“LOS FANTASMAS QUE NADIE VE”

La tracción a sangre en distritos como Quilmes, es cosa cotidiana. El sufrimiento de los caballos se naturaliza y son pocos los que hacen algo frente a un maltratador. El “caballo carrero”, como le llaman al equino que vemos todos los días “tirando” de un carro, es el eslabón de un negocio, el de la basura, que nos hará ahondar en un mundo del que no se habla. Ancap conversó con la asociación Caballos de Quilmes, una mirada sobre la tracción a sangre en tierra del Intendente Francisco “Barba” Gutiérrez.

Por Noemí L

Es la tarde de un lunes, sentadas a la mesa con ganas de conversar, están Romina, voluntaria de Caballos de Quilmes (CdQ) y Alejandra Moreira, presidenta de APAEQ (Asociación protectora de animales y ecología de Quilmes). Cuentan que CdQ, fue parido por esta asociación. Alejandra trabaja hace 20 años contra el maltrato animal en el distrito. Y CdQ es una organización que activa en Quilmes en pro de la abolición de la tracción a sangre (TAS).

Frente a la pregunta ¿Cuál es la situación de la TAS en el distrito?

Alejandra y Romina esgrimen que es “desastrosa”. Explican que la tracción a sangre tiene al menos tres niveles: el animal, el humano y el ambiental. “El tema animal es que el caballo ya no se ve como un amigo o compañero, si no como una herramienta de trabajo, al que se lo mal utiliza, lo golpean, no lo alimentan y no le ofrecen descanso”, explica Alejandra y agrega que considera que tracción a sangre es igual a maltrato, por lo que la organización propone su eliminación. Para que nos demos una idea, en Quilmes es usual que los caballos trabajen 18 horas al día, todos los días, sin beber agua, sin descansar y sin comer. Y no perdamos de vista que el maltrato animal es un delito y está contemplada su pena en la ley 14.346 de Protección Animal.

Dentro de aquellas 18hs al día, veamos la cotidianidad del carrero y, por ende, el tema humano y el ambiental, es decir, el segundo y tercer nivel. En palabras de Romina: “el ambiental es la cuestión de los basurales a cielo abierto, el carrero recolecta la basura y la lleva a su casa en la villa y ¿qué pasa? su esposa junto a los niños separan los residuos, luego, lo que no sirve lo queman” o queda acumulándose en grandes pilas o es arrojado a los arroyos*. Unida va la cuestión humana, que abarca desde el peligro de tocar la basura, agravado a que la familia realiza la separación en su hogar, con las consiguientes infecciones y enfermedades que esto acarrea.

*No sólo los desechos son arrojados a un arroyo. El año pasado, Alejandra fue testigo de lo que dejó como resultado el saneamiento del arroyo “Las Piedras” en Solano, Quilmes. Debido a las lluvias y a la acumulación de basura, el arroyo nombrado fue saneado: removieron un “tapón de mugre” de una extensión de 8kilómetros y dentro del llamado tapón, se encontraron 800 cadáveres de caballos. “Es la demostración de lo que vemos en nuestro trabajo, cuando los caballos están heridos o enfermos, los tiran al arroyo-mueren ahogados- o los golpean hasta que mueren, y también hay casos en que los faenan para el asado del domingo”, detallan Romina y Alejandra.

 

El trabajo del carrero es insalubre y conlleva otra realidad que Alejandra incluye en el nivel humano; el trabajo infantil: “los padres obligan a sus hijos a ir a juntar basura, creo que no es lo ideal, los niños tienen que estar en la escuela, sumado a que existe una ley nacional contra la explotación de menores. Tal vez antes se hablaba de la cultura del trabajo, era común que el padre le enseñara su oficio al hijo, pero acá es diferente, es un trabajo muy peligroso, los niños no conocen las reglas viales y están expuestos continuamente a accidentes* y a revolver basura, y son niños que no saben leer ni escribir, que su vida es eso. Sus hermanos de 25 años, tampoco saben leer ni escribir”, “ellos tienen que meter las manos en esas bolsas, es insalubre y peligroso”, enfatiza Alejandra.11152349_821733237912887_2671459167659622417_n

*Me cuentan que un claro  ejemplo es lo que sucedió hace pocos días. Un auto se quedó sin frenos, chocó a un carro, el caballo quedó ileso, pero el niño que conducía el carro tenía 7 años, cayó a la calle, sufriendo hematomas y quebraduras en un brazo.

Pienso en Los condenados de la tierra, un libro de Frantz Fanon. Para este autor, el significado de condenados es el “no ser”. Él abogaba por la liberación de los negros en Argelia, colonizados por los franceses y por la creación de un hombre nuevo y un mundo socialista. Como en Argelia y en el mundo, en el fenómeno de la TAS, hay una realidad llena de violencia. “Los niños -explica Alejandra- y los adolescentes, son los peores a la hora de manejar un caballo, son los más violentos, los que más golpean, tanto a golpe de puño como a latigazos y no saben conducirlo” (verás caballos desnutridos, con lastimaduras en sus patas, en su cabeza, tirando del carro con heridas sangrantes, algunos sin un ojo; producto de un golpe) Esos niños y esos jóvenes son los condenados de la tierra, son violentos porque es lo que viven, violencia. El caballo se convierte así en una herida abierta, es la víctima, que, a su vez, sufre la violencia de otras víctimas, esos niños y jóvenes que “no van a ser otra cosa que carreros”, sin, por ejemplo, poder leer a Fanon (con quien se sentirían comprendidos) porque, entre otras cuestiones injustas, no pudieron ir a la escuela.

Una noche, en La matera –villa conocida como “pesada” del distrito de Quilmes- una yegua que agonizaba en un zanjón, es apuñalada varias veces por “su dueño”, me explican Alejandra y Romina, que la intención no era “eutanasiar” al animal para que no sufriera, si no para que muera de una vez, ya que la asociación estaba por llegar al lugar y “ellos- los carreros- no quieren quilombos”, ya que después policía y fiscalía deben averiguar quién tenía el caballo y “no quieren ser molestados”. En ese mismo lugar, aparece el cadáver de una niña, que llevaba varios días ahí. La niña y el caballo en la misma situación. La vida no vale.

El mundo de la TAS, al que se enfrentan todos los días Caballos de Quilmes y las muchas, por suerte, organizaciones contra el maltrato animal que existen en la Provincia de Buenos Aires, es un mundo de violencia. Mundo que evidencia que no vale la vida de un animal, porque tampoco vale la de una niña.

 

La TAS es el centro de un sin fin de negocios

La estigmatización siempre aparece en las discusiones frente al maltrato animal que ejerce la mayoría de los carreros, algunos los llaman “los sin alma”, otros se refieren a ellos como “entes”. Del otro lado algunos se defienden con carteles que dicen “ser carrero no es delito”. Acarrear basura que será seleccionada y vendida para ser reciclada, no es delito, es un trabajo informal, sin ninguna regulación estatal, que permite sobrevivir a cientos de miles de familias a nivel nacional*. Pero, este trabajo, como tantos otros, está trazado por el delito, del cual el maltrato animal es el que da nacimiento a esta nota. Y debemos decir, es un trabajo, signado por un Estado que no da mejoría al trabajo del carrero y que tampoco ayuda a que su vida sea digna.

*A nivel nacional se calcula la existencia de 200.000 caballos carreros. En la Matanza son 17.000 los equinos empleados en ese trabajo, y 2000 los que se calcula están activos en Quilmes. Tengamos en cuenta que varios mueren por día, pero en seguida son reemplazados por unos “nuevos”, lo que hace que las cifras nombradas se mantengan.

Alejandra y Romina explican que el trabajo del carrero “beneficia a muchos. La basura es el negocio del último siglo, por ejemplo al Ceamse – que se encarga del “tratamiento” de residuos urbanos- cada municipio le paga x millones de pesos por x toneladas de basura, si los desechos no son recogidos por el servicio de recolección, para ellos mejor, menor cantidad de residuos e igual cantidad de dinero, es basura que se está llevando el carrero, y gratis”. Otro eslabón que se beneficia a costillas del carrero, son centros de diagnósticos “Por ley los desechos patógenos deben ser tratados, el servicio de residuos patógenos cuesta unos $500 al mes, lo que hacen algunos centros es darles las bolsas llenas de esos desechos al carrero, que se lo lleva por 50 pesos, y recordemos se los lleva a su casa”, explica Romina.11071441_821733197912891_8782866423859048770_n

Lo recogido para reciclar se lleva a los llamados “galpones”, son los grandes galpones de los acopiadores. En la cadena de la TAS, estos son los que se llevan la mejor parte y son los que deciden cuánto vale el kg de cartón, de plástico, de papel, etc. Caballos de Quilmes afirma que muchos de los acopiadores son funcionarios del municipio. Podemos intuir por qué desde el poder político y desde el poder judicial no se actúa seriamente contra la TAS.

Otro gran negocio es la carne de caballo. Según Caballos de Quilmes y otras ONG’s defensoras de los equinos, en la Argentina son alrededor de siete los frigoríficos que se decidan a la carne de caballo, los cuales matan 600 equinos por día. No existen en nuestro país criaderos de caballos, de dónde salen los caballos que vemos cada vez con  más presencia en Quilmes y en el conurbano? ¿De dónde salen esos caballos que serán vendidos como carne de exportación? Romina me contesta que la respuesta es el cuatrerismo: son los que roban caballos, de diferentes campos, con la venia de la policía. También, nos informan estas valientes luchadoras que han “visto policías pagar con cheques de frigoríficos de caballos”, “los policías liberan las zonas” para que los robos se efectúen.

Los caballos robados, serán faenados en frigoríficos, otros serán vendidos a los carreros, o alquilados a los mismos. Pero, juntas pensábamos que el número de caballos en circulación, ya sea para su faenamiento o uso carrero, es muy alto, nos permitimos teorizar en la idea de que algunos “campestres” se dedican a criar caballos con el único fin de que sean robados. Si no, ¿cómo se explica?1463169_821733121246232_485996656163251192_n

 

Ante la pregunta de ¿por dónde empezar? Alejandra me responde sin titubeos, “por el principio”. Y ¿cuál es el principio?, le pregunto. El respeto a las leyes, me contesta y agrega, “el cumplimiento de la ley 14.346 de protección animal que, aunque merece cambios porque las penas son nada, está pensada desde la tracción a sangre, y ve el golpe al animal como delito”. Otra legalidad a cumplir es la Ordenanza que prohíbe la tracción a sangre en Quilmes, sancionada en 2012. Desde esa fecha a hoy, la TAS y la violencia que ella encierra, no han hecho más que crecer*.

Y aquí sale al podio el nombre del Intendente, Francisco “barba” Gutiérrez, que nada hace para hacer valer estas leyes, ni mejorar la calidad de vida de los carreros. Es señalado como responsable de que hace varias semanas la policía en Quilmes tiene la orden de no asistir denunciadas relacionadas a caballos, aún así estén agonizando en la vía pública. También denuncian el hecho de que Fiscalía de Quilmes está dando a los carreros responsables de delito de maltrato animal, los datos de sus denunciantes.

*Aquí te comparto un documental que podes encontrar en internet, muchos capítulos se refieren al distrito de Quilmes, sin embargo cualquiera de sus partes es sinceramente explicativa del complejo universo que conlleva el trabajo del carrero y del que lo ayuda, y que muchas veces es su víctima: el caballo. https://www.youtube.com/watch?v=qlP_mDc9pWU

 

Hay mucho más para contar

La conversación con las dos activistas de Caballos de Quilmes, fue de más de una hora. Aquí he volcado sólo “la punta del iceberg”. En una segunda parte merece ser escrito el flagelo que viven los diferentes caballos: el que es alquilado por día, el que alquilan por hora, las formas de colaborar con el caballo y con el carrero que puede ejercer cualquiera de nosotros, los cambios que merecen las leyes, ya que para con el carrero maltratador denunciado no hay consecuencias. Cómo se hace una denuncia por maltrato animal. Y conoceremos las propuestas de sustitución de la tracción a sangre* y sus complejidades para llevarlas a cabo, en que trabajan las activistas entrevistadas.

Caballos de Quilmes realiza acciones para que termine la TAS y dentro de su trabajo, un día a la semana van a los territorios –las villas de Quilmes- y hacen lo que llaman ”operativos de vacunación”, también sanan las heridas de los equinos y conocen así, de manera real la situación social. También “hacen de puente” con otras organizaciones que llevan a cabo rescates de caballos, muchas veces hacen el acompañamiento legal en las comisarías, sobre esto cuenta Romina que “el rescate de un animal caído más todo el trámite legal que se debe hacer, puede llevar más de 10hs”.11203068_823851147701096_2021150173003311140_n

Ante la pregunta sobre qué es lo más triste y lo más feliz que le tocó vivir como voluntaria contra la TAS, Romina nos dice: “lo más triste es que son los fantasmas que nadie ve. Lo más feliz, cuando junto a un veterinario y un centro de rescate logramos levantar a Alexa, una yeguita caída en una zanja de villa Luján, que terminó abortando al día siguiente, pero hoy está viva”.

Alexa
Alexa

 

*El sábado 25 de abril de 2015, carreros de Paysandú-Uruguay y activistas por los derechos de los animales, caballos y público en general, en una histórica marcha, se movilizaron a favor de la propuesta Basta de TaS, pidiendo la sustitución de sus carros tirados por caballos, por motocarros. https://www.youtube.com/watch?v=35MUmMS8jDg&app=desktop

 

 

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