CASOS DESOBEDIENTES (Parte I)

La desobediencia civil es un acto. Un acto ilegal –va por fuera de la legalidad- y que puede quedar sólo en eso, en un acto si detrás no hay organización, pero que aún así, siendo sólo un acto, dependiendo de cuál sea y de cómo se dé, puede generar impacto. ¿Impacto para qué? Para lograr insertarse en la opinión pública. Y cuando sí hay un esquema organizativo que acompaña a los hechos desobedientes de la legalidad, puede haber triunfo político de la causa.

Por Noemí L

De leer qué cornos es la desobediencia civil y de analizar si acá, en Argentina se utiliza, pude ver que el corte de ruta es un acto de desobediencia civil. Y muy utilizado por nosotros. De ahí, no sé por qué apareció en mi cabeza Famatina. Tras investigar aquella lucha –que ya veremos de qué se trata- el otro lugar obligado o, el hecho de lucha obligado, fue Malvinas Argentinas, pueblo cordobés que le hizo frente a los intereses agrarios.

¿Cómo juegan los hechos desobedientes en una lucha sentida por el pueblo? ¿Qué tuvieron estas luchas para lograr ser exitosas? El Estado, ¿amigo o enemigo? De esas cosas y “demases” te hablará esta nota, espero te guste.

Era el año 2012, enero, mucho calor. A modo de título te cuento:

FAMATINA En un lugar donde habitan 6.500 personas, unas 4.000 impidieron el acceso al yacimiento a una empresa canadiense.

El acto de desobediencia civil: impedir el acceso.

“Cortan desde hace 15 días la ruta a una zona de 40 km2, que es considerada uno de los yacimientos de oro más ricos de América del Sur”.10891811_763006860452192_7145322895180304183_n

Dato: el corte es selectivo. Que sea selectivo garantiza varias cosas: no ponerte en contra a las personas que quieran circular y les permite a los manifestantes “frenar” a los vehículos adecuados: los camiones de la empresa Osisko Mining. Y persuade a las autoridades políticas de no ejercer la represión.

Los manifestantes que están a la cabeza del reclamo admiten que la lucha por preservar los recursos naturales del Cerro Famatina lleva varios años. “Nuestra lucha ya tiene siete años de existencia (desde 2005). Comenzó cuando la firma Barrick Gold, también de Canadá, quería realizar la explotación de los recursos del Famatina”

El corte lleva una consigna “El agua vale más que el oro. El Famatina no se toca. El agua y la vida no se negocian”.

Recuerdo que la frase de resistencia y lucha “El Famatina no se toca” recorrió el país. Un dato esencial del triunfo de esos cortes es el número de participantes, 6500 personas viven en la zona, 4000 estaban firmes en aquella región de nuestra hermosa Provincia riojana. El 63% del pueblo estaba diciéndole NO a la multinacional Osisko Mining. Cualquier Gobierno pensaría bien si reprimir. El costo político es alto, la conciencia de los que luchan también. Aquí aparece el peso de lo organizativo: “Se trata de una pueblada, ya que participa gente de las localidades de Chilecito, Famatina y de otras provincias del país”, añadía Claudio Garrott (asambleísta oriundo de Chilecito).

Y el peso de que es una lucha sentida, otro componente del éxito. Subyace la comprensión de la importancia de lo que está en juego. Gracias a eso en 2006 expulsaron con una pueblada a la Barrick Gold, la mayor minera del mundo, que estaba instalada hacía 3 años explotando el Famatina. Ya saben, porque lo aprendieron en la acción, que la unión hace la fuerza y que con “el método piquetero” han logrado cosas, como en el primer corte realizado en un lugar denominado Peña Negra, cercano al Famatina. Gracias a esta acción pudieron evitar que Osisko Mining realizara una explotación minera, empresa que pudo desarrollar proyectos de uranio en toda La Rioja, menos ahí.

Llegar a la opinión pública. Con el corte y la consigna de lucha, “el famatina no se toca”, lograron prender en la opinión pública a nivel nacional e internacional. Manu Chao, Eduardo Galeano, Calle 13, manifestaron abiertamente su adhesión. Idea de justeza y bien común, son otras de las características que definen a un acto de desobediencia civil. Ideales que logran que líderes de las zonas se hagan parte de la lucha de un pueblo. Un tipo de líder que sigue teniendo peso en los pueblos es el cura. Omar Quinteros es el cura de Famatina, quien se comprometió desde el inicio con los pobladores, se enfrentó políticamente con las autoridades gubernamentales y con ese accionar ayudó a dar legitimidad a la lucha. Legitimidad, ese componente es esencial para el triunfo de una lucha. Entre otras cosas, Quinteros hacía repicar las campanas de su iglesia cuando la minera Osisko quería ingresar al lugar donde se proyectaba la, por ahora, frustrada mina. Así el pueblo sabía cuando acudir al Famatina y engrosar la presencia de los pobladores que hacían guardia cada día al pie del cerro. Era un secreto entre él y los luchadores, cosas lindas que dejan las batallas sociales.

