PENSANDO LA LUCHA HOY, UNA REFLEXIÓN ABIERTA

Hoy creo que se da el fenómeno en que hay lucha, pero no hay organización, sucede a nivel mundial. No hay organizaciones revolucionarias encabezando las luchas.

Por Isidro Segundo para Ancap

Hasta hace no mucho tiempo, eran las organizaciones las que, de alguna manera, permitían un camino encausable de las luchas. Pero hoy, las mismas organizaciones están yendo al fracaso, no encauzan y no dejan legado. Esto sucede, por ejemplo, en Irlanda y en la España vasca. Los trabajadores vascos e irlandeses ¿saben lo que pensaba el IRA o la ETA?, es decir, ¿por qué luchaban? Que lo desconozcan creo es muy grave.

Considero que el problema que han tenido las organizaciones revolucionarias como las nombradas arriba ha sido y es, la institucionalización. Ella ha afectado de manera alarmante al movimiento revolucionario. Ejemplo: ETA tiene cientos de presos en condiciones inhumanas, semanalmente se mata y detiene en España y Francia a sus miembros, sin embargo no se ve ningún viso de recuperación, lo mismo ocurre con el IRA: cuyos cuadros mueren más en supuesta paz que en los tiempos de confrontación con el Gobierno británico. En Grecia se ha criticado severamente al Partido Syriza, pero ¿con qué organización hubiera podido contar para enfrentarse a la comunidad económica europea?

Con institucionalización me refiero a que los miembros líderes o considerados más capaces en esas organizaciones, se han profesionalizado para ser parte del sistema. Se reciben de abogados, hacen masters y terminan formando parte del Parlamento. Son Partidos de profesionales (mejor ejemplo que Syriza no hay) y ello los aleja de las bases y hace que los trabajadores no vean la ideología revolucionaria que, supuestamente sustenta al movimiento, si no que se convierten en simples electores, votantes. Y, por supuesto, no hay una conciencia crítica hacia la democracia. Que es una democracia burguesa.11226906_915905675162309_2566655932475142460_n

 

América Latina no se encuentra diferente a Europa. En la reciente caída de Otto Pérez Molina (en agosto de este año, por graves delitos de asociación ilícita), la izquierda revolucionaria no llegó a los 8.000 votos y Rigoberta Menchú (quien supiera ser la voz de los pueblos) apoyó a la segunda fuerza electoral de derecha.

Más cerca de nuestro país, el famoso Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, tal como lo conocemos, está al borde de la desaparición… mientras que antes de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, eran miles las hectáreas tomadas, hoy son solo “unas cuantas” y algunas no pasan de los portones porque se ha descubierto que son haciendas de Ministros de Gobierno del PT, ministros “compañeros”. En Perú, Bolivia y Ecuador aumenta día a día la lucha indígena, sin embargo no hay, y parece que no va a haber, una organización revolucionaria que pueda encauzar esos hechos.

En Paraguay es lo mismo, el campesinado aumenta su lucha, pero no hay ningún tipo de articulación con el Ejército del Pueblo Paraguayo. Partido revolucionario formado por campesinos pobres.

 

¿Ha perdido vigencia la ideología revolucionaria? ¿Los pueblos y las organizaciones se convencieron del fin de la historia?

Si bien las dos formas de lucha que adoptó la izquierda revolucionaria, esto es: la recomposición del tejido social y la lucha armada, han parecido fracasar, la necesidad de liberación en los pueblos sigue latente.

Luchas hay y el pueblo pelea como puede. La gran lección que tenemos es que hoy no hay espacios para iluminados. En los 70s la izquierda se portó como los que traían la luz, la sapiencia, como los que podían, tenían, la capacidad intelectual de llevar el pueblo al triunfo definitivo. No fue así.

En el pasado la izquierda no pudo y no supo guiar, y hoy no hay encauce. ¿Qué sería el encauce? que los pueblos mismos sean los que tejan su futuro. Y sucede que cuando la violencia institucional se hace presente, los pueblos tienen enfrente a la Infantería. ¿Qué hacer frente a ella? No hay nada organizado desde el pueblo que se le oponga a esa fuerza de represión. No existe en las luchas ideas de repliegue, de estrategia ni de logística frente a la represión.

Y… hablando de organizarse por sí mismos, podemos preguntarnos… ¿Por qué los pueblos delegan en los gobiernos? ¿Por qué se sigue creyendo en el voto? Por decir algo podemos comenzar con la falta de reflexión crítica, la falta de ella hace que en los pueblos se halle una mentalidad de no salida. En los años 70 los ricos no andaban por la calle porque tenían miedo de ser presa de la guerrilla, hoy no hay eso. Había, en esos tiempos, un imaginario crítico en las masas, no estaba mal visto que se secuestrara y que con esa plata se llevara alimentos a las villas. Hoy no hay otra cosa en que creer que no sea la democracia burguesa y la posibilidad de ser consumidor.

