¡OCTUBRE! SIEMPRE OCTUBRE

Por Ivan Fierro

Mes emblemático, si los hay para el campo popular y revolucionario internacional en general y regional en particular, ya que en él se inscriben muchas de las grandes gestas y significativos hitos protagonizados por los pueblos y sus referentes, octubre parece imprimirles, cíclicamente, su sello de lucha, tragedia y esperanza. Siglos atrás, el décimo segmento del calendario gregoriano enmarcó la instauración de una nueva forma de contar los días, cuando la Francia revolucionaria decretó el uso del sistema diseñado por el matemático Gilbert Romme y enbellecido por el poeta Fabré d`Eglantine , el cual lo ubicara en primer lugar, lo llamara vendimiario y lo hiciera adelantarse unos días. A comienzos del Siglo XIX contempló las derrotas de las fuerzas revolucionarias independentistas Nuestramericanas en Rancagua y Vilcapugio. Mas tarde se las ingenió para aparecer en la historia como el acunador de la epopeya del pueblo ruso en 1917. Promediando la vigésima centuria fue testigo de las jornadas que en 1944 impulsaron a Jacobo Arbenz al gobierno guatemalteco; del histórico 17 de 1945 en el que la segunda oleada proletaria de Argentina se movilizara para exigir la libertad de su caudillo; del advenimiento de la República Popular China en 1949; del último combate de Ernesto Guevara en suelo Boliviano y su posterior asesinato en 1967; de la masacre contra les estudiantes mejicanes en Tlatelolco en 1968; del triunfo de Salvador Allende y la Unidad Popular en la «Primavera Chilena» de 1970; de la asunción de Juan Perón a su tercera presidencia en 1973 y una larga lista de acontecimientos históricos cuya sola enumeración sería cosa de nunca acabar.

De un tiempo a esta parte octubre alumbra los hoy denominados Encuentros Plurinacionales de Mujeres en lucha de Argentina, pero también a comienzos del milenio corriente apuntó el principio del fin del fallido «gobierno» aliancista que desembocaría en el «Argentinazo», con la renuncia de su Vicepresidente «Chacho» Álvarez por el escándalo de las coimas en el senado; se obscureció para el pueblo bolivano y se convirtió en el «octubre negro» de 2003, cuando miró absorto la matanza perpetrada contra la población inerme que se oponía al saqueo del gas a manos de Sánchez de Lozada y sus secuases.

Muy recientemente (aunque parezca lejano, debido a la vorágine que nos impone la Era en que vivimos), octubre sorprendió con el «Despertar» del Pueblo de Lautaro, indignó con el golpe de Estado contra las naciones bolivianas y descomprimió con la derrota en segunda vuelta del macrismo en la tierra de Martín Fierro, en tanto que iluminó en gran parte de la América del Sur del Río Bravo a las fuerzas Populares que levantaron la guardia frente a los despiadados embates del neoliberalismo extractivista que recrudecía su ofensiva sobre poblaciones y territorios.

Repuestas parcialmente del «Knockout»que significó para ellas la «aparición» de la llamada pandemia de Covid-19 y las sucesivas medidas de aislamiento que los gobiernos impusieron a los pueblos con el único fin de contener los descontentos mas que de cuidar a les ciudadanes, dichas fuerzas se internan en un octubre 2020 enrarecido que mantiene espectantes a quienes logran capear la tormenta desinformativa con la que el poder real pretende confundir a les incautes , a través de sus medios hegemónicos de incomunicación.

Con todo, la «nueva normalidad» parece no hacer mella a este mes rebelde inveterado que hoy descubre nuevos desafíos en viejas luchas.

Superada la desmovilización ocacionada por el A.S.P.O devenido en estado de sitio selectivo, que sirvió para que el capitalismo regional reconfigurara su matriz comercial, financiera e impositiva, optimizando el manejo de datos personales por medio de los nuevos sistemas informáticos, este octubre  arrancó para el Cono Sur con movilizaciones y represión en las luchas callejeras, desencadenadas en Chile, en ocación de las protestas del personal de salud a las que se sumaron jóvenes de la «Primera Línea» y dejaron como saldo varias personas heridas, contusas, gaseadas, detenidas y un estudiante de 16 años arrojado por un carabinero desde un puente a la rivera del Río Mapocho. Estos hechos se encuadran dentro de una serie de manifestaciones  que las organizaciones sociales de ese país proyectaban para el día 5 (fecha en que se conmemora el triunfo del No del plebiscito que dio paso a la democracia pactada actual), para reclamar la libertad de les prese polítiques que la gestión de Piñera mantiene en cautiverio mientras intenta, junto con sus aliades, imponer una «Constituyente» acorde a sus intereses de clase. Como era de esperar, octubre adelantó la cosa y el jaleo comnenzó el día 2.

