Por Noemí L
Pedro Carlos Blaquier es el dueño de la conocida empresa Ledesma, al igual que represores y responsables políticos de la última dictadura cívico militar argentina, sigue vivo. Él es el responsable número uno de la” Noche del Apagón”, que no fue una sino varias noches, entre el 20 y 27 de julio de 1976. Bajo su mando e información las fuerzas policiales y militares dejaron sin suministro de energía a los tres pueblos del departamento Ledesma que nutren de trabajadores al ingenio: Libertador General San Martín, Calilegua y El Talar.
En camionetas de la empresa Ledesma, secuestraron a 400 personas: luchadores sociales, sindicalistas, trabajadores y trabajadoras del ingenio. ¿El objetivo? El mismo de hoy, doblegar la lucha de los explotados, concentrar poder y, para garantizarlo, pasar por encima de todo derecho humano.
“Para Blaquier ni olvido ni perdón”, porque este empresario desde el año 2012 está procesado por estos secuestros (donde 33 trabajadores permanecen desaparecidos, junto al ex Intendente de Ledesma, Luis Arédez, quien se animara por primera vez en la historia de Jujuy, a cobrarle impuestos a la empresa de Blaquier). Sin embargo, este hombre continúa impune, la Justicia dictó “falta de mérito”, ya que el empresario arguyó no saber para qué se utilizarían las camionetas.
Al decir de Martín Fierro “La ley es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico,
no la tema el hombre rico, no la tema el que mande,
pues la rompe el bicho grande y sólo enrieda a los chicos. ”
Los chicos somos los de abajo, cada uno de nosotros, el pueblo: trabajadores y excluidos.
“Para Blaquier ni olvido ni perdón” porque siendo el ingenio azucarero más grande del mundo paga los salarios más bajos del sector. Hasta hace una semana el básico era de $11.200 y el trabajador que más remuneración recibe es de $16.000. Los llamados trapiche y cosecheros de la caña, continúan trabajando en las mismas condiciones que hace 60 años. Donde, entre otras precariedades, Blaquier les paga por día trabajado, si llueve o las condiciones climáticas no son buenas, los trabajadores de la caña reciben la nada misma.
“Para Blaquier ni olvido ni perdón” porque Ledesma no es sólo la empresa número uno de producción de papel en Argentina, si no que produce azúcar, alcohol, frutas, jugos, biocombustible, carnes, granos y maíz. Es la dueña de la energía en Ledesma, es la dueña de todo lo que mueve dinero en ese departamento jujeño, es dueña del emprendimiento de viviendas, donde descuenta a los trabajadores que accedieron a alguna de esas casas $2000 por quincena, cuando les abona en forma de salario $4000 por quincena. Cine, supermercado que haya en Ledesma es de la empresa Ledesma, es de Blaquier, por tanto, lo poco que perciben sus casi 8000 trabajadores vuelve netamente a sus manos.
“Para Blaquier ni olvido ni perdón”, es el cántico que sonó con toda la fuerza en la marcha por la “Noche del Apagón”, a 40 años de los sucesos. Las 14 murgas se unieron a los organismos por los Derechos Humanos como Centro de Acción Popular Olga Arédez de Márquez (Capoma) de Libertador, encabezado por madres de detenidos-desaparecidos del departamento de Ledesma y unas 15 organizaciones, sociales, políticas y sindicales; y fue mágica porque la marcha se desplegó a lo largo de 8 kilómetros, desde Calilegua, donde comienza el poder territorial de los Blaquier, hasta Ledesma, a la puerta misma de la empresa sobre la ruta 34, donde tenía lugar el octavo día de corte de los trabajadores exigiendo 40% de aumento salarial (ver micro ¿Qué pasó en la semana?).
“Para Blaquier ni olvido ni perdón” porque contamina el aire de Ledesma y sus aguas. Pero la Justicia y el Ministerio de Salud miran hacia otro lado. Ni olvido ni perdón para Blaquier porque es el garante de que en Ledesma a los jóvenes no les quede otra opción que ser explotados por Ledesma o ser gendarme. Son las salidas laborales que ofrece el Jujuy de los Blaquier, quien financió en sus inicios la fuerza policial.
“Para Blaquier ni olvido ni perdón” le gritan los sobrevivientes de los apagones, entre ellos Hilda Figueroa “es más importante la plata que la vida de nuestras personas” expresaba una de las sobrevivientes a la” Noche del Apagón” quien debe hacer su vida seguida por un custodio, ya que su casa fue baleada, responsabiliza del hecho a Pedro Blaquier.
“Nuestros juicios de lesa humanidad son nuestro aporte a la lucha actual de los trabajadores que todavía seguimos peleando, logramos el procesamiento de Blaquier, pero luego la sala IV le dictó la falta de mérito. Es importante que no olvidemos que estos jueces reconocieron que les probamos que Blaquier puso las camionetas, los choferes, el combustible, fueron el elemento necesario para poder trasladarnos, torturarnos, violarnos, desaparecernos, e hicieron los listados para que nos fueran a buscar, esas noches del apagón”, expresó en un emotivo discurso el 21 de julio, día de la marcha, en la escuela General San Martín, en Ledesma, junto a sobrevivientes de esas noches del terror.
“Es importante que esta lucha, que hoy llevan los trabajadores con sus medidas (se refiere al corte de los trabajadores de la empresa), esta lucha que llevamos los sobrevivientes, los familiares, los compañeros luchadores sociales, que toda esta lucha sea socializada por todos ustedes a lo largo y a lo ancho del país, sólo así podrá seguir la memoria, y sólo así podremos seguir luchando, porque nuestro compromiso es hasta la muerte compañeros”, cerraba con toda la fuerza su discurso previo a la marcha, Hilda Figueroa.
Le prosiguió Dora Weis, esposa de Jorge Weis desaparecido por la dictadura del 76’: “Nosotros no perdonamos” y, refiriéndose a los trabajadores que estaban llevando a cabo el octavo día de corte en reclamo del 40% a la empresa Ledesma, dijo: ”estamos acá también para solidarizarnos con los trabajadores, a ellos les corresponde decidir la política, la solución del conflicto, ellos no necesitan a nadie que venga a decirles cómo pelear, hace 500 años que pelean, por eso están ”. Los aplausos abrazaron sus palabras.
Horas después comenzaría “La Marcha del Apagón”, un andar de cánticos y repudio a lo largo de 8 kilómetros para decir que No olvidamos y reclamamos Juicio y Castigo. Una marcha que tuvo un comienzo, pero no tendrá fin hasta que poderosos como Blaquier estén el banquillo de los acusados. Pero para ello, deberán seguir saliendo a la luz los responsables civiles de la dictadura, y deberemos seguir dándonos cuenta que son los que siguen en el poder. Donde hoy más claro que nunca se ve en las medidas del gobierno actual y, por dar sólo un ejemplo, en los festejos del Bicentenario, donde ex represores y torturadores son reivindicados como defensores de la Patria. La Patria y sus símbolos están en disputa. No por casualidad uno de los sobrinos de Pedro Blaquier, es hoy el actual Director del Fondo de Garantías de Anses, se llama: Luis María Blaquier. Anteriormente fue Director del Grupo Clarín y ejecutivo del Banco Goldman Sachs.
La Justicia de Hoy, depende de la de Ayer. Juicio y Castigo para los responsables civiles, porque son el verdadero poder detrás de los fusiles que nos disparan, son el verdadero poder detrás de las torturas a luchadores y jóvenes pobres, son el verdadero poder detrás de las balas de goma y cachiporras que nos rompen los cuerpos y las almas.
