Por Diego Ferraro.
Entrevista con Walter Cirelli, integrante desde la primera hora del Espacio Cultural Independiente “La Mandinga”, un proyecto en crecimiento en la provincia de Formosa. Un repaso por la formación, los sacrificios realizados para mantenerse vigentes, las giras y el futuro de un espacio autogestivo en constante progreso.
La preocupación del entrevistado al comenzar la nota es una sola. “Hablo en representación de mis compañeros, no sólo por mí mismo”. La unión grupal y las respuestas como bloque de trabajo eran la preocupación principal de uno de los más de 20 integrantes del Espacio Cultural Independiente “La Mandinga”, que funciona en la capital formoseña. Algo que puede ser tomado como una simple declaración, o que puede demostrar el grado de compromiso que el grupo tiene tanto en su organización interna como en su forma de enfrentar a los medios. Una vez hecha la aclaración, dimos comienzo a la entrevista, la cual reproducimos a continuación.
Para introducirnos cronológicamente, comencemos haciendo un poco de historia Walter. ¿Cómo nace el germen de “La Mandinga”? ¿Cuándo se empezó a gestar?
Nacimos allá por el 2008, de los sueños de un santafecino y el apoyo de un porteño que el destino los juntó en la capital formoseña, ambos con muchas ganas de generar, construir, transmitir…
Arrancamos con la formación de una murga de estilo uruguayo, lo cual no fue fácil estando a 1200 km del Río de la Plata en medio de una cultura muy particular, como cualquier otra que podamos encontrar en cada provincia del interior del país, es decir, una cultura que tenía sus costumbres establecidas, su música, sus tradiciones y demás, las cuales eran muy distintas a las rioplatenses. Así, en ese contexto, hicimos murga. De a poco fuimos conociendo artistas formoseños a los que les empezó a gustar el género, pero creo yo que lo que más los atrajo fue la posibilidad de subirse a una movida nueva, donde se veía a la legua que el que formaba parte podía, principalmente, hacer algo distinto, pero a la vez tener la libertad de mostrar su arte. Y así fue que se sumaron compañeros que venían de las distintas ramas del arte, teatreros, cirqueros, músicos, artistas plásticos, cantantes, bailarines y demás.
Se formó un grupo tan diverso que a los pocos meses, la murga nos quedó chica y decidimos redoblar la apuesta… ya no sólo queríamos presentar nuestro espectáculo, si no que crecía la necesidad de un espacio físico que nos permita ensayar, tener una sala para montar los shows y a la vez, tener la posibilidad de realizar talleres dónde cada uno pueda sociabilizar sus conocimientos tanto de manera interna entre compañeros como también abrirnos a la comunidad. Esas necesidades transformadas en ganas fueron el envión que nos llevó a inaugurar a mediados de 2009 el primer Espacio Cultural Independiente de la provincia. Tuvimos el apoyo de muchas personas que veían en nosotros el empuje, la militancia cultural, las nuevas propuestas y podemos decir que sin ellos, hoy por hoy, no sabríamos si existiríamos.
Ahora bien, son una organización independiente, y como tal, los primeros tiempos suelen ser los más duros a la hora de la financiación de actividades. ¿Cómo se realizaron aquellas primeras actividades, como pudieron sostenerse en esa primera etapa?
