A ESPALDAS DEL PUEBLO EL CONGRESO

Imagenes por Juan Meza

Por Juan Alberto Pérez

En la sesión extraordinaria de ayer se aprobó en la Cámara de Senadores el proyecto de ley del presupuesto 2019. Con 47 votos afirmativos, se dio la segunda media sanción a una disposición que plantea recortes en educación, salud e inversión social, y acentúa el pago de deuda.

Una vez más el Congreso de la nación dio una muestra de estar muy alejado del pulso popular y los ciudadanos de a pie. Así como sucedió con la reforma previsional de diciembre de 2017 o como el debate por la ley de interrupción voluntaria del embarazo, el Senado de la nación hizo oídos sordos a la calle y aprobó el presupuesto 2019 que ya contaba con media sanción de la cámara de diputados. 47 votos afirmativos, 24 en contra y una abstención, el oficialismo con un fuerte apoyo de la oposición “conciliadora” obtuvo un cheque en blanco para las políticas del Fondo Monetario Internacional.

El presupuesto tiene un alto impacto para la ciudadanía ya qué bajo el argumento de lograr el tan mentado déficit cero se aplica un recorte en áreas sensibles para la sociedad. Por poner un ejemplo, para educación y cultura habrá un 10% menos de fondos. Que desglosado hablan de un 77% de recortes en infraestructura escolar, algo muy peligroso luego de que este año quedara expuesta la pésima situación edilicia de os establecimientos públicos, con el punto de inflexión en la escuela de Moreno que explotó y le costó la vida a la vicedirectora y el portero. Habrá un 39% menos para la tan mencionada por este gobierno formación docente; y un 35% menos en becas para estudiantes para las universidades públicas, machacando el precepto de la gobernadora Maria Eugenia Vidal de que los pobres no van a la universidad. En el acumulado, la universidad pública perderá un 18% de ingresos para este año venidero.

Otro eje sensible que pierde será la salud. Según lo que marca el presupuesto que aprobó el Congreso de la nación habrá 3 millones menos de vacunas, habrá un 74% de recortes en el programa de atención de la madre y el niño; un 42% de recorte en la agencia nacional de laboratorios públicos; y un 35% de recortes en la dirección de promoción de la salud y control de enfermedades no transmisibles.

Además, habrá un recorte del 17% en vivienda, un 40% en el INTA y un 11% en asignaciones familiares. Asimismo, se prevé un aumento en otras áreas. Como por ejemplo, habrá un 18% más para pagar servicios de deuda. Es decir, el pago de lo contraído con el FMI y otras entidades financieras y los intereses demás gastos relacionados con el pasivo.

Por supuesto que esto trajo consigo una movilización popular muy grande en el debate en Diputados, que terminó con una feroz represión policial. Desde las organizaciones sociales se han manifestado respecto de lo que implicará este presupuesto aprobado en el Congreso. “Representa una profundización del ajuste y el saqueo de las mayorías populares. Privilegiando los intereses de la deuda externa generada por el propio gobierno nacional y la especulación financiera junto con el aumento del financiamiento para el ministerio de Seguridad, en detrimento de la salud, la educación y el trabajo” expresan desde el FOL. “Es crítico para lxs trabajadorxs de la economía popular, es un presupuesto de ajuste, de hambre. Hace oídos sordos al reclamo para que se apruebe la ley de emergencia alimentaria y se atienda la crítica situación que se vive en los barrios populares, a la cantidad de niñxs, adolescentes y adultos que se acercan a los comedores y merenderos comunitarios” manifiestan desde el Frente Popular Darío Santillán.

Desde el FOL advierten que “Va a consolidar la miseria y la exclusión de los sectores precarizados y de la clase trabajadora en general, la entrega de nuestra soberanía nacional, la destrucción del aparato productivo y la profundización de la dependencia. En pleno siglo XXI hay familias de nuestro pais que comen cada dos días y el resto a mate. Este presupuesto no cierra socialmente y va a aumentar la bronca y la resistencia”. En este sentido desde FPDS manifestaron qué “Es un presupuesto que no piensa en los intereses populares, que no le importa ni el hambre, ni la desigualdad, ni la pobreza. Este presupuesto implica perder soberanía, implica un futuro negro para el conjunto del pueblo trabajador”.

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