MAXI Y DARÍO

Por Redacción ANCAP

Fotos por: Pi Chón, Arveja Esperanza, Juan Pérez, Alex Giugo, Juan Meza, Federico Paterno

Dieciséis años que parecen dos días porque el recuerdo esta clavado en la memoria de cada uno que a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Dieciséis junio que la Avenida Hipólito Yrigoyen, a la altura de la estación del ferrocarril Roca en la localidad de Avellaneda que fue rebautizada Maxi y Darío, es escenario de la manifestación popular en homenaje, en memoria y con el pedido de justicia por el brutal asesinato perpetrado por la policía bonaerense contra los pibes que se manifestaban en aquellas jornadas de 2002 por techo y trabajo. Son dieciséis años que se exige lo mismo, que los responsables políticos de aquella cacería premeditada también tengan su condena y que no, como sucede en estos días y durante todos estos años, los veamos intentando refugiarse detrás de un puesto político buscando el calor de la impunidad.

Han pasado dieciséis años de la masacre de Avellaneda, y no importó que la CGT no tome en cuenta esta fecha para hacer su paro tan dilatado, la movilización popular se hizo presente a pesar del frío y a pesar la amenaza de las fuerzas represivas de Patricia Bullrich que esperaban para dar una más de sus patéticas acciones patoteriles, lo que primó fue la memoria y el ejemplo de Maxi y Darío.

Atravesamos ya dieciséis inviernos desde el 25 de junio de 2002 y pensamos entre todos «¿Cambió algo de aquellos días a hoy?»

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