Por Juan Alberto Perez
El referente de la comunidad wichí de Formosa, Agustín Santillán, fue trasladado este lunes, en horas de la mañana, de la Alcaidía de Las Lomitas a la de Formosa capital. Este traslado no es azaroso, ni mucho menos, se da después de que se denunciara una amenaza el sábado pasado luego de una inesperada y violenta requisa que le realizó la Policía Provincial en su calabozo.
Según informó el medio alternativo La Retaguardia, que sigue minuciosamente el caso, Agustín Santillán, que lleva tres meses de detención, el sábado 22 de julio recibió una sorpresiva e inesperada visita de la Policía Provincial en la celda que ocupaba en la Alcaidía de la localidad formoseña de Las Lomitas. En la misma, los efectivos lo insultaron, le desordenaron las pocas pertenencias que se pueden tener en ese contexto, y finalmente, cuando se habían retirado le acercaron una nota que decía “Cuidate y hablá con tu gente porque los del gobierno te quieren matar”. Esta amenaza indirecta que recibió no es casual. Desde el inicio del proceso Agustín viene denunciando que su detención se trata de una cuestión política, que las más de veinte causas que pesan sobre él son armadas, ya que tratan de delitos que no cometió; y en una carta que se conoció por medio de La Retaguardia expresaba que “El gobierno de Formosa me mete preso porque para ellos soy una amenaza”, a la vez que agregó “Si me pasa algo, Gildo (Insfrán) y todos sus funcionarios son culpables”.
No obstante, el traslado que se produjo en la mañana del lunes 24 de julio trae consigo también una serie de irregularidades. Si bien recaía una amenaza por la integridad física de Agustín Santillán en Las Lomitas, ya que dentro de las intimidaciones que le hicieron le advirtieron que mientras estuviera preso se cuidara, fundamentalmente de noche; el traslado se realizó sin la notificación legal y necesaria a su abogado defensor.
Las procesos armados para mantener detenido a Agustín Santillán tienen más que ver con su activismo en la causa de los pueblos originarios que en delitos fehacientemente demostrados. Agustín es un defensor de los derechos de la comunidad wichí de Formosa por la que pide territorio, salud, educación, trabajo y agua. El caso que tuvo una fuerte difusión sobre todo de los integrantes de la comunidad y los medios alternativos, tuvo rebote en organismos internacionales. La mismísima Amnistía Internacional exigió el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, que “se abstenga de emplear una fuerza desproporcionada y reanuden el proceso de diálogo con las comunidades indígenas” en referencia de la detención de Santillán y haciendo base en qué los métodos del gobierno formoseño no distan con los de Morales en Jujuy; y que Santillán es un preso político al mismo nivel que Milagro Salas. En la carta antes mencionada, que envió Santillán a La Retaguardia, expresaba claramente como es el accionar del gobierno de la provincia de Formosa “Al que pide o reclama le dicen calmate, o callá, o te vamos a meter preso”.
Respecto del proceso judicial cabe destacar que esta semana se realizará una audiencia ante la Cámara para tratar el pedido de excarcelación en la última causa en la que resta que le sea concedido ese beneficio. Sin embargo, mientras el poder judicial se toma su tiempo en decidir el destino de Agustín Santillán, sus horas detenidos ponen en un altísimo riesgo a su integridad física.
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