EL VERDUGO

Por Eduarda Zaítsev

Eugenio Burzaco, quien junto a Horacio Rodríguez Larreta es responsable político del asesinato del luchador popular Facundo Molares, ostenta un currículum que, en cualquier sociedad civilizada, sería considerado como prontuario.

 

Desde hace décadas, este siniestro personaje teje y desteje tramas oscuras en los servicios de inteligencia estatales y, gracias a esos vínculos, extorciona, coimea, espía, persigue y mata con total impunidad.

Discípulo de la gestapo argentina que cometió sus tropelías en las décadas del ´70-´80, Burzaco integró la Secretaría de Inteligencia durante el gobierno de Fernando De la Rua y ganó una no deseada notoriedad en 2007, cuando siendo asesor de seguridad del gobernador de Neuquén, sugirió la represión que derivó en el asesinato del docente Carlos Fuentealba.

Junto al genocida Julio Cirino presidió la fundación que da cobertura al lavado de activos para las campañas del PRO y en 2009 asumió la jefatura de la Policía Metropolitana tras deshacerse de sus competidores: “el fino” Palacios y Osvaldo Chamorro. Durante su gestión al frente de dicha fuerza se cometieron los asesinatos de manifestantes en el “Parque Indoamericano”. Como Director de la División de Operaciones Especiales Metropolitanas fue el responsable de las sangrientas represiones en el Hospital Borda, la Sala Alberdi y el Parque Centenario, que dejaron muertos y heridos.

No pudiendo sostenerse en tan sensibles cargos debido a la flagrangia de sus crímenes y sin dejar su militancia en el PRO, pasó a la función privada como jerarca de una empresa de seguridad vinculada al fútbol y como jefe de seguridad del Club Atlético River Plate, desde donde también protagonizó hechos delictivos impunes hasta ahora.

En Diciembre de 2015 fue designado Secretario de Seguridad de la Nación y desde ese puesto está involucrado en la persecución, tortura, desaparición y muerte de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería Nacional y de Rafael Nahuel, a manos de Prefectura.

Ejerciendo el mismo cargo pagó la fianza de su hermano, preso por coimero en Estados Unidos, con U.S.D. 3.000.000 en efectivo y U.S.D. 15.000.000 en acciones de TyC Sport. Esa misma empresa es la que pagó las comisiones ilegales a FIFA y CONMEBOL investigadas en el FIFAGATE.

Finalizando la gestión macrista le saltó la bronca por la tramoya entre él, el fiscal Bidone y una empresa “proovedora” de personal temporario, por medio de la cual se explotaba laboralmente a presos en condiciones de hacer salidas transitorias, coronando su accionar con la disposición de 300 kg. de cocaina que, con la ayuda de un Jefe de la Boanaerense, habián sido intercambiados por azucar antes de su incineración.

Este hombre, si así se lo puede llamar, es quien desde el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, indudablemente, ordenó la represión personalizada contra Facundo Molares.

Facundo Molares era un convencido luchador y estaba en la mira de este Estado Terrorista que, mas allá de falsas grietas, siempre se ensaña con quien lo desenmascara.

 

 

 

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