CUANDO TENGA LA TIERRA

El lugar es Ministro Rivadavia a pocos minutos de la estación de tren de Lonchamps, en el segundo cordón del conurbano. Una familia campesina que trabaja en el campo desde 1979 fue brutalmente desalojada en cuatro oportunidades. El problema de la tierra crece y el negocio inmobiliario también. Por Federico Paterno

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La policía es responsable directa de amenazas constantes y provocaciones, con el único fin de quitarles el terreno para un futuro negociado inmobiliario. Las partes involucradas son: la empresa “Colombi” y el Municipio de Almirante Brown, conducido hoy por Daniel Bolettiere, bajo las órdenes de Darío Giustozzi.

Antes de aceptar la invitación de Lucio Guichet, integrante del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) Vía Campesina Frente Agrario Evita, a pasar dentro del campo de la Familia Velázquez, una frase que acompaña el paisaje de la entrada me detiene frente un pequeño cartel “Defendemos el derecho a vivir, producir y criar nuestros hijos en el campo”.

 Ahora sí, al comenzar la charla el relato se hace enriquecedor a cada segundo. Nos acompaña en la caminata Ana, la compañera de Héctor Velázquez. Hace 35 años trabajan y viven juntos en esta chacra.

 

DESDE EL COMIENZO LA LUCHA FUE POR TRABAJAR LA TIERRA

La llegada de Héctor Velázquez a Ministro Rivadavia es como peón rural, oriundo de Misiones llega a realizar tareas relacionadas a hornos de ladrillos y como leñero. Con el pasar del tiempo la gente que lo había contratado a Velázquez para trabajar en el campo desapareció. Entrado el año 1992 “Se termino y se fueron, ya la tierra no servía”, explicó Velázquez.

De las 100 hectáreas que tiene el campo tras un acuerdo de palabra con gente que también había quedado dentro de la chacra, la familia de pequeños productores, se quedó con 8 hectáreas. Así empezaron con la crianza de chanchos, sembrar la tierra y lograron levantar su casa. Hace más de 20 años son los principales responsables de que esa tierra pueda dar alimentos para abastecer hasta 20 familias, según afirmó Velázquez. IMG_20150316_183247083

Hubo momentos de conflicto con la gente que había quedado dentro del predio porque hacían negociados con la municipalidad para volcar camiones de basura o escombros. Mientras que ellos solo querían cumplir con la tarea de trabajar la tierra y poder ser quienes fabriquen su alimento y a su vez quienes puedan comercializarlo. La lucha siempre fue por trabajar la tierra.

 

“PARA ARRANCAR DE NUEVO NO SÉ COMO VAMOS A HACER”

El 21 de octubre del año pasado fue el primer desalojo que sufren. En ese momento estaban todos los integrantes de la familia, sus cuatro hijos, a excepción de Ana. Llegaron sin aviso ni orden de nadie. La Policía al momento de presentarse preguntó por el señor García a lo que responde que él es Velázquez, no García. Resultado de los uniformados: el desalojo total del campo, la destrucción de la vivienda, la matanza de muchísimos animales que tenían y otros tantos que perdieron en el monte al huir por el ruido de las topadoras.

El operativo fue como para desbaratar una banda de narcos mexicanos. Destruyeron su casa delante de él. El pedido de desalojo lo realizaron los abogados de la empresa “Colombi construcciones”.

A la familia Velázquez jamás le avisaron del desalojo. En el ingreso que hicieron las fuerzas de seguridad del municipio de Almirante Brown también fueron aplastados por las topadoras varios de los animales que estaban en la chacra. Hoy la vivienda esta improvisada en la puerta del campo esperando, como dijo Velázquez, se haga justicia.

Héctor Velázquez fue detenido, luego de ser arrastrado por la Policía que llegó en autos, algunos de ellos sin patentes. Su hija de 16 años también fue golpeada por los uniformados.IMG_20150316_173052449

“Para arrancar de nuevo no sé cómo vamos a hacer”, se lamenta Ana. De 300 gallinas que tenían le quedaron solo 100 y de 100 chanchas que tenían solo la mitad. “La poca luz que bajaba la rompieron toda y cortaron el agua”, explicó Lucio. La familia al tener el derecho de posesión de la tierra, luego de 20 años de trabajarla, podía ingresar al campo para darles agua a los animales.

El 7 de Noviembre llega el segundo desalojo, la justificación fue sacada de un libro de cuentos: hay un jabalí en el predio, afirmaron los policías de Lonchamps. Sumado a este irrisorio motivo patotearon sin cansancio a Héctor Velázquez para provocarlo. Finalmente entraron al campo y le tiraron los corrales con la intención de que nada tenga vida útil.