Por ejemplo, una dura analogía: la existencia de femicidios ¿por qué? porque para el violento no hay alternativa, ellas son como diosas. La sociedad se ha (o se la ha) convencido que no hay alternativa más que esta democracia. ¿Cuántas veces hemos escuchado decir, con todo y sus problemas es el mejor sistema que hemos creado? Es el sistema que se ha sabido imponer a base de violencia y de ideología materialista. Pero no es el mejor, y si los pueblos se avivan no tiene por qué ser eterno.12193626_915906371828906_248246954631746619_n

¿Será en el imaginario crítico donde comienza todo? ¿Por qué, qué alcance político puede tener un nuevo imaginario? ¿Es una manera de empezar a encontrar respuestas? ¿Es una manera de pensar que las cosas se pueden hacer de forma diferente?

A raíz de ver diferente, pienso por ejemplo: la idea de Justicia. Los trabajadores y oprimidos, no ven que la Justicia sea de clase, que tenga en su dicatmen y hechura una concepción de clase. Pero sí lo es, la Justicia es también clasista, hecha por y para las clases dominantes.

Ciudadanía y clase

Y la idea de ciudadano, ¿es la que debemos defender los que luchamos? El concepto de ciudadano en esta democracia, tiene status, es el que paga los impuestos. El otro, el pobre y delincuente, es el que no los paga, entonces no es ciudadano, no existe. No hay en la sociedad una concepción de clases, si no de ciudadano. Entonces al que va bien vestido, no se lo ve como enemigo. Son visiones muy superficiales y materialistas con las que se manejan nuestras sociedades. Ese es un claro triunfo de los dominantes. Y pensar que el pobre sí paga impuestos, el más alto y regresivo de todos, el IVA.12219525_915905835162293_3807275042063529543_n

El tema de ciudadanía, el porte de color, el contenido racista en esta democracia, la violencia de la policía yanqui, que recorrió el mundo hasta no hace mucho tiempo. Acá, esa violencia, ocurre sobre los jóvenes pobres. Las fuerzas represoras del Estado los matan como quieren porque no hay contrapeso. ¿Qué organización revolucionaria se solidariza con ellos? No hay contrapeso ni ideológico, ni práctico, frente a las barbaridades que comete este sistema capitalista.

El colapso de la ideología clasista, de que entendamos que nos somos amigos, si no que somos clases sociales donde unos viven a costillas de los otros, nos está sumiendo en una especie de tragedia.

Se me vienen a la cabeza las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), ellas negocian con el Estado neoliberal colombiano, mientras el nivel de lucha campesino avanza y no cesa de crecer, ¿van a contramano del pueblo? En algunos aspectos el pueblo está más avanzando que las organizaciones de izquierda, pero el pueblo, estando solo no va a lograr una trascendencia política de poder.

 

Hay empate

Considero que la burguesía hoy no tiene salida. No puede generar las salidas que le resolvían la situación con las clases bajas en otros momentos, como lo fue el Estado de Bienestar. La crisis está demostrando que el capital no tiene plan se salida. Y la correlación de fuerzas nuestra es terrible, no hay campo de construcción de poder para reforma ni para revolución. Hay por eso un empate; los burgueses no pueden compartir hacia abajo, los gobiernos progresistas no supieron garantizarles nada, por ejemplo, han aparecido movimientos sociales en contra del extractivismo, y eso es un problema para la clase burguesa, porque es su salida económica fuerte y de existencia (la energía es lo que hace mover el mundo).

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Otto Perez Molina ex presidente de Guatelamla

Los gobiernos porgresistas han demostrado que no pueden manejar a los pueblos que se levantan contra el extractivismo.Y eso para el capital es un problema, un problema que quiere resolver, me pregunto, ¿cómo lo hará?. Ni ellos ni nosotros estamos sabiendo para “donde agarrar”. Hay una especie de empate, ya que nosotros tampoco tenemos idea de qué hacer, más que resistir.

Cómo terminará la contienda, entiendo que nosotros los pueblos, estamos en una crisis civilizatoria y que el capital lo que nos propone es un suicido colectivo.

Y en esta contienda el Estado no es un amigo. Sólo nos tenemos a nosotros mismos. No podemos llamar a la paz con los ricos, si no a la solidaridad entre los pobres, debemos solidarizarnos y aprender, porque nadie nos va a venir a enseñar.

Respecto a que el Estado no es un amigo, hay que tenerlo claro. Y que hoy una reforma que favorezca a las mayorías no se avisora. El capital va a hacer lo que sabe hacer: destruir y acumular. Famatina y su pueblo volvió a triunfar, pero la política de desarrollo extractivo ha llegado para quedarse. Debemos comprender que no es posible un capitalismo bueno, ni humano.

Cuál es la salida? el capital nos propone muerte, por ende esa no es una salida, al menos creo yo, no estaríamos de acuerdo con ello ¿verdad?, entonces queda el hecho histórico en que la salida la tenemos que proponer nosotros, los pueblos.

 

 

 

 

 

 

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