Fue durísimo, cómo te contaba teníamos el apoyo de muchas personas que se coparon con el proyecto, sin embargo, no teníamos un peso, y eso en un sistema capitalista es una traba. Al principio el único ingreso salía de nuestros bolsillos pero como muchos deben saber, al artista generalmente le cuesta juntar el mango y la realidad también fue chocante, solo un par de compañeros teníamos trabajos paralelos por lo cual cada vez que nos disponíamos a hacer una colecta para afrontar algún gasto era una tarea complicada. Pese a todo le fuimos encontrando la vuelta a la autogestión y en nuestros primeros tiempos logramos montar un espectáculo, presentarlo en dos salas de teatro, en plazas, parques… y con eso recuperamos lo invertido y reutilizarlo para arrancar con el Espacio Cultural, sabiendo que ni bien lo inaugurábamos arrancábamos de nuevo con la cadena… y así fue… tres fines de semana de inauguración, con espectáculos de nuestra murga y artistas invitados
Habitualmente a través de redes sociales podemos ver la difusión de las actividades que se desarrollan en el espacio. Contános un poco cuales son…
En el Espacio tenemos actividades diarias como lo son los talleres de Circo, Teatro, Música, Percusión, Fotografía Documental, Acrobacias Aéreas, Danza, Expresión Plástica y Canto, y actividades que se dan una vez al mes como el Ciclo de Cine Debate sobre Desmanicomialización, el Cineclub La Mandinga y las fechas de rock organizadas por la banda local “Monos Kabrones”.
También tenemos las muestras de los procesos de los Talleres a mitad de año y las muestras finales a fin de año, y generalmente en temporada de vacaciones de invierno armamos eventos casi todos los días.
Además nuestro Espacio está abierto para que se presenten grupos de teatro locales o no que no cuenten con su sala, como también bandas y/o cualquier otro tipo de actividad cultural.
Estas actividades tienen como propósito generar un impacto en la sociedad. ¿Cuál es el propósito social y cultural de “La Mandinga”?
Partiendo de la base de que nuestra organización es un espacio para la realización de actividades sociales, culturales y artísticas, administrada desde una perspectiva participativa, en forma independiente y autogestionada, podemos decir que nos proponemos promover el arte y actividades artísticas, acerándolas a la comunidad en general, realizar producciones de diferentes disciplinas artísticas (teatro, música, plástica, danza, circo), como así también organizar y difundir el arte a través de cursos y seminarios orientados a la formación y perfeccionamiento de lo/as artistas de la región.
La idea es la generación de un espacio abierto a la comunidad para la realización de diferentes manifestaciones socio-culturales, creando así un circuito de circulación y apropiación por parte de la comunidad de las expresiones artísticas.
Entrando en un terreno político, siendo Formosa una provincia complicada en este ámbito, en la cual la intervención municipal abarca prácticamente todos los aspectos, ¿Cómo es moverse independientemente en un reducto tan marcado por una figura política como la de Gildo Insfrán?
En lo que a las actividades culturales se refiere, no es una tarea fácil de llevar, ya que ser independiente en Formosa es como subir una cuesta empinada con viento en contra, no tenés financiación ni apoyo oficial obviamente, pero también lidiás contra la política cultural que se lleva a cabo desde el gobierno, la cual deja mucho que desear.
Pese a esto cada vez estamos más convencidos de plantar bien alto la bandera de la autogestión, pues creemos que ese el camino para mostrar verdaderamente nuestro arte sin que nadie te esté diciendo como ni cuando hacerlo, ni te impongan contenidos que no son los que querés mostrar.
Estamos al tanto que han actuado en eventos organizados propiamente por la gobernación de la provincia, siempre en condición de independientes. ¿Cómo logran “despegarse” para no quedar catalogados de oficialistas o funcionales a la gobernación?
Intentamos dejar en claro nuestra postura en todo momento. Tanto con el público como con quién nos contrate. Es decir, como cualquier artista tenemos nuestras condiciones al momento de vender una función, y si bien en un gran porcentaje de ocasiones debemos “negociar” caché, formas de pago, etc., tratamos de que se respete nuestro trabajo y al momento de subir al escenario siempre nos presentamos como un grupo independiente e invitamos a la gente a conocer nuestro Espacio y actividades que allí realizamos. Igualmente hoy por hoy, luego de 6 años de trayectoria, la mayoría nos conoce, saben de qué lado estamos y como nos manejamos.
