerpo del menor, y Verónica Heredia, hoy abogada de lavaca, profesional que llevó adelante la causa por la detención arbitraria, tortura y desaparición forzada de Iván Eladio Torres Millacura en la comisaría primera de Comodoro Rivadavia, Chubut y especialista en Habeas Corpus.
El enfoque central de la charla se posó sobre cómo se relaciona el pedido de “más seguridad” por parte de la sociedad, con la desaparición de Luciano y cómo este caso tiene que ser un punto de inflexión en el pensar las futuras sociedades respecto a los derechos humanos.
Hagamos memoria
El destacamento de Lomas del Mirador, donde se vio con vida por última vez a Luciano Arruga, se creó en el año 2007 a pedido de los vecinos que reclamaban más seguridad, apuntando a que los jóvenes de los barrios marginales eran los responsables de que los vecinos vivan con miedo. El destacamento nació así y fue el encargado de “encerrar” a los posibles sospechosos, los que todos conocemos como los “pibes chorros”, Vanesa aquí hace un pedido de que como sociedad pensemos en el pibe chorro, como haciendo solamente mención uno ya se imagina a un menor con gorra y arriba de una moto. El pedido de ella es que tratemos de sacarnos esos prejuicios y comprender que este motus impuesto por la oligarquía que manejan los grandes medios masivos de información, es justamente para generar el miedo, porque la noticia morbosa y policial vende.
En Septiembre de 2008 cuando Vanesa fue a buscar a Luciano al destacamento, por su detención, fue testigo de su tortura. La noche del 31 de enero de 2009 Luciano iba camino a la casa de Vanesa cuando lo volvieron a detener y allí es donde se lo vio ultima vez con vida.
Luciano siempre se negó al pedido de los policías de que robe para ellos, esto no es una falaz afirmación sino que es una realidad que se respira en todos los barrios marginales del conurbano, donde el único representante del Estado en los barrios, la policía, es el que insiste en que los pibes más vulnerables “trabajen” para ellos, prometiéndoles que no les va a pasar nada y parte de cualquier botín que puedan conseguir. Cuando el hecho ocurre, los encierran, mostrándoles a la sociedad cuán importante es la policía en la vida del país, para luego soltarlos y que vuelvan a cometer el “trabajo” y así cumplir un círculo en el que solo se ven beneficiados los uniformados.
Muy pocos son los pibes que les dicen que no, y esto tiene un precio muy alto, la vida misma.
En lavaca
La charla fue iniciada por Vanesa donde expuso con la claridad a la que nos tiene acostumbrados, todo su pensamiento respecto a cómo la policía interfiere en la vida de los barrios, y de cómo la sociedad apunta solamente a los pobres, criminalizándolos, sin comprender quizás, que el problema viene de la escala más alta de la sociedad. Comparó cómo el sistema está estructurado para apoyar a los estudiantes aspirantes a policías donde estos cobran por mes un sueldo por parte del Estado, haciendo actividad física y estudiando, con salida laboral inmediata, en comparación a los estudiantes de sociología, medicina o cualquier otra rama, en la que les cuesta conseguir una beca y luego del título un trabajo en donde pueda desarrollar todo su conocimiento. No culpa a los estudiantes a policía sino al sistema que les brinda todo esto a cambio de mantener la chapa y “el orden establecido”. Vanesa hablando por Luciano y por todos los Lucianos hizo mención confirmando y reafirmando que hay muchos más desaparecidos en Democracia de lo que concluye la CORREPI.
Luego fue el turno de Verónica Heredia, que le dio el aspecto legal a la problemática, donde afirma que en Argentina el delito de lesa humanidad de la desaparición forzada de personas fue identificado a partir de los casos como el de Iván Torres, Luciano Arruga o Julio López. Tenemos que recordar que Verónica llevó la denuncia de Iván Torres a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde el fallo indicó que el Estado argentino debía investigar sobre la desaparición de Iván. Dicho fallo aún sigue sin llevarse a cabo, el Estado argentino, totalmente impune sigue sin buscarlo, y la familia sigue sin saber de su paradero. Es aquí donde ella afirma, en la nota de la última revista MU que “el Habeas Corpus es la herramienta que pone límite a la impunidad del poder que fue utilizada por las madres en la última dictadura militar y que ha perdido su eficacia por la inacción de la justicia que la rechaza sistemáticamente”. Afirmó todo lo dicho por Vanesa desde el punto de vista jurídico, dándole un valor mayor a la palabra de la primera interlocutora.
Luego se le paso el micrófono a Gastón Chillier, quien propuso que la aparición del cuerpo de Luciano tiene que ser el punto de inflexión de todos, y tratar de comprender que no es Luciano Arruga la víctima, sino que somos todos, de que todos podemos ser Luciano Arruga, Iván Torres, Julio López, por citar unos ejemplos. El director ejecutivo del CELS afirma que la desaparición en democracia es aun más terrible que la desaparición en un gobierno defacto, ya que las condiciones son peores, porque en democracia estamos amparados por la ley, que la dictadura te saca, pero se suceden los mismo hechos de lesa humanidad con total impunidad, sin llegar a juzgar a nadie de los altos mandos de un gobierno.
Para cerrar la charla, Claudia Acuña propuso entre todos los presentes debatir esta temática del punto de inflexión, donde se expusieron varias voces, entre las que rescatamos la de la tía de Cristian Farías, joven asesinado por la policía en Santiago de Estero. La caratula por la muerte de Cristian primero era la de accidente, luego de que declaro su amigo, que iba con él en la moto antes de su deceso, cambio automáticamente por asesinato, ya que contó que un auto sin patente los empezó a perseguir y a tirar tiros, sin darles la voz de alto. La tía de Cristian, desesperada porque en Santiago, provincia feudal en la que todos se conocen con todos, nadie atiende su causa y los medios de allí son afines al gobierno de Claudia Zamora. Al interactuar en una breve charla entre Vanesa y la mujer en cuestión, podemos sacar la conclusión de que en que cualquier parte de la Argentina la problemática es la misma, la criminalización del pobre, donde se lo hostiga, donde se lo marca como el enemigo, y donde no se comprende que los reales enemigos que hoy tiene la sociedad argentina son la desigualdad y el ego de una sociedad dividida por la opinión pública que imponen los grandes medios de comunicación masiva, de la mano del gobierno de turno. La historia siempre fue la misma, hoy se repite, pero de a poco se va despertando una nueva era en la que se comprende que los derechos humanos no culminan en una frase de “NUNCA MAS”, sino que va hasta el final del problema.