HOMENAJE EN EL DIA DE SU NACIMIENTO AL MILITANTE DE LA LUCHA POR LA TIERRA

Por Redacción ANCAP

La casa de la cultura de Quilmes fue el escenario, el domingo pasado, para homenajear en la fecha de su nacimiento a Agustín “capi” Ramírez, militante de las Comunidades Eclesiales de Base de San Francisco Solano, secuestrado, torturado y asesinado por un grupo de tareas de la policía bonaerense el 5 de junio de 1988.

 

La jornada estuvo cargada de fuertes emociones, sobre todo a la hora de mencionar a Francisca Quintana, mamá de del joven militante, quien hace 35 años continúa exigiendo justicia. No claudica ante los gobiernos que pasan y pasan. Cómo afirmó Gladys Alcaraz, integrante de la comisión de familiares y amigos, la lucha por la justicia y la verdad en el caso de Agustín no es partidaria, es una lucha contra la impunidad.

Javier Ramírez también tomó la palabra y reflejó los días de militancia de su hermano, la parte más sensible de la jornada junto con la de Francisca, fue la de “El cabezón”, ese amigo de Agustín que está en cada jornada y que siempre ofrece una esperanza de lucha en cada una de sus palabras y sus vivencias.

Hubo lugar para que el libro AGUSTÍN RAMÍREZ UN MILITANTE QUE DESAFÍO AL PODER tenga un momento de la jornada para poder hablar de la investigación que su autor realizó durante más de cinco años y gracias al apoyo de Editorial Nuestra América hoy se encuentra en la calle.

Estuvieron presentes en la jornada: Marcelo Cafiso, director de la editorial Nuestra América, militantes y compañeros de Agustín, presentes en cada jornada que invita a la memoria y a no olvidar. La jornada se cerró con la guitarra que sonó en el escenario montado en la Casa de la Cultura, cuando Luis Fredes (El Cabezón) al cantar el tema dedicado a su amigo y compañero Agustín Ramírez coreó junto a los presentes:

 

“Empezaste a correr, llorar y gritar

y no te escucharon / no te ayudaron

En una esquina de Solano

Agustín te mataron (…)

“Nosotros sabemos por qué te mataron

por luchar por tu pueblo, por tener pelo largo,

por dar un pedazo de tierra a nuestros hermanos…”.

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