¿CUÁL ES EL VERDADERO VIRUS DEL PLAN?

Por Federico Firpo

Desigualdad, concentración, polarización, nada que las vacunas permitan mostrar como esperanzador. Por el contrario, nada nuevo por aquí. Este último año y casi 2 meses, estos últimos 421 días, para ser exactos, nos hemos acostumbrado a vivir en “el día de la marmota”.

 

Porque incluso las cosas nuevas surgidas con el calor de la pandemia, vienen siendo propias de antaño: Macri y la muestra gratis de lo que el mérito de ser multimillonario implica; Israel masacrando Palestina, a modo de misiles última tecnología; Inglaterra pirateando y los Estados Unidos metiendo fichas en el patio trasero. Nada que nos debiera sorprender a estas alturas. Falta nomás la vuelta de carabineros en su modo fusilador de ojos de los estudiantes chilenos y listo.

Nada nos sorprende cuando nos siguen mostrando el papel nefasto de las fuerzas colombianas torturando, secuestrando y desapareciendo a los propios que piden vivir en una sociedad tanto menos injusta. Y mientras al pobre se lo aporrea, a los escasos metros, los señores albi-trajeados mandan al hijo de otros ex pobres a rendir tributo, dando puntapié al espectáculo de lo morboso, hecho función futbolera, transmitiendo puertas adentro retazos en HD para el mundo entero.

Nuestro ex Presidente, en tanto líder del partido neoliberal, mostrando lo importante de ser un héroe individualista, proyectando para sí la alegría de poder ser un “jefe” sano, atendiendo los privilegios de permitirse viajar al “mejor país del mundo”, vacunándose con una vacuna la cual él mismo, a modo proselitista, había dicho no habría de darse hasta que el último de los argentinos la tenga inyectada. Todo un acto de patriotismo viniendo del mandamás del partido de la República por excelencia , mientras, del otro lado de la cornisa, tibiezas de un Gobierno que no duda en pronunciarse contra Venezuela, pero que mira un poco para otro lado cuando la colonia yanqui, Colombia, resulta amedrentada para adentro por sus propias fuerzas mercenarias.

Y si de mercenarismos hablamos, los “mega-aliados” de siempre, justificando y refugiando sus terrorismos a través de la, siempre a la vanguardia, ONU, no escatimando a la hora de utilizar cualquier falso veredicto para victimizarse y seguir así en la bataola de la conquista, tirando abajo escuelas, hospitales y medios de comunicación, otra vez en la detonada Palestina (esa misma que ni en los mapas de Google aparece), tal cual lo hicieron ayer nomás en Afganistán, Irak, Siria y tantos de esos lugares a los cuales supuestamente salvaban de algún despotismo. Todavía siguen buscando las armas químicas, todavía no hay indicio certero de la orden musulmán que derribara las torres gemelas, todavía siguen golpeando en la India a los legítimos y ancestrales herederos de la sal. Nada ha cambiado a pesar del virus.

El mundo es uno solo, pero algunos prefieren entenderlo de otra manera. Como siempre y con cada uno dando su propia pelea, es lógico que entonces esté mundo nuestro, así quede dividido.

 

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