CADENA PERPETUA

Alcira Daroqui: 

“La cárcel es una máquina política para producir subjetividades degradadas” 

 

Por Redacción ANCAP  

 Agregamos al epígrafe que: la sociedad capitalista también. El juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa continúa con un cupo extenso de informativos que le dedican varias horas de aire para definir que tipo de condena se debería aplicar a los “rugbiers”. Lejos de estar en desacuerdo con una condena a los responsables, desde ANCAP sÍ consideramos necesario proponer repensar cuánto puede servir una condena de 50 años de cárcel o convocar a un debate sobre pena de muerte. La pregunta es: ¿Sirve que estos jóvenes salgan en libertad con el triple de edad de la que hoy tienen? 

Para esta reflexión nos pareció importante poder recurrir a lo escrito por Claudia Cesaroni,  abogada por la Universidad de Buenos Aires, magíster en Criminología por la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, docente e integrante del  Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC). Con gran entereza ante cada debate que propone, no esquiva el problema. En este caso, publicó algunas de sus reflexiones  en las que expresó: “Quiénes intentan plantear una suerte de equivalencia, entre la vida de una víctima y el castigo a los victimarios ¿de verdad piensan que la pena de muerte, o enterrar en vida en la cárcel a los autores de un crimen, repara el dolor de las familias? No repara, sólo es venganza. Con los mismos argumentos se han defendido penas atroces, la tortura, la desaparición de personas, los regímenes de excepción. Nada de eso devuelve la vida a las víctimas. Construir adolescencias y juventudes no violentas, solidarias, es una tares de lxs adultxs”. Creemos que ésta comprometida profesional del derecho pone el acento en la cuestión medular de la problemática y sus manifestaciones deberían interpelar a esta sociedad que endurece sus reacciones frente a los emergentes que ella misma genera, sin preguntarse por las causas, en actos de negación propios de una psicosis colectiva en la que estamos inmersos y que es generada por el modo de vida que impone el capitalismo.

 

Mientras que muchas personas pretenden emparentar los pedidos de condena ejemplar con una cuestión de odio selectivo de clase, creemos que no se debe obturar el debate que nos permita pensar o entender de qué modo se debe impartir justicia en nuestro país. ¿Ser profundamente comprometido con la prisión perpetua en un caso como este nos pone del lado correcto del debate en la sociedad? Sin embargo tenemos que poder disentir a la hora de reflexionar qué buscamos como sociedad. Por eso es tan importante lo que nos explica Claudia Cesaroni en sus escritos y en sus libros sobre cárceles y derechos humanos. Es importante que podamos frenar y bajar de la montaña rusa que buscan imponer los grandes medios y poder darnos un momento para la reflexión y volver a preguntarnos ¿Es solidaridad con la víctima fomentar la cadena perpetua y la pena de muerte, sin atacar las causas generadoras de que jóvenes de clase media-alta encuentren satisfacción en golpear hasta matar a otro joven al que consideran inferior?

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