Así rezaba el comunicado del 17 de octubre de 2013 de Familiares y Amigos de Luciano Arruga donde anunciaban la toma del ex destacamento policial de Lomas del Mirador. Más de un año después, el 30 de octubre de 2014, gracias a su lucha, hoy y para siempre, ese lugar de tortura, corrupción y muerte será un espacio para la Memoria y la Cultura.
Por Redacción Ancap
“El Senado terminó de votar la media sanción, el destacamento será transformado en un espacio de memoria y en un espacio social y cultural”, afirma con orgullo Matias, miembro de Familiares y Amigos de Luciano Arruga con quien conversó Ancap.
El destacamento policial de Lomas del Mirador es un chalet que
había sido inaugurado por la intendencia en 2007 a pedido de los vecinos que exigían mayor seguridad, sólo 4 años después era cerrado porque allí, el 31 de enero de 2009, fue visto por última vez Luciano Arruga. Tenía 16 años, y ya había sido torturado y golpeado por los uniformados de ese destacamento en dos oportunidades. Los golpes y la persecución policial hacia ese joven de La Matanza eran la repuesta a su negativa de no querer robar para la policía.
Vanesa Orieta, hermana de Luciano, su madre Mónica y muchos más con la indignación en una mano y la sed de justicia en la otra lograron cerrar ese destacamento, que funcionaba como una dependencia de la comisaría Nº 9 (comisaría que en la última dictadura militar funcionó como Centro Clandestino de Detención). El 17 de octubre de este año, después de 5 años y 8 meses de su desaparición, fue hallado el cuerpo de Luciano. Trece días después, el 30 de octubre, el Senado convierte en ley la expropiación del destacamento, “es transformar y materializar concretamente en un espacio donde recordar y ejercer la memoria con todo lo que pasó con Luciano, con la misma problemática que siguen sufriendo un montón de jóvenes del conurbano y de todo el país. Y generar en ese espacio que nazcan las herramientas necesarias, como un archivo de casos, para que las familias de los chicos que sufran estos apremios y aprietes, esta violencia institucional, tengan herramientas claras y concretas para poder defenderse”, explica Marcelo, dando a entender que esto recién comienza y que el espacio aún no puede ser utilizado porque la Justicia no ha realizado los peritajes que aún quedan hacer en post del esclarecimiento de la muerte de Arruga, que por supuesto afirman no puede ser caratulado como un simple accidente de tránsito. Como dice Vanesa Orieta, “a Luciano lo mató la policía”.
La relación seguridad/policía, está demostrando ser una contradicción. Los vecinos de Lomas del Mirador pensaban (al igual que gran parte de la sociedad) que mayor cantidad de policías iba a ser igual a mayor seguridad, esos mismos policías generaban crimen y robo, los apaña el poder judicial y el político y utilizan a los jóvenes pobres para enriquecerse. Como explica Matias, el caso de Luciano hecha luz sobre esta realidad, “lo que le pasó a Luciano tiene que ver claramente con una estigmatización y con un modus operandi que hay para las clases más bajas, para los más pobres, creemos que el sistema judicial nutrido por las fuerzas de seguridad y por algún sector del poder político son una picadora de carne, esa carne la ponen los pobres de los barrios, de las barriadas de dónde venimos nosotros”.
Le preguntamos a Matías qué sensación le genera la reciente expropiación del Destacamento y la aparición del cuerpo de Luciano, todo en tan poco tiempo, esto nos decía: “todavía estamos en el proceso de muchísimo dolor por todo, por lo que representa terminar de confirmar que Luciano está muerto, hacerte esa idea, tener que contener y mantener todos los cuestionamientos que a uno se le generan internamente, para esperar los procesos judiciales e investigativos, pero con la tranquilidad que la Justicia ahora está caminando el camino que debe andar, y bueno seremos prudentes y esperaremos”, la causa está a cargo del juez Juan Pablo Salas.
Desapariciones violentas de jóvenes pobres a manos de la policía en Democracia, con silencio político y acción muchas veces errónea y cómplice del poder judicial, son ingredientes de la lucha que encabezan los Familiares y Amigos de Luciano Arruga que se sintetiza en la criminalización de los sectores populares, que como explica Matías no es algo nuevo: “Sciolli (Gobernador de la Provincia de Buenos Aires), sosteniendo políticas como nuevas fuerzas de in-seguridad, se está posicionado dentro de una matriz represora y estigmatizadora que está armada desde la década del 70’, una matriz que no se fue de la Policía Bonaerense ni de la Policía (bonaerense) 2, ni de nueva Policía Comunal.”
Y como la política represora que concibe la “Democracia”, parece que llegó para quedarse, la tenacidad de los Familiares y Amigos de Luciano Arruga también parece haber llegado para quedarse “el ex destacamento es para siempre el Espacio para la Memoria Luciano Arruga, de nosotros, los pibes y el pueblo, independientemente del Estado. Cerramos un centro clandestino en democracia, encontramos a Luciano y vamos hasta el final de todo”.
Así cierra, por ahora, Ancap el intercambio de pensamientos, sensaciones, dolores y alegrías con Matías. La lucha continúa hoy más que nunca.