Por Juan Meza
El 20 de octubre del 2010, en medio de una protesta de trabajadores terciarizados que reclamaban el pase a planta permanente, la patota sindical de la Unión Ferroviaria que lideraba José Pedraza, asesinó a Mariano Ferreyra con una letal bala de plomo. 10 años se cumplieron de su homicidio. 10 años hace que Mariano se volvió bandera y ejemplo de lucha.
El accionar de la burocracia sindical es sistémico, a quien toque el negocio pagará con lo que tenga que pagar. Y ahí estuvo Mariano Ferreyra la mañana del 20 de octubre del 2010 en las vías del Roca, acompañando el reclamo de los trabajadores terciarizados y pagando con su vida. En el mismo conflicto Elsa Rodriguez también fue herida y perdió el habla y su motricidad, dependiendo de su familia para poder vivir.
Para intentar conocer a Mariano un poco más, conversamos con uno de sus amigos y compañero de militancia, Nicolás Eliges, quién nos contó que “yo a él lo conocí por un amigo en común que también se llama Mariano, a los 14 o 15 años y empecé a militar en el partido a expensas de ese primer contacto que tuve con él. Primero nos juntábamos con lo que era la juventud del partido en el CBC de Avellaneda y después de a poco fuimos desarrollando un círculo de recorridos secundarios. En esa época estábamos muy metidos, sobre todo cuando nos despegamos de lo que era universidad y empezamos a militar más en lo que nos competía a nosotros que eran las escuelas. Nos metimos mucho con lo que eran los centros de estudiantes”. Y sigue contándonos que Mariano “era un flaquito divino, digo flaquito porque era muy delgado, onda el flaco Spinetta, medio desgarbado. Muy buena persona, siempre pasa que cuando alguien se muere está ese lugar común de resaltar lo bueno y siempre parece que las personas no tenían cosas malas, tonos de grises, pero en el caso de Mariano era realmente un pibe bárbaro. Es un aspecto a resaltar, porque era un flaco desprovisto de maldad, de egoísmos, era así naturalmente, no era forzado, era su matriz”
En el documental dirigido por Alenadro Rath y Julián Morcillo, “¿Quién mató a Mariano Ferreyra?”, y protagonizado por Martín Caparrós, Nicolás hace su aparición. Por aquel entonces hacía 5 años que el asesinato de Mariano se había producido y hacía dos que, a José Pedraza, junto a otras 13 personas había sido condenado. Nicolás nos cuenta que “Yo no seguí militando, dejé cuando empecé la facultad y volví a tener acercamiento a la militancia a partir del asesinato de él, más ligado a la militancia de la cárcel por Pedraza, a toda esa lucha. Fue un momento triste y decepcionante cuando estábamos ahí en Comodoro Py esperando el veredicto y nosotros habíamos militado por la cadena perpetua, era obvio que no iba a salir, porque la querella no había ido por esa línea. El veredicto fue por 15 años, fue bastante decepcionante, porque esperábamos la condena perpetua, pero por lo menos el alivio que no fue absuelto”. Le consultamos si cree que al final se hizo justicia y nos dice que “Lo que pasó en el medio es que al tipo por la edad le dieron la domiciliaria y lo mandaron a un piso de lujo en las Cañitas, ahí te das cuenta que el tipo dejó de ser un dirigente sindical combativo y se había convertido en un empresario cómplice de la precarización laboral, de la terciarización, negociando con el Estado las concesiones de los trenes. No se murió en la cárcel, se murió en su departamento de lujo. No hay que olvidarse del Gobierno kirchnerista y hubo una zona liberada por parte de la policía”
Para conocer el aspecto militante de aquel joven soñador al que la mafia sindical le arrebato el sueño de poder hacer de este mundo algo mejor, su amigo nos cuenta una anécdota, “él estudiaba en el Simón Bolívar, vivía en la misma cuadra del Simón y la madre encima trabajaba en el Simón. Él tenía mucho compromiso con el centro de estudiante, primero logrando, dando la batalla para que se voten delegados. Se armó el cuerpo de delegados y finalmente lograron armar el centro. Una anécdota de esa época que en ese momento era post 2001, todo muy fresca la crisis social, se peleaba por las becas, boleto estudiantil, las viandas y por la libertad de la organización. No había en ese momento una cultura de organización política en las escuelas de provincia, sí en Capital, pero no en provincia, y una gran anécdota, es que llegaron a hacer un corte en Av. Mitre a la altura de la escuela que en ese momento llegó a ser televisado por Crónica TV, quemaron gomas, todo.”
Para concluir le consultamos como creía que hubiera sido Mariano hoy y Nicolás nos cuenta que “como amigo no tengo más que buenas palabras, como militante era negado, estaba muy comprometido con la militancia, militancia socialista y revolucionaria. Él militaba en el Partido Obrero, en la UJS, en la juventud del partido, y vivía para eso, no lo hacía a media máquina. Creo que él hoy, seguiría militando en el partido. Hoy en día el partido tuvo una fractura, está dividido, no puedo aventurar de qué lado estaría él, pero supongo que le dolería porque grandes amigos de él quedaron en distintos bandos, pero también las diferencias políticas se tienen que dirimir de alguna forma. Hoy a Mariano me lo imagino militando en el partido, puede ser que milite en otro espacio, no lo sé, pero me lo imagino ligado a las ideas del socialismo, del esquema revolucionario.” Y para concluir dice que Mariano “era un flaco muy sensible, tenía muchas inquietudes artísticas, le gustaba la música, tocaba la guitarra, en un momento se había comprado un bandoneón, me lo imagino tocando, estudiando alguna disciplina artística, le gustaba dibujar, le gustaba el cine.”
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