GUERNICA: PEQUEÑOS RELATOS

Por Lidia Barán

La necesidad de un pedazo de tierra para vivir es un problema estructural con un déficit habitacional que un gobierno carente de decisiones no puede subsanar. Allí en Guernica las pequeñas historias, dentro de esta historia, hacen que toda la lucha valga la pena

«Tirá ese espejo, que te vas a lastimar» le dijo la mamá de uno de ellos. Su curiosidad me acercó a registrar ese momento. Hacer gestos, mirarse fueron su juego hacia su propio reflejo.LMB_0142

Por las sonrisas de les niñes es la razón de seguir luchando de las 2500 familias en Guernica.LMB_0076

«Mirá, sé escribir mi nombre», me dice y coloca en su pizarra con la fibra en imprenta Antonia Zoe. Me cuenta que está en segundo grado y que extraña la escuela, pero sabe muy bien que hay una pandemia que impide desde marzo la asistencia a clases. Actualmente recibe las tareas por whatsApp.LMB_0117

Antonia, es del Barrio La Unión y es una de las tantas niñas que está con su familia (mamá, papá y una hermana) desde el comienzo de la toma en Guernica y aún resisten a pesar del clima por el derecho a un pedazo de tierra donde vivir dignamente.LMB_0129

El pasado 10 de septiembre en el marco de la movilización hasta la Municipalidad de Guernica, decía una de las mujeres que lucha y resiste en la toma:«Si nos desalojan muchos volveremos a estar en las calles».

Fotos: Lidia BaranLMB_0135

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