EL DESEO DEL INVOLUNTARIO

Por Federico Firpo

Dibujo de portada Martín Vera 

El poder de las publicidades es efectivo, pero sobre todas las cosas explosivo e impactante. ¿Qué significa esto? que no hay futuro aquí al que se busque llegar. Se trata sencillamente del moldeo por la satisfacción instantánea.

La vida, por su parte, transcurre a la inversa del camino publicitario y es que todo lo que no interprete una mínima posibilidad de futuro, quedará estancado y sin efecto. Será que la publicidad se mueve en torno al deseo y, de ello, la especulación. Mientras que, por el otro lado, el tránsito de la vida ha de transcurrir ajeno a lo inoportuno de lo inmediato, mas sí poniendo el ojo en las consecuencias que se deriven de lo concreto de todos nuestros actos.

Estamos verdaderamente dispuestos a dar la vida por esa causa en la que suponemos depositar el futuro. Equivocados o no, nos movemos por mucho más que una caprichosa ambición del momento. En el futuro, está la búsqueda por lo mejor para con el espacio  que nos rodea y todas sus implicancias. En el deseo promocional de los visionarios publicitarios, el mayor mérito será saber dibujar la estrategia directa que configure el deleite individual, en torno a los más puros egoísmos.

La vorágine de querer algo ya mismo, muchas veces, nos envuelve en un velo de frustradas benevolencias, pero no debemos confundirnos, de lo contrario caeríamos en una cultura del fracaso, por no poder sustentar la maquinaria express que se nos impone cual horizonte pleno de oasis que nunca terminamos de tocar.

Atender a las miserabilidades de un mundo de compra y venta, termina por conducirnos a un debate entre las cosas y las personas, en el cual, desde hace rato nos vienen queriendo hacer creer que sin alguna de esas cosas (metidas permanentemente, minuto a minuto, a través de nuestros ojos y endulzadas al oído), seremos entonces menos persona.

La política genera ese mismo efecto, cuando quienes dirigen la actividad intentan especular sobre nuestras decisiones cual producto que se busca vender, incluso a la fecha y con las tecnologías de punta ligadas a la consultoría estadística, se ha logrado penetrar en el ideario social con eso que llaman fake news, pos-verdad, etc., no siendo otra cosa sino la mentira al servicio de las voluntades que puedan derribar todo tipo de independencia y de construcción de cara a un futuro soñado.

Por ello y a sabiendas que, se mueve el mercado de nuestras vidas cual comida chatarra a devorar por sus bestias, debemos saber distinguir entre el capricho del deseo preestablecido por pautas ajenas, a nuestras voluntades respecto de todo lo que estemos dispuestos a dar por la causa que entendamos más justa, es decir la causa de nuestras vidas.

El amor es aquel que se encuentra en aquello por lo que estemos dispuestos a darlo todo, incluso nuestras propias vidas.

 

Deja un comentario

Descubre más desde comunicación popular

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo