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MISTERIO: LA HISTORIA DE RICHEY EDWARDS

El 1 de febrero de 1995, Richey Edwards, desapareció sin dejar rastro alguno. Depresivo y oscuro, es considerado como uno de los grandes compositores de la época. Un mito que aún sigue abierto. Por Manuel López.

Richard James Edwards nació el 22 de diciembre de 1967 en la ciudad de Blackwood, Gales. Entre 1986 y 1989 asistió a la Universidad de Gales en Swansea y se graduó como historiador político. Igualmente, su paso a la fama no sería a través de sus dotes académicos sino al frente de una banda de rock.

Más conocido como Richey Edwards, era el letrista y guitarrista de los Manic Street Peachers. Cabe decir que el título de guitarrista le quedaba un poco grande, dado que su talento con dicho instrumento era bastante cuestionable. Muchas veces subía al escenario y simulaba tocar. Su mayor aporte fue mediante su faceta compositiva, la imagen y la profundidad que le proporcionó a la banda. Su llegada al grupo se produjo cuando uno de los integrantes decide abandonar el cuarteto. Richey era el encargado de transportar a los músicos. Disconformes con la idea de ser un trío, le ofrecieron a Edwards sumarse al conjunto.

Lo cierto era que poco importaba su carencia de habilidad con las seis cuerdas, lo que realmente prevalecía era el juicio para poder conjugar la cultura, la protesta y los sentimientos más profundos en canciones. Sin lugar a dudas, fue uno de los mejores compositores de la época.

Los versos que podía llegar a crear eran un claro reflejo de su estado de ánimo. Se trataba de una persona depresiva que padecía de este tipo de ataque de manera muy continua. Además, tenía una clara tendencia a la automutilación. Hay un episodio muy conocido en la vida de Edwards. En una entrevista realizada por el periodista Steve Lamacq para la revista NME, el entrevistador le preguntó acerca de la autenticidad de la banda, queriendo saber si no se trataba de algo pasajero y publicitario. En respuesta a dicha pregunta, Richey tomó una hoja de cortar y escribió en su brazo “4real”. La consecuencia para tremendo acto de autenticidad fueron diecisiete puntos de sutura. Sin embargo, no era algo ajeno para el cantante, ya que estaba acostumbrado a este tipo de actos. Lastimarse era su manera de evadir los problemas que lo quejaban: cuando me corto me siento mucho mejor. Todas las pequeñas cosas que pudieron haber estado fastidiándome repentinamente parecen tan triviales porque me estoy concentrando en el dolor. No soy una persona que pueda chillar y gritar, por eso éste es mi único escape”.

Richey era una persona alcohólica, anoréxica y depresiva. El giro inesperado se produciría el 1 de febrero de 1995 cuando los Manic Street Peachers debían viajar a los Estados Unidos para promocionar su tercer disco, The Holy Bible. El problema es que el frontman nunca se presentó. La información que trascendió fue que a las siete de la mañana había abandonado el hotel Embassy de Londres, tomó su auto y condujo hasta Cardiff, Gales. Fue lo último que se supo de Richey, qué hizo después, a qué lugar fue, son interrogantes que aún siguen sin respuesta.

Al día siguiente de su misteriosa desaparición, el mánager de la banda optó por realizar la denuncia ante las autoridades policiales. Por su parte, la familia de Edwards comenzó a buscarlo, llegando a publicar un aviso en los diarios suplicando por su regreso. Muchos aseguraron haberlo visto; un taxista aseguró haberlo llevado desde King´s Hotel hasta Serven View, cerca del pueblo de Aust. El 14 de febrero fue encontrado su auto, un Vauxhall Cavalier, en unla estación de servicio de Serven View. Este recibió una multa y al cabo de tres días, fue denunciado como abandonado.

Las pericias policiales determinaron que el auto había sido utilizado, dado que la batería se encontraba descargada. También se barajó la posibilidad del suicidio, ya que próximo a la estación de servicio se encuentra el puente colgante de Serven. Sin embargo, no se encontró ningún indicio que avalara aquella conjetura.

Los Manic Street Peachers siguieron tocando y en más de un recital colocaron un micrófono en el escenario esperando que Richey emergiera del público para que se uniera a tocar. Por su parte, la fortaleza de la familia perduró hasta el 2008, cuando lo declararon legalmente muerto. Tal determinación la podría haber tomado en 2002, dado que habían transcurrido siete años del hecho (la justicia británica permite declarar a una persona como muerta después de siete años de desaparecida).

Al igual que otros grandes músicos, corrieron rumores de haberlo visto en algunos sitios, como en Goa, India o en las islas de Fuerteventura y Lanzarote. Un hecho más que importante, Richard James Edwards tenía 27 años cuando despareció, lo que lo convierte en un potencial integrante del selecto club de los 27. Se sumaría a la lista de Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain y Hendrix, fallecidos a la temprana edad de 27 años. Si bien fue determinada su muerte por parte de los familiares, nadie puede dictaminar lo que pasó con el compositor británico. Lo que resulta claro, si es que está vivo, es que no hay demasiadas intenciones de volver.

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