HOY SE DEFINE UN JUICIO

Amigas y amigos, ayer, 7 de mayo, presencié el cuarto día del Juicio Oral y Público a Julio Diego Torales, policía bonaerense de 34 años, acusado de ser uno de los torturadores de Luciano Arruga cuando lo tuvieron detenido en el Destacamento de Lomas del Mirador. Es el hecho que mueve a la causa: torturas infligidas al menor de 16 años cuando estuviera detenido el 22 de septiembre de 2008 en aquel destacamento. Diego Torales, es el que Luciano nombró aquellos días como el golpeador, mientras “otros dos lo sostenían”. La madre, Mónica Alegre y su hermana, Vanesa Orieta, lamentablemente nunca supieron quiénes eran los “otros dos”. Por Noemí L

Luciano Arruga ya no está vivo, cuatro meses después de aquella detención sufrió un accidente como resultado del hostigamiento y persecución que sufría por parte de la fuerza policial, quienes pretendían que Luciano robara para la policía, no podían tolerar que el joven se negara a hacerlo.

Hoy, 8 de mayo, a partir de las 12 horas se dará inicio a los alegatos, cada parte (la que acusa a Torales y la que lo defiende) hará sus fundamentaciones. Se cree que la semana próxima el Magistrado, con la jueza llamada Diana Nora Volpicina como presidenta, tendrá veredicto. Debo decir que, por lo que presencié ayer no estoy esperanzada en que Julio Diego Torales, sea condenado.

El día 4 del juicio

Juan Florio al 2765 en San Justo, es la dirección donde tiene lugar el juicio. Ni bien llegás; los policías hacen notar su presencia, el espíritu de cuerpo siempre está y más en una situación como esta, uno de los suyos en el banquillo: es la primera vez que en democracia se lleva a juicio a un policía por torturas.

La silla que elegí me dejó a un metro de distancia del acusado y sus defensores Juan Gimberg, Gastón Jordanes (hijo del primero, que no debe tener más de 17 años, sonreía mucho en el juicio, lo debe ver como algo divertido) y dos más que ofician de equipo de Gimberg. Lo vemos llegar a Torales esposado; eso da algo de alegría, para él es una humillación, se le siente en el rostro. Le quitan las esposas y toma asiento junto a sus defensores, detrás de él se quedarán miembros del Servicio Penitenciario.

Lo observo. “Trajeado”, bien peinado, los ojos grandes, levemente inclinado hacia la mesa, mira hacia su costado izquierdo. Me doy cuenta que hace un leve guiño, casi imperceptible, pienso -guiño a alguien-. Detrás de mí, en diagonal se oyen risitas femeninas, me doy vuelta y le pregunto a una de esas mujeres ¿Torales te guiño el ojo?, me contesta medio preocupada, si… lo conozco. Entonces agrego en voz alta, “parece que tiene fans Torales”; se quedó calladita, claro la mayoría estamos ahí por Luciano.

Julio Diego Torales.
Julio Diego Torales.

Desesperanza

Que seamos mayoría los que deseamos preso a Torales, obviamente no vale nada para el Juicio, lo importante son las pruebas. Me remito a lo que tiene la Fiscalía, representada por José Luis Longobardi y la querella, con un equipo formado por abogados del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales): María Dinard y Maximiliano Medina, y por Juan Manuel Combi, quien acompañó siempre a la familia de Luciano y representa a laAsamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, quienes acusan a Torales de aplicar las torturas físicas y psíquicas al menor de edad.

“No presentaba lesiones traumáticas”, esta es una de las respuestas de María Fontela, el primer día del Juicio. Fontela es miembro del Cuerpo Médico Forense y fue una de las personas que examinó el cuerpito de Luciano tras haber estado detenido aquel 22 de septiembre de 2008. La médica apuntó que “hay heridas que si son muy recientes o añejas no se pueden notar”, y “que no siempre los hematomas colorean la piel”, sino que “hay tocarlo”.Si las lesiones no se ven, el cuerpo debe tocarse, a la pregunta de si lo hizo, Fontela contestó, que no, que no lo tocó.

Luego de Fontela declaró Gabriel González, quien fue el encargado aquella noche del 22 de septiembre de firmar el certificado donde figuraban las lesiones que tenía el cuerpo de Luciano tras la detención. Expuso que evidenció “traumatismo región facial, de frente y lado izquierdo”,“se produce con golpe con un artefacto romo. Puede ser puño o superficie lisa”. Le pidieron describir la lesión: “Es un golpe, simple, no hay hematoma. Es inflamatorio”.

También especificó que, “sin marca” no consignan golpes pese al dolor del paciente.

A Luciano le dolía todo el cuerpo, pero esa noche aún no había marcas, como sale de los testimonios de los médicos, las marcas, si los golpes son recientes, no se ven. Es un punto débil para la familia de Luciano, porque el único golpe que quedó evidenciado es la hinchazón, producto de una piña, en la parte izquierda del rostro de Luciano.