La independencia respecto de los partidos políticos es un tema para nada menor. ¿Qué razones los mantienen a ustedes como independientes políticamente, sea del partido que fuere? Las agrupaciones políticas suelen tentar con la ayuda económica…
En nuestro caso no tuvimos propuestas económicas de ese tipo. Creo que tiene que ver con que siempre nos plantamos en nuestra posición y no dábamos lugar a otras intenciones.
Si hemos articulado actividades conjuntamente con el Partido Obrero por ejemplo, o con algunos gremios docentes generalmente. Estos últimos, además, son los que nos apoyaron desde un principio, con aportes voluntarios o lo que nosotros llamamos “Bonos solidarios”, los cuales son abiertos, sin monto fijo y están disponibles tanto para este tipo de entidades como para el público en general que quiera contribuir económicamente con nuestro trabajo.
¿Como esta posicionada hoy “La Mandinga” en Formosa? ¿Cumplen con sus expectativas las actividades, en cuanto a afluencia de público, concurrencia, inscriptos a actividades, etc.?
Tenemos el reconocimiento del público, “La Mandinga” es un nombre instaurado en la sociedad formoseña, para algunos somos “ese lugar dónde podes ver una obra de teatro, un recital, o lo que sea en un ambiente copado” o “un instituto donde tomar talleres”, y para otros somos “los locos de la murga”. Cada uno nos tiene identificado de alguna manera única, pero lo bueno es que una ú otra forma nos conocen.
Respecto de la concurrencia, tenemos una sala para 100 personas sentadas y generalmente nuestro público ronda en un promedio de 50 a 70 personas, lo cual es muy bueno y alentador, pero la realidad es que la concurrencia es un tema tratado en cada reunión de equipo o asamblea institutiva, donde llegamos a la conclusión que el público formoseño no es fácil… acá funcionan muy bien los festivales… desde el gobierno se promueven el Festival Internacional de Teatro, el Festival Provincial de Teatro y cada 3 o 4 años nos toca el Festival Regional de Teatro, sumado a los festivales populares como el de la Corvina o el del Pomelo, todos con concurrencia masiva del público zonal y la característica esencial de todos ellos es que la entrada es gratuita. Ahí es donde tenemos nuestras trabas, porque nosotros tenemos la necesidad de cobrar una entrada, es más, creemos en que esa es la manera de reconocer nuestro trabajo como tal, porque el artista trabaja de ello, de ser artista, el cual es un trabajo como cualquier otro, porque el artista trabaja todo el tiempo mejorando su producto, sus cualidades, se instruye, entrena, dedica más parte de su tiempo del que el público imagina, y todo para mostrar su arte y a la vez regalarle un muy buen momento al espectador, y ese tiempo y trabajo invertido vale. Sin embargo, por más barata que pongamos la entrada, siempre tendremos que lidiar con la intriga de no saber hasta último momento si la sala estará llena o no. Pese a eso hemos tenido espectáculos de todo tipo, gratuitos, con entrada o a la gorra, como así también de distinta índole, por nuestra sala pasaron desde el artista que recién comienza, como otros consagrados en la región, como los formoseños Guauchos que hoy por hoy tienen reconocimiento a nivel nacional y que recientemente ganaron el premio Gardel como “Grupo de Nuevo Folklore”, o el chaqueño Seba Ibarra. No hay fórmulas para esto. Y ni hablar las incumbencias del clima !!! Tema aparte si llega a llover o hace mucho calor. Pero bueno, como decimos acá, no es fácil la vida del artista independiente !
De su nacimiento a esta parte, el progreso siempre ha sido importante. Tanto que “La Mandinga” trascendió más allá de provincia, y salieron a repartir sus exposiciones más allá de Formosa. Entre otras actuaciones, el año pasado hubo una presentación teatral en la ex ESMA en 2013. ¿Cómo repercutió en el grupo esa experiencia? ¿Qué significó para quienes llevan adelante el proyecto una actuación en un espacio tan emblemático?
