PROSCRIBEN A LULA

Por Juan Alberto Pérez

En una nueva demostración de la endeblez democrática de la región, y sobre todo de la República Federativa de Brasil, el Tribunal Superior Electoral ha decidido revocar la candidatura presidencial del candidato con mayor intención de votos, hablamos de Luiz Inácio Lula Da Silva. Seis de los siete integrantes del cuerpo, en una sesión extraordinaria de 11 horas , rechazaron la aplicación del ex presidente de Brasil a los próximos comicios del 7 de octubre. El PT tiene ahora 10 días para realizar el cambio de candidato.

Un nuevo golpe a la voluntad popular se gestó en Brasil cuando en las primeras horas de este sábado 1 de septiembre el Tribunal Superior Electoral, con sede en Brasilia, decidió apelar a la “Ley de Ficha Limpia” para declinar la candidatura de Lula. Esta norma que data de 2010 marca que un aspirante no podrá contender en elecciones, ni ocupar cargos públicos, cuando tenga dos condenas, como es el caso del ex mandatario brasileño, quién posee una condena en primer instancia por el juez Moro, y la ratificación en segunda instancia por el tribunal de apelaciones de Porto Alegre.

Recordemos que Lula se encuentra detenido desde abril en una cárcel en Curitiba, producto de una condena por supuesta corrupción pasiva y lavado de dinero. A esta sentencia llegó el Bonadío brasileño, el juez Sergio Moro, por una supuesta dádiva, materializada en un departamento, recibida por Lula como soborno para favorecer la adjudicación de contratos públicos a la empresa constructora OAS. Resulta similar la estrategia persecutoria de la política por parte de la justicia, utilizando la obra pública como chivo expiatorio para quitar de carrera a los referentes políticos de oposición, sucede en Argentina, se replica en Ecuador y también en Brasil.

Lula encabeza la intención de votos en Brasil de cara a las próximas elecciones con un 30% de apoyo. En segundo lugar hay un candidato de extrema derecha, el pastor evangelista Jair Bolsonaro. Las élites económicas y de poder de Brasil son las que impulsan el veto a la candidatura del ex presidente, quién ocupara la primera magistratura desde 2003 a 2010, cuando lo reemplazó la depuesta presidenta Dilma Rousseff. Al dejar la presidencia, Lula, contaba con una imagen positiva del 80% y nunca dejó de ser una figura central en la politica brasileña, ya que en sus dos mandatos sacó a 28 millones de personas de la pobreza.

Mientras tanto, la coalición que encabeza el Partido de los Trabajadores de Brasil deberá buscar un/a nuevo/a figura que encabece la candidatura presidencial. Para eso se le otorgó un plazo de 10 días, sin embargo durante ese tiempo no circularán en radio ni tv spots publicitarios del partido ya que no se le otorgaron espacios hasta entonces. Desde organizaciones sociales y medios alternativos hablan de que esto es un paso más de un acuerdo nacional, en la que participan la justicia y las corporaciones mediáticas y económicas contra las aspiraciones de las clases populares.

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