Por Juan Alberto Pérez
Se dice que este gobierno que encabeza Mauricio Macri conduce para una clase determinada, los ricos. Pero quedarse sólo con la acción no basta. Y es que esta administración es parte de esa clase social y ya no hace nada por disimularlo.
Por eso no suenan extrañas, aunque si repudiables, las manifestaciones, que se viralizaron en las últimas horas, realizadas por la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Maria Eugenia Vidal, por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y por la supuesta “fiscal de la republica”, la diputada nacional, Elisa Carrió. Tomar la palabra de estas figuras no es azaroso ni un capricho. Se trata de tres personajes centrales, de cuadros importantes dentro de la estructura CAMBIEMOS, por lo que su palabra representa el pensamiento oficial.
La universidad pública para pocos
Que la educación pública es una piedra en el zapato para las élites dominantes no es nuevo. Siempre que hay un gobierno de derecha que representa los intereses hegemónicos lo primero que intenta son recortes en la formación que esta al alcance de las familias de trabajadores y trabajadoras.
“¿Es justo llenar la provincia de universidades publicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad?” dijo María Eugenia Vidal muy suelta de cuerpo en una charla en el Rotary Club. Si hay algo que destacar de las nuevas universidades nacionales que se expandieron en los municipios del conurbano, y en otras partes del país, es que acercaron la posibilidad de formarse a gran cantidad de personas que antes se encontraban imposibilitadas por las distancias y el gasto que ocasiona el traslado. Es decir, se acerco la universidad a los sectores mas excluídos. Y esta transformación es tan notable que se logró que en muchas familias haya una primera generación de estudiantes universitarios.
Por lo antes esgrimido es que las manifestaciones realizadas por la gobernadora del distrito mas populoso del país, y una de las caras mas preponderantes de este gobierno, resultan altamente rechazables, ya que carecen de información, el 80% del alumnado de las universidades de GBA son de primera generación; y además, su alocución expresa un tono clasista y reaccionaria.
Ni cartonear te dejan
Ante la falta de oportunidades laborales a mediados de los ’90 comenzó a expandirse la actividades de los recolectores urbanos de materiales reciclables. Los popularmente llamados “cartoneros” vieron la crisis del 2001 como protagonistas principales, ya que la debacle económica expulso a cientos de personas a las calles a ganarse el mango juntando cartón, botellas de plástico y vidrio, y otros materiales reciclables. La actividad creció y se formalizó con la conformación de innumerables cooperativas de trabajo que se dedican a esta actividad.
Sin embargo, siempre hubo una mirada de desprecio hacia esos trabajadores de la economía informal que deambulan por las calles de la ciudad de busca de algún que otro recurso. Ya en 2002, cinco años antes de ser electo jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri prometía que cuando llegase a la primera magistratura de la CABA eliminaría de cuajo a los cartoneros. “Los cartoneros tienen una actitud delictiva porque se roban la basura” decía un Mauricio Macri candidato a desplazar al entonces jefe de gobierno, Aníbal Ibarra.
Dieciséis años después y con tres gestiones en la ciudad en el lomo, el PRO vuelve a por los recolectores urbanos. Ya no es Macri quien se encarga de esta empresa, sino su delfín, Horacio Rodríguez Larreta está al frente de la misiva. Semanas atrás se conoció un proyecto impulsado por el ejecutivo de la CABA para la quema de basura. Esto es fuertemente repudiado no slo por organizaciones en defensa del medio ambiente, sino también, por organizaciones de cartoneros, que expresan la preocupación creciente al ponerse en riesgo cientos de puestos de trabajo. Por eso, al escuchar manifestaciones vertidas por Rodríguez Larreta, en las que expreso que “La única forma de que no haya cartoneros que abran bolsas en las calles es que no haya cartón”, queda de manifiesto una postura ideológica de este gobierno de eliminar todo recurso que encuentra el pueblo para llevar un plato de comida a las mesas. Además, demuestra el lobby que están haciendo en favor del millonario negocio que significa la recolección y el tratamiento de la basura.
En boca abierta no entra en aborto
“Las chicas de 12 o 13 años que tienen hijos, en general, lo tienen de un tío, un hermano o un padre, o de un patrón o el hijo de un patrón. A esas niñas las van a llevar a un hospital y las van a hacer abortar legalmente. Ahora no van, tienen hijos” así se manifestó con su siempre petulante tono Elisa Carrió sobre un tema tan sensible como el aborto legal, seguro y gratuito. Así marca la postura de clase una de las máximas representantes del gobierno sobre un tema muy sensible, que esta instalado en el debate en la opinión publica en estos momentos. Así demuestra su ignoracia cuando supone que la aprobación de la ley por el aborto llevará a que niñas de 12 o 13 años que hayan sufrido una violación realizarán la práctica, cuando ya existe legislación al respecto, se trata del aborto no punible por violación ¿Carrió lo desconoce o prefiere ocultarlo para hacer ampuloso su discurso?
De cualquier forma el aborto legal, seguro y gratuito es un tema esencial por estos días. Intervenir en el debate implica una gran responsabilidad porque lo que esta en juego es la vida de cientos de mujeres que corren el peligro de una practica en pésimas condiciones y en lugares clandestinos. Por eso, ya sea desde una posición pro aborto o antiabortista, la cautela a la hora de esgrimir argumentos debe sopesar. Sin embargo, quienes están en contra del aborto, ya se ha visto en el debate en el congreso, han manifestado argumentaciones discriminatorias, reaccionarias y clasistas; en la misma tónica que lo hizo Elisa Carrio.
Todos estos discursos muestran la cara más reaccionaria de un gobierno que destila su odio de clase y despreocupación por las cuestiones de sensibilidad social en los más vulnerables. Hablan de salud, educación y trabajo con desparpajo y ya no ocultan su verdadero sentir en cada una de las cuestiones.