Por Arenas para Ancap
Ojos grises del tiempo, sustancia verosímil que trasgrede los cuerpos. Tan real y concreto, como eléctrico impulso que mueve los huesos. Tan cierto y profundo, como las grietas en las manos del cemento. En cada ruina y escombro una contradicción imparable. Un grito que nace desde el centro. ¿de quién es el cuerpo? Los ojos que miran, son los ojos de todos. Cada uno se ve en el reflejo del otro ¿de quién es el cuerpo? ¿de quién los actos y movimientos?
Detrás del humo y el consumo, detrás de los miedos impuestos e impuestos que dan miedo. Sobrevive la vital pulsión de los elementos de los que estamos hechos.
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