Sin palabras, es difícil no pensar en ese momento y que no se te ponga la piel de gallina. Fue una experiencia terrible porque más allá de todo, estábamos sacando sonrisas con nuestro espectáculo “El Regalo Perfecto” de Circo-Teatro, en un lugar dónde se vivieron los hechos más escalofriantes de nuestra historia. El Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) sin ninguna duda es un gran transformador en estos tiempos, sin dejar de tener presente esos años oscuros de la historia donde miles cómo nosotros desaparecieron en manos del gobierno militar pero a la vez ofreciendo un espacio de reflexión constante de esta herida abierta que si bien es difícil de cicatrizar, se intenta sanar desde el arte.
Entre función y función, nos dábamos una vuelta por el Museo de la Memoria y por cada rincón del predio y era inevitable no sentir que si nosotros hubiéramos sido contemporáneos a la Dictadura, hoy por hoy estaríamos desaparecidos, porque nuestras convicciones, nuestras ideologías y nuestra libertad de pensamiento eran las mismas que tenían los jóvenes que eran una “molestia” para el gobierno de facto. Pensar eso en un lugar tan simbólico era el desencadenante de un escalofrío que te recorría el cuerpo de punta a punta.
Contános otras experiencias de giras. Lugares, espacios importantes, personajes que este emprendimiento les permitió conocer que quizás jamás hubieran soñado con entablar una charla…
Con la murga recorrimos Misiones, Chaco, Corrientes, Asunción del Paraguay y obviamente Formosa, y con las obras de Teatro, Circo y Títeres anduvimos por Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, además de las ya mencionadas.
Creo que todas las experiencias que vivimos fueron únicas e impensadas, haber tenido una función en el Teatro Vera de Corrientes, o compartir cartelera con los uruguayos de “Agarrate Catalina” en Misiones, o hacer 6 funciones en el ECuNHi y en La Manzana de las Luces en Buenos Aires, como también estar cantando murga para un gran grupo de uruguayos que residen en Paraguay o en la Casa de las Culturas de Chaco, todas fueron experiencias que cuando arrancamos este colectivo cultural jamás nos hubiéramos imaginado.
Lo bueno de las giras y participación en los distintos festivales o encuentros, es que te cruzás con personajes de las distintas ramas del arte (famosos o no) muy grosos en lo suyo, y por sobre todas las cosas, humildes y abiertos a una charla mano a mano. Se aprende mucho viajando, conociendo artistas y por supuesto consumiendo las obras y producciones de nuestros colegas.
Más allá de las redes sociales, ¿Cómo manejan su difusión?
En ese sentido somos multifacéticos. Cuando tenemos un evento o actividades que difundir recurrimos a radios locales, canales de TV, diarios, afiches en la vía pública y más de una vez, la infaltable “volanteada”. Tenemos grandes amigos y gente que nos apoya bastante en los medios, por lo que logramos tener muy buena difusión, como también contamos con la predisposición y espacios para pasar nuestros spots o bien ser invitados a entrevistas en radio y TV, o que nuestros afiches salgan en los suplementos culturales de los diarios de la ciudad.
Sabiendo lo difícil de la situación de las comunidades indígenas originarias y habiendo en la provincia varias de ellas, ¿cuál es su relación con ellas? ¿Tienen algún tipo de interacción con algún integrante de las comunidades, o han tenido la posibilidad de estar en alguna actividad conjunta?
Si, de hecho en nuestro grupo hay compañeros que estuvieron trabajando unos años en una ONG en el oeste formoseño (A.P.C.D.), más precisamente en Las Lomitas, con comunidades Wichí, donde hubo actividades con mujeres a cargo de Soledad Dottavio (psicóloga) y trabajos de títeres y percusión, entre otros, con Alejandro Risso, del cual surgió la comparsa “Agrupación Elé” que participó en los últimos 3 carnavales de Las Lomitas logrando una integración inédita hasta ese momento de la comunidad Wichí entre la comunidad lomitense y además muy buenos resultados en la competencia.
