Por Osiris Martí
Los poderes fácticos y contaminantes no dan tregua, no hay pandemias ni cuarentenas que los paren, ni a ellos ni a sus socios gobernantes que avalan e impulsan sus espurios negociados.
Las montañas, esas elevaciones naturales que vuelven tan hermosos a los paisajes, que albergan los tan necesarios ecosistemas y que según la FAO, son de importancia mundial ya que la mitad de la población del mundo depende del agua procedente de ellas, siempre sufren el ataque codicioso y devastador de las grandes multinacionales extractivistas y que con la anuencia de los gobernantes de turno, mediante las mentiras y slogans viles y baratos amparados en el “progreso” y la “reactivación económica de la región” (lo cual está de sobradamente comprobado que nunca se cumple), impulsan proyectos ecocidas para las regiones en disputa. La disputa se da entre el agua pura y el cianuro, entre el aire puro y los químicos pesados que flotan hasta los pulmones de los seres vivos, la disputa se da entre la vida y la muerte, entre la verdad y la mentira, entre los pueblos y las empresas multinacionales que devastan y saquean los más valiosos territorios ancestrales.
Se sabe que el agua es el bien más preciado para la vida en el planeta, y que el agua potable es cada día más escasa. Si bien la cantidad de agua que hay en la tierra no se modificó en millones de años, según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020: “El cambio climático afectará la disponibilidad, calidad y cantidad de agua para las necesidades humanas básicas, poniendo en peligro el disfrute efectivo del derecho humano al agua y saneamiento dé, potencialmente, miles de millones de personas”.
Ya de por sí, en la actualidad se calcula que del total del agua que hay en el planeta, sólo el 0,007% es potable, y año tras año ese porcentaje se va reduciendo debido a la contaminación. Según la fundación AQUAE: “Hay millones de mujeres y niños que deben caminar más de 10 kilómetros diarios para conseguir agua potable. En este sentido, se calcula que unos 1.400 niños menores de cinco años mueren en el mundo a diario víctimas de enfermedades diarreicas relacionadas con la falta de acceso a agua potable o un saneamiento o higiene inadecuados. Cada año, son 3 millones y medio de personas las que mueren debido a enfermedades relacionadas con la calidad del agua. El 98% de esas muertes se producen en los países en vías de desarrollo.”
Dejando un poco estos “números” mundiales terribles, que son números, pero más aún son vidas de personas que no cuentan con sus derechos básicos cumplidos, y particularmente volviendo al tema de la megaminería en territorio Argentino, según el informe de la Mesa de Coordinación Técnica del Conicet sobre la Zonificación Minera en Chubut: “Los escenarios de cambio climático generan por sí mismos situaciones preocupantes de estrés hídrico y vulnerabilidad para la provincia de Chubut. Para el Río Chubut, fuente de abastecimiento de agua del 50% de la población de la provincia, se proyecta una disminución del orden del 40% en la disponibilidad del agua en las nacientes hacia finales de siglo,que repercute en el caudal de todo el río”.
Por otro lado, las principales reservas comprobadas de agua subterránea de la provincia del Chubut (ej. acuíferos de Gastre y Sacanana) se encuentran en los departamentos donde se quiere habilitar la explotación a cielo abierto de minerales metalíferos. En un escenario de aumento en la frecuencia de lluvias extraordinarias y avance de la desertificación, la megaminería introduce un nuevo factor de riesgo frente a recursos de por sí vulnerables”
En el mismo informe, se expresa que “A excepción de la zona cordillerana, la provincia del Chubut presenta un clima árido a semiárido donde el agua es un recurso escaso. Las principales ciudades de esta región se abastecen de agua para consumo del Lago Musters (Cuenca del Río Senguer) y del Río Chubut (…)En particular el Río Chubut, que abastece de agua potable a la mitad de la población de la provincia, tiene poco caudal en comparación con otros ríos de la Patagonia , y presenta importantes variaciones de caudal entre estaciones y de un año a otro”
Este informe evidencia las mentiras con que se quiere imponer la necrófila actividad minera. Necrófila para los cuerpos y los territorios y fructífera únicamente para los saqueadores poderes fácticos que lamentablemente, también habitan este planeta.
En los últimos días, el ojo está puesto en la provincia de Catamarca, más precisamente en la zona donde se impulsa el proyecto minero Agua Rica, en las cercanías de la Ciudad de Andalgalá, en el sector sur de la Sierra del Aconquija. Ahí, es donde en este momento se da la disputa, la misma disputa de siempre, entre les vecines, asambleístas y ambientalistas contra los poderes que presionan violentamente, mediante amenazas, represión y detenciones arbitrarias. Allí continúan detenidas 12 personas desde hace casi dos semanas, entre las cuales hay fotógrafes, vecines e integrantes de la Asamblea El Algarrobo. Presos políticos de un sistema putrefacto y malicioso que no para, de una política inmersa en los negociados inescrupulosos, de una política completamente alejada de la gente.
Foto de tapa: Osiris Martí