El 2 de Diciembre por el camino que conduce al campo de los Velázquez pasó un auto filmando. Con un chiste de por medio Velázquez respondió “esperen que me peino así salgo más lindo”, él estaba realizando tareas en la vereda del predio con el machete. ¿Quiénes eran los curiosos filmadores? Policías de civil.

Lo sucedido después fue algo “mejor” aún que lo del jabalí rabioso. Una causa penal armada contra Héctor Velázquez por ataque con machete, sumando el cargo de usurpación del terreno. Al llegar nuevamente la Policía de Almirante Brown al predio golpeó a Velázquez, durante el desalojo le rompió la ropa a su hija discapacitada, que actualmente está en tratamiento psicológico por estos hechos. Terminaron presos Héctor y Ana Velázquez, sumado a un integrante del MNCI Vía Campesina Frente Agrario Evita que intentó registrar lo que estaba sucediendo y también fue detenido por la Policía.

El desalojo de Diciembre del año pasado fue de manera brutal golpeando a la familia entera, arrastrándolos y golpeando a los nietos de la familia también. Hoy la familia campesina sigue apostando a la lucha y resiste por sus tierras.

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ASÍ QUEDO LA CASA DE LA FAMILIA VELAZQUEZ.

El último desalojo fue el viernes 13 de Marzo, entraron al predio camionetas del Municipio de Almirante Brown con policías, esta vez uniformados, arrastrando los animales y lastimándolos. Hay que destacar que la causa judicial no permite que nadie ingrese al predio. Para incrementar el error de los agentes de seguridad la orden era de desalojo de la vía pública. Violaron la propiedad privada y la orden del fiscal. ¿Por qué ingresaron al campo? Son respuestas que la familia Velázquez espera encontrar pronto.

El abogado Carlos Zimerman es quien está siguiendo el caso pidiendo la nulidad de la causa. Hasta la actualidad no lograron ingresar nuevamente a sus tierras que trabajaron por más de 20 años.

 

COLOMBI CONSTRUCCIONES (Y DESALOJOS)

La empresa “Colombi” es dueña de los papeles de la tierra, pero jamás hizo posesión de la misma, por lo cual no los convierte en dueños legítimos. Dicha empresa en Julio del 2014 vendió las tierras a Joaquín Somoza. Sin embargo a la hora de los desalojos llegaron a nombre de “Colombi Construcciones”.

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LA LEY ESTA CON ELLOS

La ley está del lado de la familia Velázquez, pasados los 20 años del trabajo de la tierra y su cuidado pasa a tener el derecho adquirido de las mismas. Desde 1979 están en este campo y las mejoras de la tierra hacen valer este derecho.

 

LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA

La mirada agotada de Héctor hace notar horas de nerviosismo y temor a un nuevo desalojo. Vivir en la puerta de su chacra desde el mes de octubre no es nada fácil, la solidaridad vecinal y del MNCI Vía Campesina Frente Agrario Evita es lo que a él lo ayuda a seguir luchando por sus tierras.

A lo largo de la charla pasan uno, dos, tres autos ofreciendo solidaridad. Llega un nuevo generador de luz y la mirada de Héctor cambia, quiere estar seguro que no los vuelvan a reprimir y pide a Lucio que hable con Zimerman, abogado de los Velázquez. Hay garantías y eso calma su ansia.

Una historia de militancia que hizo extender la charla. Su pasión por Evita y un pasado con firmeza en cumplir con lo que piensa. Un presente con la misma certeza. “Nosotros queremos vivir de la producción, con vender unos o dos chanchas al mes mantengo la casa”, aseveró Héctor.IMG_20150316_173057727_HDR

La bandera blanca que flamea del alambrado (lo que queda después de los desalojos) lleva una consigna con letras negras que retiene la mirada de quien ingrese al campo “La tierra para quien la trabaja”.

Hacia el final de la charla siempre queda algo mas por contar y retomó el anotador “La única manera de vivir en el país es el campo, sin comida no hay crecimiento”, Héctor reflexionó sobre lo que tantos buscan resolver con más policías, él cree que la solución es otra: volver a trabajar la tierra. “No pongan más policías, pongan más gente en el campo que produzca”, advirtió.

Algo queda claro, hay una familia campesina que aún cree que trabajar la tierra es la mejor forma para vivir y de esa manera lo defienden. El negocio inmobiliario esta a la orden del día, con el amparo del poder judicial y político.

“Quiero dejar una lucha organizada para mis hijos y mis nietos”, HECTOR VELAZQUEZ.

 

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