Por Juan Meza
Alberto Fernández, recientemente electo presidente en Argentina, para representar al pueblo durante los próximos 4 años, se sacó una foto con Brian. Brian es un ciudadano del oeste de la provincia de Buenos Aires, quien fue presidente de mesa en la escuela que a él le tocó votar, pero que el odio que tienen algunos desclasados hacia sus pares hicieron que se convirtiera en meme, donde su imagen se viralizo rápidamente con la leyenda que decía «no vayan a votar con cosas de valor».
Haciendo un breve repaso de lo que fueron estos últimos años en Argentina, no está para nada fuera de contexto lo sucedido ya que desde al menos 4 años atrás la sociedad vive una situación de odio hacia el pobre, «ese mal originario de todos los problemas del país cobrando sus planes y viviendo de ellos». Como si vivir con $7000, cuando la canasta básica supera los $30000 sería vivir.
Volviendo a Brian y a Alberto y a su foto juntos no puedo dejar de pensar en el actual presidente, Mauricio Macri, dándole la mano al policía asesino Chocobar, luego de este último haber aceibillado a un pibe por la espalda. El actual presidente no sólo aplicó una política represiva en las calles sino que además, posó con los verdugos del pueblo.
A simple vista hay un cambio de perspectiva. El actual mandatario se sacó fotos con los asesinos de los pibes de las barriadas mientras que el nuevo presidente electo, quién asumirá ese rol a partir de diciembre, se saca fotos con el pibe discriminado por el odio instaurado desde el poder. El tiempo dirá si la foto de Alberto con Brian es oportunista o no. Yo solo pienso que Alberto viene del riñón de un espacio político que en sus filas, siguen teniendo a Felipe Solá, responsable político junto a Duhalde de la masacre de Avellaneda llevándose la vida de los compañeros Maxi y Darío. Tampoco me puedo olvidar que al debate presidencial invitó a Daniel Scoli, quien fuera el candidato en el 2015 para suceder a Cristina Fernandez de Kirchner, ese mismo Scioli que comandaba la provincia cuando asesinaron a Luciano Arruga.
El tiempo todo lo acomoda y será el pueblo quien juzgue a Alberto.