Por Federico Firpo
Hierve otra vez la sangre, de adrenalina al rojo vivo. Juega La Acadé, dichoso es mi destino. Vuelve a escribirse la crónica llorona de este bicho. Lo digo y me hago cargo, abro el paragua, ojalá no nos roben otro partido.
Increíble y raramente, veo por primera vez en la vida hinchas de Boca quejándose de los fallos arbitrales. Extraño verdaderamente, mas aún siendo contra Racing, equipo al cual a guante blanco bien han sabido, históricamente, vivir. Pero, en fin, según una vieja amiga, el fútbol genera esa posibilidad única que nos hace a todos susceptibles de sentirnos cagados más nunca beneficiarios. Desde mi humilde opinión, ver a un hincha de Boca quejándose de los arbitrajes es como tratar de entender por qué Gallardo reafirmó a su pateador por excelencia de penales siendo que de momento le quedan solo dos o como mucho tres partidos, es decir, cuántos penales más espera el Muñeco que le cobren a su equipo, ¿tan seguro está que así será?…
Quizás, en vistas de una nueva final superclásica, no está de más empezar a llorar un poco, justificar primero cualquier ayudín en lo que refiere al próximo partido (Boca-Racing), pero sobre todo justificando también de antemano las condiciones de una nueva derrota contra el equipo millonario, significando una segunda final consecutiva perdida contra el mismo rival. Todas hipótesis incomprobables, salvo qué la de saber que en lo concreto de los hechos es mucho más probable que Boca, al igual que River salgan favorecidos que, por el contrario, favorezcan, por ejemplo, a Racing contra alguno de estos dos equipos. La historia así lo ha dictaminado, lógicamente algunos no lograrán así verlo nunca.
A todos nos sorprendió este miércoles que ese jugador de Racing no fuera expulsado, luego de haber hecho las cosas de la misma forma por la cual nunca ningún jugador de Boca (contra Racing) ha sido expulsado. Todos sabemos con el pasar de los años de lo lindo del juego tan hermoso en jugadores del estilo de Chicho Serna, Bermúdez, el flaco Schiavi y así sucesivamente, podríamos remontarnos en el tiempo. Codazos, patadas, agarrones famosos del siga siga tristemente denominado: “Boca Boca Boca Huevo Huevo Huevo”, es fácil seguir así en el camino. La justicia siempre falla a favor de los multimillonarios, los políticos siempre fallan de igual manera, no podemos pedirle lo contrario al fútbol. Cuando son ellos los que la padecen no pareciera ser tan simpática la patada de burro. La mitad mas uno del pueblo argento se reconoce leal boquense, el resto mira como hoy se enojan los que nunca han advertido de privilegiados en la casa propia. Tal vez, esto explique que tantas personas no hinchas de Racing hayan celebrado la derrota de Boca.
Quédense tranquilos hinchas bosteros, queda otro partido, el de la revancha en la vida futbolera, esa que nos marca que a la vuelta, siempre el vuelto favorece al que siempre ha sido favorecido. No lloren ni se quejen, no es ese su destino, más sí el del racinguista, sabemos que así será, aunque no nos damos por perdidos. ¿acaso alguna vez le anularon mal un gol a Boca en su cancha?, ¿acaso a River han dudado en cobrarle un raro penal para su aprovecho? La respuesta es claramente no. Eso sí, sabemos que entre River y Boca el ganador al día de hoy sería otra vez el mismo, con VAR o sin VAR, la rivera nos ha enseñado que el millonario disfruta mejor y más en la Ciudad del Gran Río.
Seguro Boca y River, los favoritos del menú, nos empalaguen con lo divino de pegarse como en un ring, a pesar de que lo bueno del fútbol pase por otro lado. Pero será en el campeonato. Porque para la Copa solo uno de ellos tendrá sus plazas garantizadas.