El brazo represivo del Estado10922710_763006610452217_6964091843135862985_n

El Estado hizo intentos de dispersar a los manifestantes, que con el correr de los días se organizaban en grupos más pequeños, unos 350 por tanda, se iban turnando por horas. ¿Qué sucedió? Los policías que el Gobierno local (Gobernador de La Rioja, Beder Herrera) mandaba para reprimir no obedecían debido a que familiares suyos participaban del corte. Beder Herrera acudió entonces al BAO (Brigada de Acción Operativa) posicionando a esos entrenados “rompe cortes” a 150 metros de los luchadores. Con esta acción el Estado amedrentó, puso a prueba las agallas de las personas. Logró, con esa acción, circular el rumor –y, por tanto, miedo- de “un eventual desalojo”. En mayo de 2013 fueron fuertemente reprimidos.

Toda lucha, por más grande o pequeña que sea, es política.

Desde el inicio los asambleístas (y es interesante también esto “asambleístas”, ya no se consideraban sólo vecinos o manifestantes, la identidad va cambiando y va tomando fuerza a medida que la lucha avanza) insistieron en dejar claro que las marchas eran contra Beder Herrera, quien accedió a una nueva gobernación con un fuerte discurso antiminero y una vez en el poder cambió de postura. “Ganó con un porcentaje altísimo y cree que eso lo legitima para hacer lo que quiera. Las pruebas de que no es así están a la vista. Responsabilizamos a Beder y a la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) por lo que nos pueda ocurrir”, afirmaba con vehemencia la asambleísta Carina Moyano.

El Estado está organizado y da la pelea por la implantación del proyecto minero a cielo abierto, pero los habitantes también se organizan: si contamos desde 2005 hasta el día de hoy, van nueve años de asambleas, discusiones, investigaciones y una autoeducación que los lleva a levantar la consigna: “El Famatina no se toca” cada vez con más coherencia y fundamentos que hacen que la empresa canadiense no tenga licencia social para actuar. La licencia social es necesaria en cualquier explotación o proyecto, sucede que se hace imprescindible cuando un pueblo se entera del proyecto y no está a favor. Si la población no se entera o se mantiene ingenua de las consecuencias y, por tanto, no actúa; nada ocurre, la licencia social no es necesaria y la empresa actúa libremente.

Ejemplo de decisión

Un dato de color es esto que llamo “otra que el gendarme” (recordarán, y si no es así “googleen”, el día en que un gendarme se tiró sobre el auto de un obrero de Lear para simular un choque y así deslegitimar la protesta y encarcelar al luchador). Una asambleísta lo hizo antes que el gendarme -¿Será que también las ideas le roban al pueblo?- un día de esos tantos de lucha, Carina Moyano se tiró encima de la camioneta de Minería para simular un accidente, logró así frenar el paso de los trabajadores del Estado al servicio de la multinacional.

Cuenta Carina: “al tiempito que Herrera firmó proyecto con la Osisko nos enteramos que estaban reunidos representantes de esa minera en el quincho de una hostería. Estaba Gustavo Sulinger, el gerente de la empresa. Fuimos, los encaramos y cuestionamos su presencia en nuestro pueblo. Les reprochamos las mentiras y les dejamos en claro que no iban a tener licencia social ninguna para explotar nuestros cerros. También les pedimos que se retiren, que salgan de nuestro departamento. Obedecieron y los acompañamos en nuestras movilidades en caravana hasta las fronteras del departamento. Habíamos logrado un triunfo. Ese día encontramos la carpeta”.

La carpeta, un hallazgo de la decisión.

Otra vez la palabra Estado. Este complejo organismo que puede usarse a favor y en contra de los ciudadanos, en Famatina actúa en contra. La carpeta que hallaron los asambleístas pertenecía al gerente de la minera Osisko, en ella había hojas con información de inteligencia, nombres de los manifestantes, sus características, si eran violentos, si no, quiénes eran los cabecillas, etc, etc. “Era información escrita a mano”, dicen los asambleístas, “hasta con faltas de ortografía”, entregada a ese representante minero. Personal policial pudo haber hecho ese informe, los asambleístas también saben que pudieron ser datos aportados por pobladores que quieren la implantación de la mina, a los cuales les han regalado camionetas 4×4 como forma de comprar su compromiso. Además del listado de activistas de la asamblea, había hojas con un relevamiento de todos los pozos de agua del departamento. Especificaban si eran públicos o privados y si los dueños eran opositores a la minería.10922710_763006793785532_2707893205167621238_n

La lista les generó terror en los asambleístas y se sintieron intimidados. Estos hechos pueden hacer caer la organización o fortalecerla, en Famatina parece ser que se da la última opción.

“Famatina no se toca” generó la división de los representantes del Estado

Luis Beder Herrera intentó asfixiar a la intendencia de Famatina, conducida por Ismael Bordegaray (ex Frente para la Victoria que decidió estar a favor de los famatinenses), retaceando los fondos que le corresponden. Declaraciones de mayo de 2012:“Hace cuatro meses que no nos giran los fondos para los gastos de funcionamiento y desde hace dos dejamos de recibir lo que nos corresponde del Fondo Federal Solidario, que corresponde a las regalías sojeras”, explicaba el intendente (con 60% de imagen positiva). En diciembre de 2013 se cumplió un año y medio del freno de los fondos.