También participamos de las actividades en la inauguración del Club Qompí, de la comunidad Pilagá Qompí de Pozo del Tigre, de donde es originaria Florencia Cirigliano, otra de nuestras compañeras. Precisamente con la gente de la comunidad tuvimos otros encuentros a lo largo de nuestra corta historia, ya que estuvimos haciendo una función en una escuelita a la que unos años después volvimos para colaborar en su recuperación debido a los destrozos que habían sufrido por el paso de un tornado en la zona. Para ello realizamos un Festival Solidario con el objetivo de recaudar donaciones de ropa, comida y demás.
Próximamente estaremos organizando talleres con las comunidades Wichí en Las Lomitas articulando con la A.P.C.D.
Están en una etapa de madurez, llevan mucho tiempo trabajando, pero como dice el dicho “lo difícil no es llegar, lo difícil es mantenerse”. Contános un poco, ¿Cómo se hace para mantenerse?”
Lo más difícil de mantenerse son las adversidades con las que te encontrás en el camino. Desde los desencuentros económicos, pasando por las idas y venidas que conllevan las relaciones interpersonales dentro de un grupo humano como cualquier otro, como también estar alquilando un espacio físico con el cuál no sabrás si contarás al año siguiente. Esto lo encontrás todos los días en un colectivo cultural como el nuestro, pero la balanza se equilibra cuando te sentás a cranear una nueva producción, o cuando llegan los alumnitos de tu taller, o cuando sentís los aplausos de los espectadores, o cuando viene un artista a decirte que quiere presentar su laburo en este Espacio porque tiene buena vibra. Eso es impagable y es a la vez el combustible necesario para que el motor se ponga en marcha y uno no baje los brazos, sino al contrario, le ponga el pecho a las balas y apueste a seguir adelante, aunque tengas todas en contra.
Entramos en el último bimestre de 2014. ¿Qué proyectos tienen en mente? ¿Cómo viene 2015 para el grupo?
La idea en el 2015 es redoblar la apuesta. Estamos con la mente puesta en construir nuestro propio centro cultural, es decir, dejar de ser inquilinos y tener que plantear nuestras actividades partiendo de volvernos locos para juntar el alquiler mensual, además creemos que nuestros 6 años de aporte cultural a la comunidad debieran ser reconocidos por el poder gubernamental, por lo cual estamos reclamando la cesión de un terreno desde el Municipio, que nos permita levantar nuestra sala. Para ese objetivo contamos con la posibilidad de acceder a subsidios del Fondo Nacional de las Artes, el Instituto Nacional de Teatro o del Ministerio de Cultura de Nación, que apoyan el crecimiento de Espacios Culturales en el país.
Lo que buscamos con esto, una vez que tengamos nuestro lugar propio, es abocarnos de lleno al trabajo artístico, social y comunitario, el cual hoy por hoy, se ve interferido de alguna manera por nuestra preocupación de poder aguantar un alquiler.
La riqueza de la charla y la amenidad en la que se desarrolló, nos da la satisfacción de saber que los espacios culturales hechos “a pulmón” no sólo persisten sino que tienen un progreso ilimitado desde las ganas y el entusiasmo de sus integrantes, sea en el rincón del país que sea. El límite económico ha de ser siempre una traba pero no un impedimento cuando la razón y la pasión se mezclan, cuando un aplauso alienta más que un papel con valor nominal. La Mandinga es un ejemplo de ello, al desafiar a una cultura diferente y ofrecerle las variantes de otras desconocidas en la provincia, y no cerrada sólo a estas facetas, el paso del tiempo logró hacerlos interactuar con la cultura misma de la provincia, proveyéndolos de una riqueza cultural que se derrama tanto sobre sus integrantes como sobre quiénes semana a semana se suman a sus proyectos, o son simples espectadores. Un lindo ejemplo de autogestión y esfuerzo por sumarle un granito de arena a la cultura popular, lejos de cualquier interés económico, y a favor de la satisfacción personal.
Para contactarte o seguir a La Mandinga: