Por Redacción ANCAP
Dibujo Martín Vera
Fotos Osiris Martí
La represión en Colombia y la cadena de sucesos de violación a los Derechos Humanos no frena hace más de 15 días. La brutalidad policial del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) bajo las órdenes del Presidente Alan Duque y con el visto bueno de Luis Almagro de la OEA, quien sigue sin emitir un solo comunicado en repudio de los hechos de violencia policial y para policial. En la última semana fue golpeado brutalmente por la las fuerzas policiales en la ciudad de Bucaramanga Johan Moreno Castro, defensor de Derechos Humanos integrante del Equipo Jurídico Pueblos, el resultado fue una herida de 4 cm de profundidad en su cabeza. Ya suman 52 las personas asesinadas por fuerzas policiales desde el día 28 de abril a la fecha.
La movilización popular es fusionada entre el movimiento campesino, estudiantil, mujeres y diversidades, trabajadores y trabajadoras y les jóvenes que no abandonan las calles. Los números alarmantes de violaciones a los derechos humanos en Colombia indican al 29 de abril: 57 Líderes, lideresas y defensores DDHH asesinadas, 33 masacres y 23 firmantes del acuerdo de paz asesinades, según informa el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ). El defensor de Derechos Humanos, Moreno Castro golpeado y detenido, al momento de ser llevado por la Policía se encontraba trabajando en las calles bajo el rol de defensor de los derechos de les manifestantes. Sufrió una herida abierta en la cabeza de 4 cm de profundidad, contusión en hombro, en un brazo y en una rodilla.
La violencia contra les trabajadores de prensa que ponen el cuerpo en las calles para mostrar lo que ocurre con la represión policial tiene consecuencias diarias, la Agencia de Comunicación de los Pueblos Colombia, Informa que sufrió la agresión a dos periodistas, fueron perseguidos y golpeados mientras intentaban informar la noche del 10 de mayo. Desde el medio explicaron “Como reza uno de los tantos trabajos gráficos que han circulado en estos últimos días, le decimos a las fuerzas policiales que no disparen, que estamos desarmados y desarmadas. Pero tenemos la alegría de sabernos compañeros y compañeras, así como tenemos el sueño de un mejor país en nuestros ojos”.
Las últimas cifras arrojan números preocupantes de violación de los derechos humanos, mucho más severos que los de Chile, que también tuvo varias semanas de represión estatal del Presidente Piñera. Según informa Amnistía Internacional hasta el momento se contabilizan 1.800 casos de violencia policial, 963 detenciones, y 12 casos de violencia sexual. Desde el comienzo de las protestas se denunciaron 122 ataques a trabajadores de prensa. No obstante esto, el Presidente Duque, escribió en su cuenta de Twitter “Como país queremos retornar a la normalidad, con la urgencia de escuchar y atender las causas sociales. Por eso manifestamos la voluntad de tener espacios de negociación con el Comité del Paro, para que entre todos construyamos soluciones”. Escuchar las causas sociales por el momento es bajo la represión y una masacre histórica para Sudamérica.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió en los últimos días, cientos de pedidos urgentes para que una comitiva viaje a Colombia, y pueda certificar las violaciones de Derechos Humanos severas que se viven en el país. La CIDH ya envió el pedido al gobierno de Duque para poder viajar al lugar. En un comunicado del organismo informaron: “En el marco de su mandato de monitoreo permanente a la situación de derechos humanos en el país, la CIDH ha recibido diversas denuncias de presuntas violaciones a los derechos humanos producto del uso excesivo de la fuerza durante las protestas sociales. La información recibida señala, entre otras, la existencia de personas fallecidas y desaparecidas, hechos de violencia sexual, tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes en contra de manifestantes, abusos contra personas defensoras y ataques a personas indígenas. De igual manera, recibió información sobre agresiones y actos vandálicos contra agentes de policía y propiedades del Estado”. Por otro lado, Erika Guevara Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional, afirmó: “Deben respetar la libertad de expresión y de prensa y garantizar que quienes ejercen el periodismo puedan cubrir los hechos de manera segura”.
Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Pereira, Yopal, Cartagena, Neiva, Putumayo, son algunas de las ciudades donde se focalizan las protestas diarias. Tras la ola consecutiva de protestas y una escalada represiva brutal de la derecha colombiana, su Canciller Claudia Blum renunció a su cargo, antes de presentar su renuncia a Duque, la funcionaria estaba encargada de viajar a Ginebra, Bruselas, España y La Haya, y se encontraría con Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
En un informe detallado de la situación por parte de la ONG Temblores e Indepaz, informaron datos tan preocupantes como alarmantes:
-El uso indiscriminado de armas de fuego en contra de las y los manifestantes por parte de la fuerza pública.
– El uso de disposiciones administrativas para legitimar la violencia estatal en contra de quienes ejercen sus derechos fundamentales.
– La imposición de requisitos y medidas paralegales a las personas detenidas arbitrariamente por parte de la Policía Nacional a cambio de su libertad.
– El lanzamiento de gases lacrimógenos a las viviendas.
– Allanamientos sin orden judicial.
– El uso de armamentos en contra de los cuerpos y caras de las y los manifestantes para dispersar protestas pacíficas.
– El uso de la figura del traslado por protección para conducir a las y los manifestantes a estaciones de policía en las cuales no hay presencia del Ministerio Público.
– Prácticas de tortura dentro de guarniciones militares y centros de detención.
– La presencia de agentes de la fuerza pública sin identificación o vestidos de civil en las protestas.
– Cortes del servicio de luz y ráfagas de disparos
– Censura en las redes sociales.
– El uso de armas como el lanzador de proyectiles múltiples “VENOM” desde el suelo y de forma horizontal. La cual ha sido catalogada como un arma que no cuenta con la precisión y al utilizarla de esta forma en manifestaciones se convierte en un arma de alta peligrosidad.
La reforma tributaria de la derecha colombiana estaba destinada a aumentar el precio de la canasta básica del 53% al 60%, eliminar la categoría de bienes exentos (lo que incrementará el costo de la producción de alimentos), ampliar la base gravable del impuesto a la renta de personas naturales. Un ajuste que en líneas generales iba a golpear al pueblo humilde y de clase media de Colombia, un ajuste en plena pandemia de Covid 19 con una economía en llamas. Esto implicó que el 28 de abril las calles de cada ciudad colombiana fuera poblada para decir basta.
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