HERMANOS EN SANGRE (El debate desleal)

Por Federico Firpo

Un loco me decía que el que le roba a un banco tiene una eternidad de perdones, porque no solo le estaría robando a un ladrón sino que estaría tocando de una vez los intereses de los más grandes ladrones de toda la historia.

La anarquía no era tan mala – me susurró al oído cual pájaro cantor – y prosiguió: todos saben de lo injusto de la propiedad, pero no todos dejan de indignarse cuando se toca a la santísima privada. Mira a tu alrededor, nos acostumbramos a pisarle el colchón al tipo que con su solo saludo nos muestra la peor de nuestras caras.

Seguimos caminando y me señala que las bicicletas gratuitas que brinda el sector público, para el paso del caso ciudadano express, son financiadas bajo la tutela propagandística de un banco privado. Paradojas de sectores que manejan montos de dinero superlativamente extravagantes. “Robar bicicletas para ganar”, me sugirió como posible lema para contrarrestar todas las injusticias que azotan a una sociedad cada vez más dividida, cada día más desunida y a cada segundo inmoralizada desde la bajada de sus propias leyes.

El dueño del diario, que supo escribir con sangre la historia de los otros hermanos, olvidó que olvidaba nuevamente las raíces de su ser. El debate se ha hecho desleal, compramos como tortura la venta del menos fiel. Son pocos matando a muchos, los muchos no se despiertan, siguen ensoñados en esta ironía cruel.

El mundo no está tan loco, son los dibujos que nos hicieron meter, nos van disfrazando entre ruinas para su renacer. Trazar. El universo es de los que de a rato se aburren o pierden cuando en caída reclamando nos ven. Nos piden un esfuerzo, olvidan de dónde venimos porque, en realidad, no nos reconocen como suyos.

La campaña del candidato supone millones de pie, no millones acompañando, sino billetes de base para bancar contra lo que fue, lo que viene de cambio, lo que al futuro dice que ve. La campaña es muy larga, se empieza con fe, con fe de patrocinio por alguien a quien convencer. Pero no a los cualquiera, quizás sea a dos o a tres. Lo increíble del final es que la recta triunfal espera un líder fuerte que solo de un sueldo vivirá, raro, pero increíble, mover una montaña para un supuesto de pequeño caminar.

¿Alguien puede con astucia en esto creer? El Sistema perverso, matando el hambre a migajas devolverá, todo lo recorrido, todo lo que se va. Humilde es poco con gusto a nada, lo que se ha ido no vuelve, a pocos le quedará.

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