Por Federico Firpo
El CoVid, en términos humanitarios, va dejando consigo las más grandes huellas de aquello qué, a los fines de la miserabilidad, podamos esperar, en vistas de todo tipo de ventaja que pueda sacarse.
Los amigos del ex Ministro de Salud, fueron el eje de la tormenta de un mes a la fecha, todos los medios sistemáticamente y al unísono resonando los tambores de lo indignante por ser testigos de lo que bien han sabido denominar “vacunas vip”. Lease que se quejan, al punto de denunciar la inmoralidad de los hechos, los mismos que se quejaban denunciando (valga la redundancia) lo venenoso que iba a ser una vacuna que supuestamente nos iban a obligar a ponernos. Menudo ensayo criterial.
La situación en Formosa no es para menos, en similar sentido, los hijos de la República que hablaban ayer del “curro” de los Derechos Humanos, con la ex Ministra Bullrich a la cabeza, alientan ahora y a grito pelado que en la Provincia del Gobernador Insfran no se respetan los Derechos Humanos (?). Deberían de estar orgullosos atendiendo a sus propios términos y en vistas de los criterios que historicamente los han sabido caracterizar a los ojos de sus propios ciudadanos votantes. ¿Acaso se habrán vuelto populistas los de apellido Oligárquico?
Pero bien, del otro lado, logicamente sin igual impacto ni masividad mediática, otros formatos de vacunatorios vip: he aquí, fiel al estilo empresarial, excluyente y por demás privatizador, las prepagas de CABA, primeras en recibir las dosis para el orgullo de quienes puedan pagar con dinero los costos salvajes de seguir civilizadamente vivos.
A las pocas cuadras de las prepagas, la negativa burocratizadora al PAMI, para acompañar el proceso de vacunación en conjunto con un escandaloso show de vacunatorio improvisado en Luna park, incluyendo ancianos de más de 80 años haciendo 5 cuadras de cola, amontonados y a plena luz del sol. Por lo menos, ante los medios audiovisuales pudieron dibujarlo con la siempre heroica iniciativa del SAME, en este caso asistiendo a los abuelos al borde del desmayo.
No nos olvidemos de Corrientes, con un Ministro de Salud chocando su camioneta en la ruta, mientras llevava en la parte trasera de su vehículo 900 dosis de Sputnik V vaya a saber uno con destino a quien sabe donde…
Afortunadamete, para pocos, en un país que nos tiene acostumbrados a lo que de pocos ha sido, algunas cosas no han logrado aun caerse por el peso de sus propios pesos. La espera se pisa con otras esperas y en definitiva, nos seguimos cansando de esperar.
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