Por Redacción ANCAP
La educación pasa por un momento, como la mayor parte del mundo de les trabajadores, de muy bajos salarios. Los y las trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires creyeron que el fin de año podría llegar con algún aliciente final. No ocurrió, el sin-dicato no logró la puja salarial y finalmente cerró el año con los ingresos destruidos, con una inflación galopante y con un sin-dicato que no supo ni pudo pelear por los derechos de quienes representa.
Sin ir más lejos salarios pulverizados en todo el arco de les trabajadores se ve reflejado en la baja del consumo en alimentos centrales como la carne. Poner el ojo en este caso en la educación no es un dato menor porque refleja una ausencia de representación gremial a docentes que ocupan un lugar político en cada aula, poniendo el cuerpo y las ideas para que la reflexión pueda ir de la mano de la acción. No obstante esto, a la hora de negociar con referentes de la política como lo es el Gobernador Axel Kicilof, el referente del sindicato docente de la provincia de Buenos Aires SUTEBA, Roberto Baradel, optó por un cierre de paritaria anual con un mísero aumento del 7 % a pagar en el mes de febrero. Cabe destacar que una familia para no caer bajo la línea de pobreza debió tener en noviembre un ingreso de 146 mil pesos. Lejos muy lejos está el salario docente.
La discusión debe ser por la representatividad que puede tener un frente sindical, como es el caso de la provincia de Bs As, donde no hay una lucha que se referencie con los derechos de los y las trabajadoras. La burocracia sindical que vemos hace décadas en la CGT en reiteradas oportunidades, no excede al caso que abordamos en este texto. La educación publica merece un reconocimiento que no se visibiliza en lo ingresos de los y las docentes que deben enfrentar diversas vicisitudes a lo largo de su tarea diaria en cada escuela. Deberá ser compromiso de cada uno y cada una de los trabajadores de la educación para que la representación sindical no sea mera burocracia o lamebotismo oficial, sino que pueda permitir seguir pensando que las referencias del sindicalismo combativo que debemos ponderar están junto a figuras como Agustín Tosco, y si nos acercamos a la actualidad el ejemplo de pepino Fernández es para destacar.