De los desgarradores testimonios de Vanesa Orieta y su madre, Mónica Alegre se suman como tortura las amenazas a la integridad física de Luciano, que surge de sus declaraciones, dentro del destacamento Luciano Arruga, de 16 años fue golpeado, amenazado de ser entregado a violadores detenidos en otro lugar y fue humillarlo con situaciones como cuando le hicieron comer un sandwich escupido, mientras le gritaban“esto es lo que tenés que comer vos, negrito”.

Diez horas lo tuvieron detenido.

 

Testigos falsos

Un importante testimonio que juega en contra de que haya justicia para Luciano y su familia, es el de Viviana Chapero, quien reconoció que Luciano Arruga estuvo detenido el 22 de septiembre de 2008 en el destacamento de Lomas del Mirador. Esta mujer policía estuvo muy nerviosa durante toda la declaración. Siempre a la defensiva frente a cualquier pregunta. La llamó como testigo la defensa de Torales. Con lo declarado por ella misma, esta mujer se situó en tiempo y espacio donde los acusadores de Torales indican que se llevaron a cabo las torturas. En uno de los tramos de la declaración, Chapero dijo que “fue un día normal”, que “el detenido estaba sentado delante de mí, conversamos”. Consu testimonio da a entender que las torturas y golpes denunciados no existieron. Y que Mónica y Vanesa* mienten.

*Para conocer los testimonios de la mamá y hermana de Luciano clikea acá: http://www.lavaca.org/notas/luciano-arruga-detalles-y-sorpresas-de-la-primera-jornada-del-juicio/http://www.laizquierdadiario.com/Luciano-Arruga-un-juicio-en-el-que-faltan-varios-acusados?utm_content=buffer2e69d&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

 

Su latiguillo hacia varias preguntas del Magistrado fue “no me acuerdo, pasaron muchos años“. Destaco que esta mujer sufrió mucho nerviosismo cuando declaraba y en varias ocasiones se tapó el rostro con las dos manos, tratando de recordar ese día. Quería irse lo más pronto posible de esa situación. Para los que creemos en las palabras de la familia de Luciano, Viviana Chapero miente. La presión de la fuerza policial genera encubrimientos, así las cosas, las condenas a policías son difíciles de lograr.11109179_828356640583880_3815593095735021284_n

El otro testigo de la defensa

Algo diferente fue la declaración del testigo llamado por la defensa que habló antes que ella, Miguel Ángel Olmos. Este fue el encargado, junto con otro compañero- que no fue comparecido a declarar- de llevar a Luciano (acusado de robo de un celular y un mp3) al destacamento. Este policía (que vale aclarar ya no lo es, porque está acusado de encubrimiento en otra causa) tenía problemas al hablar, porque no goza de buena dicción, pero estaba más tranquilo, claro él estuvo poco tiempo en el destacamento mientras Luciano se encontró detenido. Aunque sí se contradijo varias veces, algo que llamó la atención es repetir “agarré mis cosas y me fui porque yo entraba a otro trabajo”. El entró al destacamento cerca de las 17, a buscar su ropa. A esa hora, según Mónica y Vanesa, Luciano ya estaba siendo torturado. Según Olmos todo estaba tranquilo y acusó a Luciano de haber agarrado una de sus remeras ubicadas en el baño del destacamento y de nuevo su latiguillo “y no sé más nada, me fui porque tenía que entrar a mi otro trabajo”. Le interesaba mucho que quede claro que él casi que no estuvo ahí.

Hay un detalle, un apelido. Olmos en su declaración dijo que ese 22 de septiembre en el destacamento, había policial femenino, nombró a dos: Chapero y una tal García. Como Jefe de Servicio estaba el acusado, Julio Diego Torales. Chapero coincide en los mismos nombres, salvo en el de García, dijo que esta ese día “no fue a trabajar”. No es una contradicción menor, ya que García puede estar implicada. Pero no se la llamó a declarar.

Nulidad

El Fiscal Longobardi expuso al Magistrado el pedido de nulidad de Chapero como testigo, ya que al situarse en el lugar y en el tiempo en que se acusa de torturas sobre Luciano, ella se está autoincriminando. Pudo haber participado en la golpiza o no hacer nada, dejar que todo sucediera. Parece ser más lo segundo. Para los que creemos en la responsabilidad de Torales como culpable, Chapero está dando un falso testimonio, está encubriendo un hecho. Lo mismo piensan la querella y la Fiscalía.

Hoy desde las 12 horas serán los alegatos. El Fiscal me dijo que confía en que lo “que tienen” es suficiente para declarar la culpabilidad de Torales, que de no ser así “no habría llegado a esta instancia” del Juicio.LucianoArruga-630x350

Los testimonios de Vanesa Orieta y Mónica Alegre junto con las declaraciones de los médicos son las pruebas que pueden llevar a condena a Julio Diego Torales por torturas, a esto se suma la estrategia argumentativa y el poder de convicción que tengan la Fiscalía y la querella. Los jueces Diana Nora Volpicina, Gustavo Omar Navarrine y Liliana Logorño serán los responsables de dictar culpabilidad o inocencia del policía de la bonaerense acusado de torturar, junto a dos policías más a un joven de 16 años que no aceptaba robar para ellos.

Así las cosas Argentina.

 

 

 

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