“QUÉ PAREZCA UN ACCIDENTE”. A 3 AÑOS DE LA APARICIÓN DEL CUERPO DE LUCIANO ARRUGA

Por Juan Alberto Perez

Hace tres años, un 17 de octubre pero de 2014, después de más de cinco años sin que su familia, y la sociedad en su conjunto, sepa del paradero de Luciano Arruga, sus restos fueron hallados enterrados en el Cementerio de la Chacarita, enterrado como NN.

Pasaron tres años en que continúan las sospechas y las dudas sobre los hechos sucedidos en la desaparición de Luciano, y sobre los cinco años de encubrimiento por parte de todo el arco estatal, involucrados en lo que fue el secuestro, la tortura, el asesinato y el invento posterior de un accidente de tránsito en que “perdió la vida Luciano”.

El cuerpo de Luciano Arruga “habría” sido llevado al Hospital Santojani luego de la puesta en escena del accidente. Allí no se le pude dar identidad y fue declarado como “nombre desconocido”. Sin embargo, familiares y amigos fueron a dicho hospital a averiguar por el paradero de un joven con las características del que habían declarado como NN en el nosocomio. Por eso, los familiares de Luciano hablan de la complicidad del sistema de salud, y de las autoridades del hospital, para desaparecer al joven.

Hoy su hermana, Vanesa Orieta, publicó una carta en su cuenta de Facebook, en la que interpela a los responsables de la desaparición de Luciano, qué son los mismos que alimentan la maquinaria represiva del estado, al igual que en la dictadura y los gobiernos democráticos que se sucedieron. La utilización de la desaparición forzada como método de adiestramiento y amedrentamiento de la sociedad. Esto sumado a la impunidad ejercida por el poder judicial y los funcionarios que callan ante hechos tan aberrantes. Ayer fue Luciano, hoy es Santiago Maldonado, y en el medio la lista es interminable.

Aquí les dejamos la carta abierta de Vanesa Orieta a tres años de la recuperación del paradero de Luciano Arruga:

A 3 años de que parezca un accidente le sigo preguntando a la «justicia»:
Qué paso con mi hermano?
Por qué la causa, a 8 años de la desaparición forzada de Luciano, sigue en etapa de instrucción?
Por qué ningún efectivo fue procesado por la Desaparición de Luciano?
Por qué los enjuiciamientos al juez Blanco y las fiscales Castelli y Cejas Martin nunca avanzaron?
Yo tengo claro por que esto sigue así, porque la impunidad les permite ocultar el peor de los delitos, la Desaparición Forzada.
El caso de Luciano Arruga, aún después de su aparición, sigue acumulando dudas, serias y obscuras dudas…

El 17 de octubre de 2014 encontramos a Luciano. Luego de más de cinco años de permanecer desaparecido, pudimos, mediante una lucha incansable, llegar a dos victorias: que el Estado nos
devuelva sus restos y, en esa misma acción, dejarlo en evidencia como responsable máximo de la desaparición de un ciudadano de las clases populares.
¿Cómo desaparece un cuerpo en Argentina? Por una suma de variables que se mantienen, desde hace más de cuarenta años, inconmovibles dentro del Estado y en el seno de la Sociedad Civil. No hay duda de ello, y es sistemático, atendiendo a que en todos los casos, se repiten normas y procedimientos que no saben de rupturas o continuidades democráticas. Dicho de otro modo, se desaparece, con las mismas metodologías, en 1973, 1976, 1985, 1995, 2009 o 2017. No hace falta hurgar demasiado en los archivos para caer en la cuenta de eso, con las facilidades que se tienen ante las nuevas tecnologías. Un click nos separa de Jorge Julio López, Daniel Solano, Facundo Rivera Alegre, Iván Torres, Sergio Ávalos, Luciano González, Andrés Nuñez, Miguel Bru, Kiki Lezcano, Marita Verón, María Cash, Florencia Penacchi, Mario Golemba, Santiago Maldonado, Luciano Arruga.
No hay desaparecidos sin un Estado que los desaparezca. Primero, mediante el brazo ejecutor de las fuerzas de inseguridad. Luego, a través de los laberintos en los palacios judiciales, que, sin escatimar cinismo, se autodenominan justicia. También, con funcionarios estatales que, en una combinación de desidia, irresponsabilidad y connivencia, miran para otro lado en momentos cruciales, de vida o muerte. Todos estos tentáculos operan en sistema. Engranaje, cada uno, de la máquina desaparecedora. Policías, fiscales, jueces, personal de la salud, funcionarios estatales, en síntesis. Sin embargo, no hay desaparecidos sin una red de medios tradicionales que desaparezca. Y las formas son variadas, aunque el objetivo siempre se repite. ¿Cuántas veces apareció el nombre de Daniel Solano en los matutinos de mayor tirada nacional? Sobran, holgadamente, los dedos de una mano para contar. ¿Cuántas operaciones mediáticas aparecen para decirnos que Maldonado no está desaparecido? No alcanzan cinco pares de manos para
lograr dar con el número exacto. Por último, no existe ni remotamente la posibilidad de desaparecer a una persona sin una sociedad que, por acción u omisión, avale esta metodología.
Del algo habrán hecho de 1976 al fue un accidente de 2014 hay un paso. Y lo dieron. Varios y varias.
El 17 de octubre de 2014 encontramos a Luciano. Lo hallamos nosotras y nosotros, ya que si algo nos ha enseñado este recorrido es que el Estado no suele ser amigable. En el camino, complejo y doloroso, se fueron acumulando amenazas, irregularidades, pistas falsas, investigaciones a quien
no se debe investigar, condescendencia para con las fuerzas de inseguridad, pero también, claro,un policía condenado por torturas, un destacamento cerrado, recuperado y transformado y, lo más trascendente, la instalación en la sociedad de una certeza indudable: a Luciano lo mató la policía.Y lo desapareció el Estado.

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