Por otro lado, este mes también será decisivo para el M.A.S. y los movimientos sociales-originarios-campesinos de Bolivia que se preparan para incidir en el proceso electoral tantas veces escamoteado por la dictadura derechista de Janine Áñez,  la cual desde hace un año realiza persecuciones sistemáticas sobre militantes y referentes opositores, llegando a forzar al exilio al derrocado Presidente Evo Morales, quien hoy reside en Argentina escapando así de un altamente probable asesinato.

No menos convulsionado acontece este octubre intracuarentena para la sociedad Argentina que se ve sumida en una crisis multidimencional de proporciones inauditas cuyas aristas sobresalientes son: el aumento de los índices de pobreza e indigencia que, oficialmente, muestran a un 50% de la población que subsiste de manera ignominiosa debido a la falta de oportunidades laborales y a la suba sostenida del precio de los alimentos; un incremento exponencial de los delitos violentos relacionados de manera directamente proporcional con el fenómeno mencionado anteriormente y la consabida violencia represiva del Estado que se contagia a la parte de la población civil que tiene bienes que cuidar y se cobra siempre su cuota de casos de «gatillo fácil», desapariciones forzadas, y «justicia» por mano propia, haciendo presa de jóvenes a les que con anterioridad se les priva de esperanzas y derechos; la conculcación de garantías y medios de satisfacción de necesidades para les ciudadanes por parte de los gobiernos, cuyas políticas sociales son y han sido meros paliativos a las emergencias de conflictos estructurales de diversa índole, lo que va impulsando a parte de la ciudadanía a organizarse para visibilizar las problemáticas e intentar soluciones, debiendo en muchos casos recurrir a procedimientos penados por las leyes vigentes que, en múltiples ocasiones, no contemplan las necesidades y motivaciones de las personas que observan la doble vara con que la clase política gestiona los asuntos de interés público sobre los que se le delegan o se arroga potestad. Tal el caso de la grave emergencia habitacional y la hiperconcentración de la tierra provocada por especulación inmobiliaria y la injusta distribución del suelo que, a la vez que desplazan a millones de persona hacia los centros urbanos hiperpoblados, depredan territorios para extraer ganancias y beneficios que solo disfrutan empresaries y complices gubernamentales. Sirvan como ejemplo el negociado de las tierras de Costanera Norte y los incendios forestales con fines especulativos que ya han consumido mas de 400.000 hectáreas de campos y bosques, agudizando la situación.

Paradigmática para el campo popular a este respecto es la recuperación de tierras en Guernica (pcia.de BS. AS.), donde miles de familias, acompañadas por organizaciones sociales, Profesionales solidaries, abogades nucleades en «La Gremial», medios de comunicación populares, «Médiques del Mundo», Madres de Plaza de Mayo, diversos organismos de Derechos Humanos, artistas comprometides, productores rurales nucleades en U.T.T. y una multitud de personas que desde el llano simpatizan con quienes sufren la falta de vivienda, resisten la prepotencia de la mafia inmobiliaria que no está dispuesta a perder un suculento negocio y utiliza herramientas e intrumentos jurídico-estatales para ganar una guerra  desgaste, llevada contra les desposeides de toda poseción.

Este emblemático conflicto, que ya lleva casi tres meses de enfrentamientos de mediana intensidad, se dirimirá también en octubre, cuando entre los días 14 y 30 las fuerzas represivas decidan si efectivizarán o nó el desalojo ordenado por el Juez Rizzo.

Atenta a estas fechas, la parte vulnerada de la sociedad cifra sus esperanzas en las fuerzas del pueblo y confía en una pequeña victoria que señale el camino a miles de incipientes experiencias de cambio social que prefiguran el mundo que anhelamos.

Finalizando, octubre, el nunca bien ponderado octubre se nos presenta nuevamente con aires de rebelión y dignidad en medio de esta complejísima realidad que muestra un panorama regional cargado de difilcultades y esperanzas.

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