BAUEN: FEDERICO TONARELLI “CON TODO EL DOLOR DEL ALMA TENEMOS QUE PARAR”

Por Juan Meza

Luego de 17 años de autogestión, lucha y resistencia, les trabajadores de la cooperativa que administra el hotel Bauen decidieron abandonar el hotel. Los tres rubros en los que la cooperativa se desarrolla fueron muy perjudicados, producto de la cuarentena, y debieron cerrar por ello.

En el 2001, en medio de una crisis que estaba a punto de explotar, la administración que regenteaba el hotel de Callao 360 decidió cerrar dejando a todes sus trabajadores en la calle. Lejos de bajar los brazos, éstes se pusieron al frente, se conformaron como cooperativa y desde hace 17 años vienen trabajando y peleando contra contra las ordenes de desalojo, luchando para que salga un Ley de expropiación del edificio a sus antiguos dueños y resistiendo clausuras sistemáticas por parte del Gobierno de la Ciudad. En todo ese contexto el hotel permaneció abierto, siendo la fuente de trabajo de muchas personas. Hoy luego de tanto tiempo de sudor y lágrimas, la cooperativa decidió dar un paso al costado del hotel, por lo insostenible de la situación actual, en la que siguen sin poder abrir, debido a las medidas de aislamiento.

La decisión impactó en el mundo de las cooperativas, la militancia y los medios que venimos siguiendo y apoyando la lucha de éstes trabajadores. Están vendiendo los muebles, colchones y todo lo relacionado a la hotelería para poder saldar deudas y poder arrancar nuevamente sin deberle a proveedores.

Conversamos con Federico Tonarelli, referente de la cooperativa y nos contó cómo maduró la decisión de dejar el edifico, “Veníamos golpeados con el veto de Macri a la Ley que se votó en 2016, eso reactivó toda la causa judicial por el desalojo. Recordá que el 2 de diciembre pasado tuvimos el último sacudón con el tema del desalojo, que logró impedirse, pero el pedido de restitución del inmueble por la vieja patronal siempre estuvo y está totalmente activo ahora. Lo judicial es algo troncal, nunca dejamos de tener eso como el componente más complicado. Después de eso, del 2016 para acá, después de que Macri vetó la Ley, la ciudad nos impuso clausuras tremendas. El año pasado estuvimos casi 6 meses clausurades y eso te empieza a provocar un deterioro comercial en la empresa cooperativa. A esto hay que sumarle las cuestiones de la inflación, el tarifazo, los últimos dos años de macrismo fueron tremendos. Y cuando pensamos que habiendo llegado un poco justos, cuando pensamos que podía empezar a reactivarse llega la pandemia y nos pega de lleno. Y los rubros nuestros son los más complicados por la pandemia, que son el turismo, la gastronomía, pero la gastronomía a grandes niveles, no sólo el barcito sino eventos gastronómicos para inmensas personas que eran los fuertes nuestros.” Y agrega que “después la cuestión de los espectáculos, nosotros tenemos 2 salas teatrales de la cooperativa que maneja Manuel Callau, el actor, que se encuentra cerrado y sin posibilidades de reapertura. Entonces cerrado desde el 20 de marzo, creyendo que todo esto podía durar menos, como todo el mundo creyó. El hotel podía llegar a estar cerrado un año más en estas condiciones y no podemos estar jugando a eso. Con todo el dolor del alma, nos ponemos más en una situación de responsabilidad más general y paramos, cortamos la sangría de la mantención de ese edificio que, de servicios solo, aún sin funcionar tiene 800 mil pesos por mes de gastos”.

Cuando le consultamos sobre lo que tienen proyectado para el futuro, Federico dijo “ahora buscamos otro inmueble que no tenga los problemas que tiene este y llegamos en otra situación, como la empresa cooperativa es un objeto social nuestro, el turismo, la gastronomía, los espectáculos, no es necesario hacerle ningún cambio, de acuerdo como venga el formato del nuevo inmueble veremos si le damos más preponderancia a la gastronomía, al hotelería o a los espectáculos. Se va a invertir eso, me parece, porque este es una mole de 200 habitaciones. Si encontramos un inmueble tipo loft se intentará montar una sala para los espectáculos, unas mesas para la gastronomía y la hotelería quedará postergada, pero esto son solo conjeturas, tenemos que esperar a ver que conseguimos

El hotel y sobre todo sus trabajadores y trabajadoras tuvieron apoyo de la sociedad y cierto sector de la dirigencia política. En el 2016, cuando en el Congreso aprueban la Ley, quien era el jefe de bloque del Kirchnerismo, y quien lo llevó sobre la mesa para que se apruebe, contando los segundos del reloj, fue ni más ni menos que Miguel Ángel Pichetto. La vida política de Pichetto hoy es otra, pero en aquel momento fue quien decidió que se votara una Ley por la que les trabajadores del Bauen habían luchado tantos años. Claro que la historia nos cuenta que después Mauricio Macri vetó esa Ley con total impunidad.

Hoy en día luego de esta decisión, y en busca de un nuevo inmueble Tonarelli dice que “estamos con ayuda de INAES y en principio con ayuda del Ministerio de Turismo y Deporte y también el del Cultura. Hemos tenido reuniones con los 3 organismos, estamos en un plan proyecto que pueda incluir la asistencia de los 3 organismos. No hay nada concreto, pero la voluntad política de asistir está.

En el edificio de Callao 360 no sólo funcionaba el hotel, el bar y las dos salas de teatros, sino que también se encontraban las redacciones de La Garganta Poderosa y Cítrica y  un local a la calle donde se encontraba el “Almacén de la agricultura familiar”.  Le preguntamos a Federico que pasaba con estas otras cooperativas y nos contó, “nos vamos todos juntos, todas las cooperativas que se encuentran en el Bauen, todo como espacio Bauen. La idea es que nos vayamos con las dos salas de teatros montadas, porque todo eso es nuestro, el montaje de una sala hasta 300 localidades lo tenemos y el resto de las cooperativas funcionaban como redacciones, y con oficinas, la idea es que funcionen en el mismo espacio, La Garganta Poderosa y Cítrica. Y el “Almacén de la agricultura familar” estamos hablando para que también se sumen, yo creo que sí. Ellos antes del 20 de marzo cerraron por una reestructuración y nunca más pudieron abrir

La noticia del cierre del edificio deja un sabor amargo luego de tantos años de lucha y resistencia, más allá de eso, Tonarelli nos cuenta que sólo reciben mensajes cálidos y de apoyo. Esos mensajes son producto de los 17 años de pelearla y de enseñar que el camino es la organización de les trabajadores.

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