Año nuevo, problemas viejos. La barra de Boca vuelve a recrudecer su interna. Amenazas violentas que involucran a Daniel Angelici. Una historia con varios protagonistas y relaciones carnales con la política Argentina. Por Juan Alberto Perez
Cambio el año, los futbolistas cambian de clubes, hasta el clima también cambia (tenemos veranos cada vez mas lluviosos). Pero lo que se mantiene constante es la presencia de las barras en los clubes de fútbol. Esta semana amaneció el barrio de la boca con pintadas en sus paredes que alertan de un posible cruce de facciones. Y más aún, ubican como responsable de las futuras consecuencias al presidente de Boca, Daniel Angelici. La interna del club de la ribera tiene una historia larga, diferentes protagonistas y vínculos políticos muy claros.
Hoy en Boca hay dos facciones disputándose el poder. Por un lado, la llamada “barra oficial” (habría que ver qué hace que sea oficial una barra) que está liderada por Fido Desbaux. Por otro lado, está la disidente encabezada por Rafael Di Zeo y ahora compartida por Mauro Martín. Estos dos sectores se encuentran en pie de guerra para ocupar un lugar preferencial en los para avalanchas de la tribuna histórica de “La 12”, como se los conoce popularmente. Pero sería ingenuo pensar que corra sangre por conquistar un sector de concreto en la Bombonera. Lo que hay detrás es un negocio millonario que comprende el manejo de carnets de socios para el ingreso al estadio, trapitos y puestos en la cancha; y fundamentalmente el poder de choque que pagan los partidos políticos.
Las relaciones se cruzaron
El “jefe” histórico de la barra brava de Boca era José Barrita, más conocido como “El Abuelo”. Este dominó la popular durante los ochenta hasta principio de los noventas. Luego fue preso por asociación ilícita y murió en la cárcel. Allí aparece en escena Rafael Di Zeo, que hasta entonces era el lugarteniente del Abuelo. “El Rafa” extiende su liderazgo hasta entrado el siglo XXI a fuerza de actos violentos de los más graves, como el choque con la hinchada de Chacarita en 1998 y la barra de River en un amistoso en Mar del Plata. Además, le da un giro al ámbito de labor de la barra, extendiendo su servicio a los actos políticos y sindicatos.

Di Zeo era secundado por Mauro Martín y Maximiliano Mazzaro. Cuando el primero cayó preso sus dos aliados tomaron la posta de “La 12”. Allí se formó un encono por parte del ex líder caído en desgracia, por lo que a su vuelta a las calles se lanzó decididamente a recuperar su espacio en la tribuna y los negocios asociados. Boca tuvo así dos facciones enfrentadas por un tiempo muy largo.
Martín y Mazzaro corrieron con la misma suerte que su ex jefe, la cárcel. De este modo otro integrante heredó el liderazgo, se trata de Fido Desbaux. Mauro Martín consiguió la libertad y al no poder recuperar su lugar se acercó a su ex compañero de barra y ex enemigo, Rafael Di Zeo. Como si fuera una broma del destino los que ayer estaban enfrentados a muerte hoy están juntos; y los que antes se cuidaban las espaldas hoy son acérrimos enemigos.
La política en el medio

En los ochenta se podía decir que las barras se sustentaban de lo que conseguían juntando plata de rifas y colectas para solventar los viajes para seguir al equipo. Luego, se estrecharon vínculos con dirigentes de los clubes y los mismo jugadores que aportaban a la causa. Pero el negocio fue creciendo y las relaciones también. Desde hace más de quince años los barras tienen en su poder la distribución de entradas, el manejo de los puestos ambulantes los días de partidos, los trapitos y muchos de ellos son empleados de los clubes. No obstante, los partidos políticos vieron la oportunidad de aprovechar de estas estructuras ilícitas tan bien organizadas para uso afín a sus intereses. Es por eso que los barrabravas empezaron a incursionar en actos políticos y en estructuras sindicales.
En el caso de Boca la vinculación política data de los noventas. Se sabe públicamente que Di Zeo en persona ha tenido entrevistas con Carlos Menem cuando este era presidente para que impulsase desde la tribuna la candidatura de un nuevo político lanzado al mercado, se trataba de Daniel Scioli que buscaba un lugar en la cámara de Diputados. Tan es así, que en varios partidos se vio la bandera “Scioli diputado” en la famosa segunda bandeja de la Bombonera. Pero para el Rafa está no fue la única relación establecida. En 2005 se casó con la Secretaría privada del entonces Gobernador de la Pcia de Buenos Aires, Felipe Solá. Al ágape asistieron los más altos funcionarios de ese gobierno, entre los que se encontraban Aníbal Fernández, el fiscal Stornelli y la misma mujer de Solá. Con Fernández el vínculo se hizo extensivo en el tiempo, con decir que cuando este fue Ministro de Justicia de la Nación lo visitó en su detención en el penal de Ezeiza. Desde allí El Rafa cuenta con un vínculo muy estrecho con las esferas del Kirchnerismo.
Por otro lado, Mauro Martín no se queda detrás en estos círculos. Si bien fue por muchos años ladero de Di Zeo, cuando pudo acceder al poder de la tribuna generó sus propios vínculos. Ya como líder de la barra Martín estrecha vínculos con el gobierno de la Ciudad a cargo del PRO, paradójicamente el líder político (Mauricio Macri) presidió el club Xeneise durante una década. El entonces capo de La 12 moviliza a “los muchachos” para diferentes actos políticos que tienen como protagonistas a funcionarios oficiales. Además, “su” gente se ve beneficiada con la entrega de viviendas realizadas por el gobierno de Macri.
Hoy la interna en Boca está recrudecida. Los vínculos políticos forman parte del caldo de cultivo de esta situación. El presidente del club Daniel Angelici es el apuntado por la facción de Di Zeo y Martín por volcarse por la facción de Desbaux. Y no hay que dejar pasar el hecho de que el actual presidente esta respaldado por Macri, y varios integrantes de la facción “oficial” de “La 12” trabaja en el municipio de la Capital Federal. El tiempo pasa, las cosas cambian, pero los negociados, los vínculos políticos y la estructura mafiosa y organizada de las barras bravas continúan su trabajo escudándose en el fútbol argentino.
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