Por Juan Meza
Luego de 231 días de lucha y resistencia, la orden judicial llegó y la policía llevó a cabo el desalojo del local de la confitería Boston en Mar del Plata, en la zona de Varese.
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La confitería Boston, emblema de “La Feliz” hace ya un año se encuentra en litigio con sus empleados. Sus dueños, los hermanos Lotero, presentaron convocatoria de acreedores y esto permitió congelar el pago de los sueldos de los empleados.
Los trabajadores del local que se encuentra en Urquiza y la costa eran los que tenían la situación más crítica porque ese local no pertenece a la firma Tecomar S.A. y la orden de desalojo estaba al caer. Con apoyo de los vecinos y diversas organizaciones y partidos políticos, el 26 de diciembre se logró frenar el desalojo, pero la nueva orden estaba al caer. Hoy 16 de enero de 2019, a las 3:33, la policía golpeó la puerta de dicho local para hacer entrega de la orden de desalojo al único empleado que se encontraba en el local durmiendo. Cabe destacar que los desalojos no se pueden hacer de noche, sino de día según rigen en pactos y tratados internacionales que incitan a garantizar los derechos económicos, sociales y culturales de una sociedad. Estos pactos prima por sobre el código civil que hoy tenemos.
Dialogamos con Alejandra Blanco, quien nos contó cómo sucedieron los hechos:
A las 3:33 AM llegan los patrulleros, se acercan tocan la puerta y le dicen a mi compañero que estaba durmiendo adentro que tiene 5 minutos para abrir. Él pide la orden judicial, cuando se da vuelta como para vestirse pudo llegar a mandar un mensaje, les abre la puerta y ya desde este momento no lo dejaron ni mandar mensajes, ni atender teléfono ni nada.
3:30 nos enteramos cuando llegamos allá había 300 policías dos camiones de la policía, 6/7 patrulleros, toda la cuadra era como si hubieran atrapado a Pablo Escobar una cosa así, todo ese despliegue para un empleado, así hubieramos estado los 14 , 6/7 patrulleros más dos camiones tipo colectivo me parece demasiado para 14 empleados.
Fue una vergüenza, no somos delincuentes, somos trabajadores y lo único que queremos es trabajar y sin embargo la gente que tiene poder y amigos en el poder y plata de guantes blancos para poder robar son loS que hoy nos dejaron con las ilusiones rotas.
Ahora seguirá la lucha en el local de Buenos Aires 1927 que es el único que queda. La lucha seguirá. A los 231 días termina en la sucursal Varese pero continúa en el de Buenos Aires.
Todavía hay dos móviles policiales y dos policías en las entradas y salidas de emergencia.
Hicimos todo para poder salir adelante pero nos truncaron el camino.
Yo estuve 12 años en confitería Sâo y después 18 años en Boston eso quiere decir que no somos ni malos empleados ni gente que no quiere trabajar, tengo muchos años en el rubro, jamás me echaron ni tuve un problema, eso demuestra que somos trabajadores que solo queremos trabajar.
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