La Diputada Adriana Olima decidió jugarse el todo por la minera Osisko, una de las principales lobbystas de los grupos promegamineros. El pueblo juntó las firmas necesarias superando el veinticinco por ciento del padrón electoral, para ejercer una revocatoria popular de la por traicionar a los famatineneses. El Poder Judicial a través del Tribunal Electoral (todos estos estamentos del Estado) decretó la inconstitucionalidad de la Ley de Revocatoria Popular (hasta la fecha de hoy el Tribunal no entregó los fundamentos en los que basa la inconstitucionalidad de la ley). Es una ley que está escrita en la Constitución, pero los jueces declaran que es inconstitucional ¿?.

Y la criminalización de la protesta, otra herramienta del Estado para debilitar las luchas: en 2013 17 asambleístas fueron procesados judicialmente y se les impuso elevadas cauciones (libertad bajo fianza) para no ir a prisión, de entre cinco mil y diez mil pesos. La Justicia ¿es del pueblo?

La Prensa también en contra

“La prensa gráfica riojana y el canal provincial no reflejan la masiva lucha que estamos dando”, voz famatinense. Los medios de comunicación, al igual que la minera Osisko, son empresas. Cualquier empresa lo que quiere, primero que nada, es lograr ganancias económicas. Los espacios se compran, invisibilizar se paga. Osisko paga a los medios de comunicación (es decir, de desinformación) para que la lucha no se difunda; esta empresa y todas las mineras que explotan nuestros recursos naturales, publicitan en esos medios. Dejan mucho dinero cada año en los diarios y canales del lugar, y a nivel nacional. Lo mismo ocurre en las esferas del poder político, personas como la diputada nombrada arriba o el Gobernador, trabajan para las empresas. Estas posturas minan una correlación de fuerzas más favorable para la lucha de los pueblos.

El territorio

El concepto de territorio es muy fuerte y necesario en una lucha. En Famatina la desobediencia civil, de la mano del corte de ruta, fue la piedra inicial. Esta piedra se consolidó con la territorialización: crearon un campamento al pie del cerro. Allí no sólo hacen guardia sino que almuerzan, cenan, comparten, debaten, bancan el calor, encienden fogatas en el invierno, hasta vieron el Mundial de Fútbol desde ahí. La lucha se instala y se afirma, no sólo desde la información sobre qué genera la minería a cielo abierto en la salud y en el ambiente, sino porque se pueden establecer en el lugar. La territorialización es un dato muy importante al analizar el éxito de los Famatinenses.

Este hecho de “estar”, “permanecer” en el lugar se vio también cumplido un año y medio del no giro de fondos por parte de la gobernación hacia la pequeña ciudad de Famatina.

Varios asambleístas junto con el Intendente de Famatina, Ismael Bordagaray, se movilizaron a la capital riojana. Se encadenaron en las inmediaciones de la Casa de Gobierno. Estuvieron Frente a temperaturas de cuarenta grados con la solidaridad de los habitantes de la capital que les llevaban agua fresca, helados, sandwiches y frutas. De nuevo la justeza de la causa, en este caso generó solidaridad.

Un mes antes de esa decisión fueron a la casa de Beder Herrera. Lo esperaron en la puerta desde las seis de la mañana hasta que salió. Entonces se comprometió a resolver el problema. Pero luego de semanas de silencio de su parte, decidieron comenzar aquella medida.

“Estamos llegando a un punto de ahogo que torna insostenible el funcionamiento del municipio. Somos conscientes de que no se trata de un castigo a la supuesta traición de Ismael Bordegaray, sino que es un castigo al pueblo de Famatina, que no se sometió a los caprichos de Beder Herrera, que no se arrodilló ante él y que le dijo ‘no’ a la mega minería a cielo abierto”, exclamaba una asambleísta.

Todo arrancó con voluntad e información

“En 2005, tras el emplazamiento de la Barrick Gold en el lugar, empezamos un trabajo de concientización. Sabíamos que estas mineras traían algo escondido. Para averiguar qué, un grupo de mujeres viajamos a otras provincias, para hablar con los pobladores. Con la información que obtuvimos hicimos un trabajo de concientización, de resistencia pacífica y así hemos llegado al día de hoy”, voz de asambleísta. Estudiaron que las minas explotadas en las provincias e intendencias vecinas traen contaminación, destrucción y desempleo.

Hoy, cuando escribo esta nota, es el día 3 del mes de enero del año 2015, son 10 años de lucha. Los famatinenses continúan en asamblea permanente, siguen con sus voces y sus cuerpos diciendo NO a la minería a cielo abierto. Beder Herrera sigue tratando de doblarles el pescuezo. Famatina sigue ganando.

 

Hasta aquí el primer caso, sobre el cual aportaremos conclusiones al compartir el segundo caso: Malvinas Argentinas. En unos días lo encontrarás en Ancap.

Contáctate a noemil.ancap@gmail.com

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