Daniel Carceglia es docente de la Universidad Nacional de Quilmes y referente del colectivo de trabajo Caye Popular (Colectivo de alfabetización y educación popular). Su labor siempre estuvo relacionada a la militancia social en los barrios y hoy la propuesta está representada con la herramienta más importante que es la educación. Sus integrantes son todos voluntarios solidarios convencidos del proyecto. A continuación la entrevista que Ancap tuvo con él:
Por Federico Paterno Y Manuel Lopez
Nos gustaría saber cómo se inicia el proceso de alfabetización que venían realizando conjuntamente con el apoyo de la UNQUI
Históricamente trabajé en villas y asentamientos desde mi adolescencia. Cuando comencé a estudiar en la universidad -1992- se crea el Centro de Derechos Humanos. Este lugar luego pasó a llamarse Centro de Derechos Humanos Emilio Mignone. En un principio, se trataba de un espacio de estudio que luego pasó a desarrollar actividades de neto corte territorial. Este es un antecedente muy importante para la creación de Caye Popular porque marcó, desde la propia universidad, un trabajo con sectores populares muy fuerte. En el segundo año de gobierno de Néstor Kirchner, cuando comienza a haber políticas de subsidio para que la facultad trabaje en el territorio, con un grupo de estudiantes decidimos crear un espacio de educación popular y de alfabetización en los barrios para jóvenes y adultos. Este proyecto se llamó María Claudia Falcone, juntos para transformar la realidad. Al año siguiente, frente al crecimiento que experimentó el programa, optamos por conformar el colectivo de educación y alfabetización Caye Popular. A partir de ese momento, se empezaron a experimentar distintas instancias y relevancias territoriales. Hasta el día de hoy, sin dejar de ser un proyecto de extensión, se trata de un espacio que se configuró mediante el programa de educación popular y formación laboral dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad de Quilmes.
¿Cómo es el trabajo cuando se llega al territorio o lugar de trabajo y el recibimiento que le brindan en los barrios?
La recepción en los barrios es de mucho entusiasmo. Desde Caye Popular, no tenemos la costumbre de llegar al lugar desde la nada. Si arribamos al barrio es porque tuvimos un contacto previo a través de las organizaciones territoriales de ese sector; organizaciones sociales, comunitarias, políticas, religiosas o educativas. Primero tenemos un fuerte contacto con las organizaciones y es en el marco de las mismas que comenzamos con las tareas barriales. Entendemos que la transformación de la realidad no opera desde la relación interpersonal, sino que requiere del trabajo colectivo/comunitario para efectivizarse.
Por otro lado, resulta difícil mantener la permanencia y se debe a varios motivos. Las urgencias de una vida compleja implican la posibilidad de conseguir algo, por ejemplo una changuita. Esto hace que los compañeros y compañeras dejen el recorrido educativo para poder salir a trabajar. Hoy esto se ha transformado, lo temporario es un trabajo fijo y afecta la posibilidad de sostener una senda formativa más extensa. Buscamos acomodar horarios o arreglar espacios pero sobre todo, darle una matriz de validación y seriedad. Hemos creado diplomas de educación universitaria que acrediten los trayectos educacionales que los compañeros hacen. La certificación es tanto para jóvenes y adultos que no saben leer ni escribir como para los alfabetizadores que se forman en el marco de nuestros cursos.
Otra dificultad es la volubilidad con los estudiantes. La premisa principal es estudiar en la universidad. Los horarios son cambiantes y repercute la presencia en los barrios. La manera de afrontarlo es a través del entusiasmo y la voluntad y hemos ido resolviendo los problemas que se han presentado.

A lo largo de este proceso, ¿creés que la coyuntura política favoreció a que Caye Popular pueda establecerse o que es ajena al proceso político de turno?
Nosotros no podríamos haber sido lo que somos sin la coyuntura política que estamos viviendo. Por ejemplo, durante el menemismo también luchaba por la educación popular y era algo totalmente imposible. Era un ejercicio de fuerza y resistencia que obligaba a invertir enormes esfuerzos en resistir en el territorio más que construir proyectos. Esto no hubiera sido posible por las políticas y el contexto que tenemos hoy.
La educación popular está experimentando un constante crecimiento, ¿pensás que es algo que llegó para quedarse? En cuanto a los docentes y la disputa a que cobren un sueldo, ¿son militantes o son educadores?
Son docentes, no tengo ninguna duda al respecto. Una persona que se dispone a trabajar, reflexionar, pensar y que lleva adelante el acto de enseñar es una educadora. Puede tener más o menos títulos; es más, muchos docentes de la Universidad Pública Nacional no tienen título docente, sino profesional. Me parece que los bachilleratos populares, frente a las políticas públicas nacionales educativas, tienen que repensar cuál es la necesidad de la enseñanza en función de las políticas establecidas. La instrucción popular debería asumir un rol mucho más protagónico en la creación de instancias educativas alternativas, que no tienen que ver solo con el modelo del bachillerato popular, sino que tuviera que ver con propuestas y prácticas educativas diferentes que pudieran funcionar como espacio de prueba para proponerle al Estado, de los cuales está necesitado. Es primordial reformular la educación de jóvenes y adultos, necesitamos encontrar nuevos modelos educativos que den cuenta de las problemáticas actuales en la sociedad. No tengo ninguna duda de la importancia de los docentes y de los bachilleratos populares; primero porque son la expresión organizada de los sectores populares y segundo, porque dan respuesta desde el territorio para el territorio. Sin embargo, me queda alguna duda de la originalidad de la propuesta que puedan presentar.
