EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Por Juan Meza
El Gobierno Nacional, con Martín Guzmán, Ministro de Economía, a la cabeza logró un acuerdo con los fondos que han comprado bonos durante el gobierno de Macri. La quita es sustancial. Es una pequeña victoria para la gestión Guzmán y Alberto Fernández, pero de esas que no se deben festejar.

Próxima parada, FMI.

El título de esta nota puede llegar a ser discutido, porque el síndrome de Estocolmo, se da para quienes comprenden y se acercan al accionar de alguien que los está secuestrando. Técnicamente acá no hay secuestro de persona, pero sí, de la economía y del futuro de los argentinos y argentinas, y hablar de que el FMI nos apoyó en esta negociación, es mostrarse comprensivo con quien le prestó, sin medir consecuencias, o sí, el mayor préstamo que se le haya dado a un país en la historia del capitalismo. Ese Fondo Monetario Internacional, es el que le prestó a Mauricio Macri, USD 50 mil millones. Y ese dinero no se utilizó para que el país pueda crecer, sino que fue utilizado para la bicicleta financiera y para la fuga. Esa deuda, la mayor del país, desde que se comenzó a tomar empréstitos, se demostró que es ilegítima y a pesar de saberlo, y de pensar en la economía local, el gobierno, negoció con los acreedores un pago de USD 54,80 por cada USD 100 que se adeudan. Esto significa un ahorro de 42 mil 500 millones de dólares hasta el 2025 y de 37 mil 300 millones de dólares entre el 2020 y 2030.

Es real que, si no se llegaba a esta negociación, la cruda realidad económica iba a pesar mucho más sobre el país, porque los plazos se estaban venciendo y había que pagarles a esos que compraron los bonos bajo la Ley extranjera, lo que significa, que, si ha de existir alguna medida judicial, no será en nuestro país, como sucedió con los fondos buitres y el fallo del Juez Griesa. Entonces nos preguntamos, ¿debemos pagar ésta deuda? ¿Siempre el pueblo va a pagar los negocios que los poderosos hacen? La historia nos muestra que sí. Mientras Macri, se encuentra de vacaciones en Francia, en medio de una pandemia, el pueblo está cada vez más pobre. En esta semana, en un informe que publicó Unicef, en Argentina más de 8 millones de niños son pobres. En términos porcentuales se traduce al 62,9%. Volvemos a preguntar ¿es justo que el pueblo pague siempre los arreglos que hacen a su espalda los poderosos de turno y los de siempre? La historia de los últimos 100 años argentinos nos demuestra que sí. El peronismo, en redes sociales lo festeja por todos lados y mostrando una línea histórica donde muestra etapas de endeudamiento y de desendeudamientos, y si los períodos de desendeudamiento lo hicieron Rosas, Perón, el kirchnerismo y ahora Alberto, pero lo que omiten es que nunca hicieron algo como para sentar bases y evitar que el país siga postergando su futuro. Se retroalimentan de esto, mientras a los pobres siempre les cuesta parar la olla.

Mientras esto sucede, mientras el gobierno recibe a sus héroes con aplausos, el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) de $ 10000 correspondiente a julio, se cobrará en septiembre, lo que hace aún más difícil para quienes lo reciben poder sustentarse sin tener acceso a otro ingreso.

La pandemia, desnudó las falencias de esto que llaman economía. Difícil va a ser salir de esta situación económica y social donde nos depositaron las políticas de ajuste y endeudamiento del gobierno de Mauricio Macri. Siempre va a ser difícil cuando en el horizonte está el FMI.

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