FOTO DE LA SEMANA – MIGRAR NO ES DELITO, ES UN DERECHO HUMANO

Por Osiris Martí

 

La imagen de esta semana muestra a una persona migrante llorando y aferrándose a los brazos de una trabajadora voluntaria de la Cruz Roja Española.

Entre el lunes y martes de la semana próxima pasada, alrededor de 8000 personas, entre ellas 2000 menores de edad, cruzaron las “fronteras de lo permitido” en esta sociedad globalizadamente racista, clasista, colonialista y eurocentrista, donde las leyes son a pedir de boca de los más poderosos.

Personas que toman la decisión de emigrar con lo puesto, huyendo de la miseria y la vulnerabilidad absoluta, sólo con un puñado de sueños y esperanzas en sus manos. Pero la realidad es otra, la realidad para las personas que intentan migrar desde África hacia Europa es un muro chocando contra sus rostros en llanto, la realidad es una eterna reja con clavos que carcome sus deseos de poder vivir dignamente, más no sea aun, lejos de sus pertenencias afectivas.

Pero la discriminación y el odio de clases no queda supeditado a las leyes ni a los poderosos, también se encuentran enquistados en las sociedades, esto lo demuestra el ataque de rabia y desprecio que recibió Luna Reyes, la trabajadora voluntaria que acobijó al muchacho senegalés, quien debió cerrar todas sus redes sociales debido a ello.

Luna, declaró a medios españoles que “Hubo un momento en el que se empezó a dar con las piedras en la cabeza porque estaba viendo que los estaban devolviendo a todos”, y ante esta imagen, ella sintió la necesidad de brindarle la única protección que tenía a su alcance: Un chico desesperado pensando que su amigo se moría, recién llegado, habiendo pasado nadando, llorando desconsoladamente todo el rato y abrazándome, sólo lloraba (…) El hecho de abrazarme era como su salvavida para él”. Luna también se defendió de los ataques que recibió, y expresó que «Solo le di un abrazo, dar un abrazo a alguien que pide socorro es lo más normal del mundo”. Lamentablemente hay mucha gente que no piensa como ella, lamentablemente todavía hay mucha gente en el mundo que cree que algunas personas son legales y otras ilegales, dependiendo de un status construido en base a los poderes fácticos y hegemónicos de antaño.

Cabe destacar que al momento de escribir estos párrafos, la mayoría de les migrantes fueron “devueltos” a los lugares de donde habían partido, la mayoría de elles deberá seguir lidiando contra la violencia a la que son sometides por los sistemas de gobiernos de donde habitan. Seguirán siendo personas a las que se les avasallan los derechos mínimos para la subsistencia.

Playa de Tarajal, Ceuta.

Fotografía:  AP Photo / Bernat Armangue

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