¿Cómo es el proceso que ustedes llevan adelante al momento de realizar los talleres?, ¿cómo es que trabajan en Caye Popular?
Nosotros estamos dentro del programa de Educación Popular y Formación Laboral. Nuestras instancias de trabajo son varias; distintas modalidades de talleres para diferentes abordajes. Contamos diversos cursos de extensión que buscan abordar una problemática determinada. Por citar, los derechos humanos y la construcción de ciudadanía. Tenemos trayectos que están conformados por varios cursos de extensión que se unen y que se denominan diplomas de extensión universitaria. Estos representan una herramienta de educación e inclusión muy fuerte porque son dictados por la Universidad Pública Nacional pero que no requieren título previo para ser cursados. Al finalizar, el alumno recibe un certificado. Si bien no es un diploma académico, buscamos acreditar saberes con otras instancias que sí son académicas. Por ejemplo, el plan FINES (Finalización de Estudios Secundarios). Si algún compañero está cursando el programa y el diploma y tiene materias que son equivalentes, se las damos por aprobada. De esta manera, la persona que está estudiando con nosotros tiene la posibilidad de aproximarse a un nudo de conocimientos más consistentes y debe sentirse como un alumno más de la Universidad de Quilmes.
También hay talleres que funcionan dos veces por semana en franjas horarias que son de aproximadamente cuatro horas y media. Además, estamos otorgando diplomas de extensión universitaria en Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones con una formación que se denomina pedagogía de alternancia. Se trata de cuatro días intensivos de trabajo que luego pasan a ser cuarenta y cinco. Los estudiantes están acompañados por tutores territoriales y tienen consignas a desarrollar en sus comunidades a medida que van trabajando.
Otra modalidad es la virtual, se trata de un diploma de educación popular binacional montado sobre el campo virtual de la Universidad de Quilmes. Existen talleres de reflexión que son, por ejemplo, sobre las prácticas docentes. En definitiva, las líneas de abordaje que empleamos para la alfabetización de jóvenes y adultos -en este momento, no desde sus comienzos- se basan en el enfoque psicogenético. Esta perspectiva se masificó o conoció como las prácticas de Emilia Ferreyro para la alfabetización de niños y lo empleamos a través de los jóvenes y adultos. Cada una de las prácticas y orientaciones tiene una pedagogía de la educación popular de base. Es decir, nos referimos a Paulo Freire, Jesús Martín Barbero o Núñez Hurtado, figuras de relevancia en la educación latinoamericana.
¿Considerás que dentro de la educación formal debería comenzar a incluirse este tipo de rama de la educación popular?, ¿en algún momento podrían unirse o son totalmente incompatibles?
No considero que deba haber antinomias entre educación popular y formal. La enseñanza formal hace referencia a un contexto o sistema, mientras que lo popular da cuenta de un modelo político/educativo que es el de una educación que se asume con una mirada política. Se parte de la construcción del saber y no desde la transmisión del mismo y se busca transformar la realidad desde ese punto. En ese sentido, no existe oposición entre este proceso de educación político pedagógico, sea dado en entornos formales o no, es una falsa oposición. Lo que sí me resulta muy interesante es ese proceso de concientización. Con esto quiero decir que todo estudiante que cursa en un espacio público tiene que devolverle algo de lo que está recibiendo a su comunidad. Tenemos una primaria, un secundario y una universidad que son no arancelados; sin embargo, esto no significa que sean gratuitos. Esos espacios reciben la ayuda de nosotros por cada compra que hacemos, sea de pan, leche o agua. De ese dinero, parte del mismo se destina a sostener la educación pública. Cualquier estudiante, en un grado de asunción progresiva de la consciencia, tiene que poder retribuirle a la comunidad aquello que le brindó y que es la oportunidad de hacer vigente su derecho al estudio. Yo no coincido con la mirada de los que postulan esto solamente para el campo universitario, donde la asimilación de la consciencia se produce cuando se pasa a un grado educativo determinado o superior. La asunción de la consciencia es un proceso que se va haciendo de manera constante.
Por último, en lo que respecta al año electoral y de producirse el cambio en el modelo de gobierno, ¿pensás que esto podría afectar lo que es la educación popular?
Sí. No tengo dudas que si se produce un cambio de gobierno y en la matriz ideológica, no solamente va a afectar las prácticas que viene realizando Caye Popular sino que también va a repercutir en la vida educativa de toda la población. Como siempre, los más dañados serían los sectores más pobres. Este gobierno, nacional y popular, es el que pasó del 2% a más del 6% del PBI para la asignación en educación. Ese cambio posibilitó una enorme transformación en el plano educativo. Se trata de un proceso de inclusión educativa enorme, lugares que históricamente eran para la elite y que ahora están al alcance de muchos. Los candidatos de la oposición están en un lugar totalmente opuesto a lo que se está realizando hoy. Más de uno de los que visitan las universidades, cuando ven la conformación del estudiantado, “arrugan la nariz” con asco. Cualquiera de los aspirantes opositores, con total certeza, va a dar marcha atrás a todo esto y van a establecer nuevamente una universidad elitista.
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