La justicia vuelve a fallar a favor del encubrimiento y el poder. En un día para el olvido, fueron sobreseídos los imputados por el asesinato de Carlos Fuentealba y le otorgaron el arresto domiciliario a José Pedraza, condenado por el asesinato de Mariano Ferreyra. REDACCIÓN ANCAP
Justo hoy. Justo en estas horas en que las paritarias docentes son centro de las noticias, en que nuestros maestros siguen siendo vilipendiados por las políticas de Estado, te arremeten con un poco más de injusticia. Porque a Carlos Fuentealba lo mataron en Neuquén el 4 de abril de 2007 en la violenta represión, que avaló el entonces gobernador, Jorge Sobisch, en la lucha por las mismas causas que hoy: la dignificación de la docencia, la valoración de los educadores y un salario digno para aquellos que dedican su vida a formar generaciones futuras ¿Con que nos responde la justicia? Con la absolución de los 15 imputados en la causa conocida como «Fuentealba II», en la cual se investigaban las responsabilidades conexas en la represión que término con la vida del maestro.La jueza Carina Álvarez hizo lugar al pedido de la defensa que planteó el sobreseimiento de los 15 imputados por el vencimiento de los plazos fatales que determina el artículo 56 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, desoyendo los argumentos de los querellantes, quienes aducen que la causa no puede considerarse caducada dado que remarcó que se trata de un delito cometido por el Estado y que por ende es una excepción al plazo fatal.
Nos quieren adoctrinar que lo violento es cortar una ruta, y no un sistema excluyente que no pone en valor a sus educadores.
Justo hoy. Ahora que quieren imponer un protocolo de protestas, que fue desafiado abiertamente este 24 de febrero, te dan una muestra más de impunidad , de humanidad para con aquellos que fueron impiadosos cegados de poder. Para que el trago se haga un poco más amargo, en esta misma jornada le otorgaron la prisión domiciliaria a José Pedraza. El ex titular de la Unión Ferroviaria fue condenado en abril de 2013 a 15 años de prisión , como instigador en el asesinato de Mariano Ferreyra, el 20 de octubre de 2010. El militante del Partido Obrero, de 23 años, participaba de una manifestación contra la tercerización y precarización de los trabajadores ferroviarios, cuando fue baleado por la patota sindical que respondía a Pedraza. Murió apenas unas horas después del hecho, en el que también resulto gravemente herida Elsa Rodriguez. El ex líder sindical fue beneficiado con la prisión domiciliaria, debido a su estado de salud y a su condición de mayor de 70 años.
Nos quieren imponer que es más violento un corte de un puente o de vías que un sistema que explota, precariza y despoja de derechos a su motor humano.
Es un día dificil. Los militantes sociales, de agrupaciones políticas o independientes sienten una vez más los latigazos de la injusticia en una piel que se hizo cuero. Son días difíciles en los que un protocolo pretende silenciar las voces populares; Carlos Fuentealba y Mariano Ferreyra fueron reprimidos sin estatuto vigente: unos vestidos de fuerza de seguridad y otros guardianes de la burocracia sindical velaron por la seguridad del sistema, no logrando acallar las luchas aún con el duró pesar de haber terminado con sus vidas. Pese a las pruebas presentadas, pese a las reiteradas fallas del sistema de prisión domiciliaria (no olvidemos al mismísimo Jorge Rafael Videla saliendo de su casa, beneficiado por el mismo fallo), los condenados somos los habitantes y no los responsables. Cercados por la propia injusticia, vivimos rodeados de piedad a quienes no dudaron en tirar a matar, a quienes con la sangre helada reprimieron a sus pares sin dudarlo. Y la violencia no esta en las armas, en las represiones, en silenciamiento de las protestas de ayer y hoy. La violencia vive está entre nosotros cuando la justicia vela por la integridad de quienes apagaron vidas. La violencia está en mentir.