¿Quién dice qué un año es poco? Bastará, en tal caso, con solo mirar lo sucedido durante los últimos 365 días, en el marco de la política, de nuestra queridísima Argentina. Con un gobierno entrante, enfocado en torno a una serie de nuevos paradigmas, incluyendo entre otras cosas: el replanteo de los roles del Estado y la relación de la política (en sí) con los medios de comunicación. Por Federico Firpo.
Con un Presidente, entre cuyas más importantes apariciones se destacan, por ejemplo: la invitación, el 24 de Marzo (cumpliéndose 40 años de la última dictadura cívico-militar: 1976-1983), al Primer Mandatario estadounidense (Barack Obama), significando esto una provocación directa a los Organismos de Derechos Humanos, teniendo en cuenta el rol trascendental del gobierno de los Estados Unidos en la conformación del Plan Cóndor (algo así como la escuela para los gobiernos militares venideros, en materia de métodos terroristas y de tortura, de aquel entonces, en Sudamérica). Nada sorprendente proviniendo de un Jefe de Estado (argentino) que no ha tenido mayores pudores a la hora de hablar del curro de los Derechos Humanos. O bien, de darle la Titularidad en la Embajada de los Estados Unidos a su candidato del Partido Socialista. Párrafo aparte para aquellas frases orgullosamente citadas al Rey de España, el 9 de Julio, al celebrarse el Bicentenario de la Patria, aludiendo a la angustia que sintió el General San Martín por tener que liderar una Guerra Independentista.
Con una Gobernadora de Buenos Aires, a quién, cuando se le pregunta cómo explica que en los comedores se haya triplicado la asistencia de personas (con hambre), no tiene mejor idea que responder, que en realidad lo que sucede es que: los índices, que permiten saber cuántas personas asisten a comedores comunitarios, son 3 veces más transparentes que antes. Una genialidad sinceramente. Y si de transparencia pública hablamos, cabe destacarse un aumento en las tarifas, oscilando el 500 por ciento a lo que el Gobierno decidió interpretar sencillamente como un error de comunicación, mientras que al aumento, de entre 50 y 200 pesos, a jubilados pudo llamarse Reparación Histórica, en medio de una parafernalia propagandística acompañada por los grandes medios.
Eso sí, hay que ser justos, en materia de Seguridad mucho se ha trabajado. Podemos destacar para la ocasión, dos adolescentes apresados, en carácter de cyber-terroristas. Uno de ellos, pudiendo salir antes de prisión, por contar con asesores legales más sofisticados económicamente. Secuestros express, tomas de rehenes, atrincherados, situaciones típicas de contextos de crisis, siempre bien custodiadas y escoltadas por una ministra disfrazada para ir a la guerra. Quien orgullosa, celebra hoy los quince años de aquella represión, en Diciembre del 2001, al grito pelado de: “¡Vamos a tener otra oportunidad…A los montoneros mentirosos, que se dejen de joder!».
Grandes móviles y fuerzas de inteligencia, desplegadas y creadas justamente para prevenir todo aquello que debiera de ser poco común, pero que se ha convertido, a pasos de gigante, en parte de nuestra cotidianidad. Con una serie de artilugios periodísticos, los cuales, lejos de hablar de tendencias sociales regresivas, retrotraen el viejo discurso de que algunos desestabilizadores quieren que se repita lo de aquel Diciembre sangriento, como si se tratara sencillamente de algún tipo de capricho y no de las consecuencias de una política-económica de bases excluyentes.