Llegamos a Granada con mucha expectativa gracias a las fotos que habíamos podido espiar en Internet. Se la veía muy colonial, con casitas de colores, una autentica postal de viajes.
Y así fue… recorrer sus calles con la cámara fue un lindo paseo, retratamos su elegancia, su historia y su gente lo mejor que pudimos.
Vivimos unos días en un hostel junto a Elen y Lucho, otros cuantos en la casa de Carsten y Meike, dos alemanes que nos alojaron a través de Couchsurfing. También nos encontramos con nuestros amigos Alan y Tomy, ya recuperados del maldito dengue pescado en Costa Rica.
Tuvimos la suerte de nadar en la Laguna de Apoyo, una bien inmensa con aguas transparentes y celestes. Gracias al consejo de nuestros anfitriones, caminamos por un sendero que nos llevó a una parte solitaria de la laguna, sin turistas, completamente vacía. Gran recuerdo, sin registro fotográfico porque fuimos solo con agua y las llaves de la casa.
La plaza principal esta llena de caballos adornados como medio de transporte, como entretenimiento para «pasear». Tracción a sangre, esclavitud, sometimiento. Hasta cuando vamos a seguir en este camino? Hasta donde vamos a estirar la cuerda? Cuando vamos a empezar a dejar vivir a los demás?
La revolucionaria León.
Queríamos llegar a León para conocer el Museo de la Revolución. Años de historia, de lucha latinoamericana en contra de los opresores y las dictaduras. Años de escuchar historias sobre Sandino… y finalmente pisábamos la tierra en donde todo ocurrió.
Se partió en Nicaragua
otro hierro caliente
con que el águila daba
su señal a la gente
Se partió en Nicaragua
otra soga con cebo
con que el águila ataba
por el cuello al obrero
Se ha prendido la hierba
dentro del continente
las fronteras se besan
y se ponen ardientes
Me recuerdo de un hombre
que por esto moría
y que viendo este día
-como espectro del monte-
jubiloso reía
El espectro es Sandino
con Bolívar y el Che
porque el mismo camino
caminaron los tres
Estos tres caminantes
con idéntica suerte
ya se han hecho gigantes
ya burlaron la muerte
Ahora el aguila tiene
su dolencia mayor
Nicaragua le duele
pues le duele el amor
Y le duele que el niño
vaya sano a la escuela
porque de esa madera
de justicia y cariño
no se afila su espuela
Andará Nicaragua
su camino en la gloria
porque fue sangre sabia
la que hizo su historia
Te lo dice un hermano
que ha sangrado contigo
te lo dice un cubano
te lo dice un amigo
(Canción urgente para Nicaragua, Silvio Rodríguez)
En el museo un revolucionario sandinista nos muestra orgulloso recortes de diarios alusivos a la revolución, los que humildemente se mantienen pegados en las paredes de una casa oscura y que cruje a cada paso. Pero aquí, más que documentos escritos relativos a la larga lucha que ha dado Nicaragua en contra del capitalismo, es el testimonio de los voluntarios del museo el que realmente vale. Son ellos los que, pacientemente, dirigen a los turistas intentando mostrarles parte de la historia y lucha de Nicaragua.
Afuera del museo, el panorama no es muy diferente. En pleno centro, a pasos de la Universidad de León (una de las más antiguas de América, fundada en 1813) murales y graffitis cubren las paredes y continúan pregonando la revolución y una larga vida al sandinismo.
