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MUJER ORIGINARIA

Referente de las mujeres Qom, luchadora originaria, madre de cuatro hijos, esposa del Qarashé de la comunidad Potae Napocna Navogoh, Amanda Asijak relata cómo es resistir y luchar por su tierra tan lejos de ella. Describe su indignación ante el avasallamiento de los derechos de niños y mujeres en Formosa, reivindica la mujer indígena como símbolo de resistencia y las alienta a alzar la voz en defensa del territorio. 

Por Diego Aranda para Ancap

Tarde fresca de septiembre. Intersección de la Avenida de Mayo y 9 de Julio, centro de la Ciudad de Buenos Aires. El acampe Qopiwini (Qom, Pilagá, Wichí, Nivaclé) lleva más de siete meses ininterrumpidos reclamando agua, salud, educación, cumplimiento de los derechos indígenas y la devolución de su territorio.

Durante estos meses, han sido amenazados, presionados y deslegitimados por el secretario de Derechos Humanos, Juan Martín Fresneda, ex militante de la agrupación Hijos e interlocutor del Gobierno Nacional ante los Qopiwini. El funcionario de confianza de la presidenta, lejos de gestionar algún tipo de solución para las comunidades indígenas, hace oídos sordos a la violación de los derechos que se vienen produciendo históricamente en Formosa.

Amanda regresa de comprar junto con otros hermanos que resisten en la “gran ciudad”. Entramos a la carpa que sabe a lucha, frío y silencios. Entre la gran cantidad de donaciones preparadas para viajar a Formosa, la referente Qom comienza a desandar palabras profundas.

 

Sabemos que esta es una lucha de toda la familia, por eso yo decidí seguirlo a Félix en este reclamo junto con mis hijos  Eduardo, Rolando y Jorgelina que nos acompañan en el acampe.

Mi hijo Abelardo que trabaja en la cosecha del limón en Salta, él nunca se mete en la lucha pero siempre me escucha y cuando nosotros no estamos nos cuida la casa. A él hace un tiempo atrás casi lo matan sus propios hermanos Qom.

 

 

 

He asistido al Encuentro de Mujeres en Tucumán y ahí aprendí el derecho que tenemos como mujeres, entendí que tenemos el derecho a hablar. Porque yo antes creía que las mujeres no teníamos derechos, creíamos que no podíamos salir de nuestras casas, pensábamos que no podíamos hablar ni salir a luchar.

 

Como madres tenemos que defender nuestros hijos, nuestros hermanos porque hay mucha gente que nos trata mal. Y eso yo no lo entiendo porque pienso que nosotros también somos personas. En Formosa se respeta más a los paraguayos que vienen que a nosotros, a ellos se les entrega el DNI, jubilación, pensión nacional y a nosotros no. Pero eso es para que en las elecciones los paraguayos voten por los gobernantes que están y que siempre ganan.

 

Es muy triste estar acá, ver a todas las mujeres que están en el acampe, a veces están sin fuerzas, sin ganas de comer porque no hay respuestas concretas a nuestros reclamos. Hace tanto tiempo que estamos acampando y sólo espero que la gente nos entienda, que sepa qué reclamamos. Hay muchos que no saben por qué estamos acá. Mucha gente pasa y nos mira y nosotros seguimos acá. Hay mucho ruido en la ciudad y no podemos dormir. Pero no podemos bajar los brazos, no podemos irnos hasta que la presidenta nos escuche y nos dé el título de nuestro territorio y recién ahí nos vamos a levantar de acá.

Me duele muchísimo la indiferencia de la presidenta porque nosotros como originarios sólo estamos reclamando lo que nos corresponde. Cuando ella se dirige hacia nosotros siempre lo hace con mentiras y no entiende que como pueblo Qom defendemos nuestro territorio, no queremos más que el gobierno de Formosa nos siga quitando nuestra tierra porque es en ella donde están nuestros medicamentos, es allí donde está nuestra vida. No queremos que nos sigan sacando nuestro monte, porque para nosotros el monte es como nuestro “supermercado”. El monte tiene su espíritu y le pedimos que nos saque las tristezas.

 

Me tocó al corazón lo de Oscar porque no quiero que ninguno de mis hermanos pase hambre porque yo también pasé. Vivimos la muerte de una de mis hijas por esta situación. Andrea estaba por cumplir cinco años, se encontraba muy enferma, la llevé en bici al hospital de Laguna Blanca y allí falleció de neumonía. Cuando nos recibió el doctor nos dijo que no iba a sobrevivir por su enfermedad.

Es muy importante que la madre de Oscar y todas las mujeres del Chaco levanten la voz para reclamar y defender la vida de sus hijos. Como mujeres y como madres tenemos que hacer un esfuerzo y salir para luchar y defender a nuestros hijos por más que sea duro dejar la familia y la casa.

 

Como pueblo Qom es muy importante seguir adelante por más que nos dé tristeza estar acá y no tener respuesta a lo que reclamamos. Es esencial que protejamos nuestra cultura para que no se pierda, que defendamos nuestras costumbres y nuestra forma de vida.

Es fundamental que la gente sepa que no pedimos trabajo ni planes, solamente estamos exigiendo el título de nuestro territorio para volver a nuestra tierra que es nuestra vida.

 

“Presidenta no se vaya sin recibirlos”

Los Pueblos Originarios han sufrido innumerables violaciones a sus derechos, han sido víctimas de causas penales y criminalización de la protesta, espionaje y represión policial, despojo y desalojo de sus territorios, invisibilización y avasallamiento histórico.

No obstante, ratifican su lucha, en protección de sus valores y derechos ancestrales, defendiéndose de cualquier violación a sus pueblos y preservando sus tierras y territorios. Los Qom, Pilagá, Wichí, Nivaclé continúan en pie esperando que la presidenta “no se vaya sin recibirlos”.

 

 

 

 

 

 

 

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