Por Manada Ecofeminista La Tierra que nos parió
Ayer, martes 8 de febrero, San Andrés de Giles fue el escenario de una marcha al cumplirse 1 mes del femicidio de Cintia Cerrudo, asesinada el 8 de enero pasado por Luis Giunta Goyenetche, padre de sus hijxs. Este macho femicida la mató cruelmente dándole 33 puñaladas, frente a su madre, en plena vereda y estando lxs niñxs en el lugar.
La convocatoria de familiares, amigas y compañeras de Cintia fue a las 20 hs., se propuso llevar velas blancas y hacer un recorrido que se extendió desde la plaza Saraví hasta la Plaza principal donde nos manifestamos frente a la municipalidad y frente a la Ayudantía fiscal local.
Cada día una de nosotras es asesinada a sangre fría por quienes dicen amarnos y esto sucede porque vivimos en una sociedad machista que aunque se rasgue las vestiduras en el momento, es muy tolerante para con estos crímenes de odio misógino.
A nosotras, como mujeres conscientes y organizadas, madres, hermanas, amigas, aliadas, cada femicidio nos mata un poco también, ardemos de bronca y tristeza frente a tanto odio, misoginia y desidia que multiplican el Poder Judicial y el Estado. Estamos hartas de llorar a nuestras muertas, de lo que cuesta sostener las causas que parecen ser tracción a nuestra sangre y tener presente la memoria de cada una de ellas cuando son tantas y es tan grande la indiferencia, estamos agotadas de vivir aterradas por lo que pueda pasarle a las nuestras, alertas ante amenazas y acosos, cansadas de lo peligroso que es ser mujer en un mundo donde el Estado y el Poder Judicial no están comprometidos con la erradicación de la violencia de género.
Necesitamos un Estado que ejecute políticas públicas que mejoren la vida de las mujeres y NNyA (Niñas, Niños y Adolescentes), un Poder Judicial que se tome tan en serio como nosotras las amenazas de los violentos y actúe rápidamente, y que se trate de manera adecuada a las víctimas en todas las instituciones y organismos que tienen como deber cuidarnos y darnos respuestas concretas luego de denunciar.
El femicida Luis Giunta Goyenetche se encuentra en Suipacha esperando el traslado a un penal. Del otro lado está la familia de Cintia, su madre y padre, sus hijxs, sus amigas y compañeras, que necesitan una condena ejemplar, necesitan encontrar justicia para que Cintia pueda descansar en paz.