PERSIANAS NEGRAS

El 27 de enero se cumplieron 70 años de la liberación de los prisioneros de Auswichtz, campo de exterminio donde se asesinaron más de un millón de personas. Sin embargo, el antisemitismo nazi ya empezaba a dar indicios de lo que después sería con la llegada de Hitler al poder. A continuación, un repaso de las políticas que emplearon antes del conflicto bélico y el maltrato al pueblo judío antes y durante la guerra. Por Manuel López

Cuando hablamos del Shoah (Holocausto en hebreo, término cada vez más utilizado), estamos haciendo referencia al intento de los nazis para acabar con toda la comunidad judía. Se estima que durante la Segunda Guerra Mundial se asesinaron cerca de seis millones de judíos en toda Europa. El rechazo hacia los judíos comienza con el ascenso de Hitler en enero de 1933. A diferencia de lo que muchos creen, su llegada al poder se produce democráticamente y no a través de un golpe de estado. Crisis sociales, económicas y políticas propiciaron un terreno acorde para el genio de Adolf Hitler, que supo decirle al pueblo alemán lo que este deseaba escuchar. Su obra concluirá con la Ley de Habilitación, que permitía al gobierno dictar todo tipo de ley sin tener que recurrir al Parlamento y con la Ley contra la Creación de Nuevos Partidos Políticos (Gesetz gegen die Neubildung von Parteien), que convertía al Partido Nazi en el único existente.

Durante los primeros años de gobierno de Hitler, no se esgrimía la idea del exterminio sobre los judíos. La finalidad era desplazarlos social y económicamente, como así también, excluirlos del territorio alemán. Además, todavía pesaban presiones tanto internas como externas para poder manifestar la brutalidad ya conocida. Sin embargo, el antisemitismo tuvo tres puntos clave antes del comienzo del enfrentamiento bélico. El primero fue el boicot económico de 1933 y la legislación racial contra los empleados judíos. El segundo corresponde a las Leyes de Nüremberg, promulgadas el 15 de septiembre de 1935, donde se puso fin a la emancipación de los judíos en Alemania. Por último, están las noches del 9 y 10 de noviembre de 1938, el denominado Kristallnacht (Noche de los Cristales Rotos). Las tropas de asalto nazi asesinaron y provocaron incendios dentro de la población judía alemana, austríaca y los Sudetes (región de Checoslovaquia). El saldo fueron 91 judíos asesinados. La excusa que se argumentó fue un ataque de ira espontáneo por parte del pueblo a causa del asesinato de Ernst Von Rath, secretario tercero asesinado en París por Herschel Grynszpan, un joven alemán de 17 años.images (3)

Una pregunta que resulta ineludible es por qué los judíos no se marcharon antes que estallara la guerra. La respuesta es demasiado simple, no tenían ningún lugar hacia donde escapar. No había lugar donde poder refugiarse. Por un lado los querían expulsar y por el otro, muchos no querían admitirlos. Los que tuvieron la posibilidad de huir eligieron como destino Estados Unidos, Palestina, Latinoamérica, Shangai y varios países del oeste de Europa.

La decisión de los nazis por exterminar a los judíos no tiene una fecha exacta, sino que se desarrolló durante la guerra. Un punto clave fue la conquista de Polonia en 1939, donde se traspasaron todos los límites imaginados. La política que se puso en marcha y que demandaba el exterminio de todos los judíos fue conocida con el nombre de Solución Final. Con la ocupación de la Unión Soviética en 1941, se llevaron a cabo operaciones de asesinato a gran escala.

Es así como se erige la figura de los campos de exterminio, recintos construidos para el asesinato en masa mediante métodos industriales. Los traslados a estos lugares fueron a través de trenes y en su mayoría se trataba de judíos. Una vez que eran asesinados, se les retiraban las pertenecías de valor y luego, los cuerpos de las víctimas, eran incinerados en un crematorio. El primero de los campos fue Chelmno, Polonia. Este comenzó a funcionar a partir del 8 de diciembre de 1941. Luego los nazis continuaron con su tarea de muerte en Belzec, Sobibor y Treblinka. La mayoría de los asesinados en estos lugares fueron judíos polacos. El más conocido y que cuenta con la peor fama es el que se construyó en Auschwitz. Su puesta en marcha fue el en la primavera de 1942. Luego sería cimentado Birkenau (Auschwitz II). Las personas que eran destinadas a realizar trabajos forzados y que no tenían fuerzas para continuar eran enviadas a este lugar y asesinadas en las cámaras de gas. Cerca de un millón de judíos y alrededor de cien mil polacos, gitanos, prisioneros soviéticos y sujetos de otras nacionalidades fueron asesinados allí. El punto final en Auschwitz se produjo el 27 de enero de 1945 con la irrupción de las tropas soviéticas.

La caída del Tercer Reich se avecinaba, por lo tanto, Heinrich Himmler     dio la orden de evacuar a todos los prisiones que se hallasen en los campos de exterminio. Austria, Alemania, Polonia y el Este de Prusia debieron dar paso a una deposición masiva de todos sus reclusos. El invierno de 1945 azotaba a Europa y los confinados fueron trasladados a pie a través de caminatas interminables que llegaron a durar semanas. Estas fueron conocidas como las marchas de la muerte. La supervivencia dependía del cansancio que se pudiera tolerar, los peligros con los que se pudieran encontrar y el maltrato propinado por sus acompañantes. Cualquiera que tratase de escapar o que no tuviera restos para seguir, era asesinado.images (2)

El asesinato encuadraba de manera perfecta dentro de la ideología nazi. Su plan político, basado en conceptos darwinistas, donde el más fuerte prospera sobre el más débil, se aplicaba al pueblo alemán con relación a los demás pueblos inferiores. El saberse superior al resto era argumento necesario para poder concretar una transformación del mundo. La reconstrucción racial no era vista como una utopía, sino como algo alcanzable. En ese esquema de nuevo mundo, el judío era visto como algo de poco valor y prescindible.

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