Las últimas dos semanas, los 78 hospitales bonaerenses realizaron paros de 72 horas comandados por CICOP, como medida contra la falta de respuestas de los gobiernos de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri. ANCAP te brinda un panorama de lo que pasó y lo que vendrá respecto a la salud pública en la Provincia de Buenos Aires.Por Diego Ferraro.
A tono con las políticas de Estado aplicadas desde la llegada de CAMBIEMOS al gobierno, los trabajadores de los hospitales públicos sufren el desdén generalizado del equipo de trabajo que comanda el Ingeniero Mauricio Macri. La oferta realizada desde el gobierno nacional en las reuniones por las paritarias para los trabajadores de la salud fue rechazada por ser una cifra tan irrisoria como insultante: mientras CICOP se sentó a la mesa de negociaciones con un reclamo de un aumento salarial del 40%, la propuesta del Ministerio de Trabajo apenas supera el 11%.
En detalle, la propuesta del gobierno es por un período de seis meses, con un incremento del 5,10 % sobre básicos del mes de diciembre de 2015 para los meses de enero y febrero, y un 15,06% sobre la misma escala a partir de marzo, dando como resultado un incremento mensual real del 11,6%. La propuesta para residentes no dista en demasía, siendo del 5,07% y el 15,16% respectivamente. Para los reemplazos de guardia, en cambio, no hubo propuesta alguna de incremento salarial, informaron los delegados de CICOP.
Estas reuniones se dieron en el ya lejano mes de marzo, el mes de abril transcurrió entre la reiteración de las mismas propuestas y hasta incluso en algunos casos en la cancelación por parte de las autoridades gubernamentales de las citas pactadas para continuar la discusión salarial.
Como respuesta, en las dos primeras semanas de abril, los 78 hospitales bonaerenses realizaron paros de 48 horas, agudizándose la medida de fuerza en las últimas dos semanas, cuando se incrementaron a 72 horas las jornadas sin actividad.
Plan de lucha y pasos a seguir
Para la semana entrante, el sindicato resolvió mantener el cese de actividades durante otras 72 horas, estipuladas para los días martes 3, miércoles 4 y jueves 5 de mayo. En un comunicado que se emitió como resultante de su más reciente congreso, el gremio explicó: “Se evaluó que estamos en un momento de alta tensión acumulada en nuestro conflicto. Por un lado, venimos in crescendo en el tenor de medidas, paros y movilizaciones, realizadas con mucha fuerza y convicción, pese a la ausencia de nuevas propuestas tanto en lo salarial como en lo previsional y sanitario. Por otro, pese a la prolongación del conflicto, el Gobierno provincial tampoco logra definir la pulseada a su favor ni despejar completamente a otros sectores en conflicto. Por ello, luego de nueve semanas de lucha, seguimos realizando acciones coordinadas y unitarias (…) Debido a todo ello, se definió darle un nuevo impulso a los próximos pasos del plan de lucha con mantenimiento de 72 horas de paro y programando una medida fuerte y distintiva del sector Salud para intentar inclinar la balanza hacia nuestro lado. Habida cuenta de que esta semana, si bien aún no hay convocatoria a paritaria, se realizarán varias reuniones con autoridades y necesitamos concurrir a las mismas con la mayor presión, resolvimos marchar nuevamente a La Plata, articulando con el gremio de Judiciales”.
Asimismo, se citó también para este martes 3 a las 10 de la mañana a lo que denominan “la marcha blanca”, que se concentrará en la Plaza de los dos Congresos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la cual además de llevar adelante los reclamos anteriormente mencionados, se instalará una Carpa Central con el propósito de mantener y hacer visible protesta, y permanecerá hasta que las demandas sean cumplidas, trayendo al recuerdo popular la mítica Carpa Blanca de los docentes en los ’90, en protesta contra el gobierno menemista.
En estos tiempos de ajuste y de beneficios al sector privado en demérito del sector público, ni la salud queda exenta de la indiferencia gubernamental. A los recortes en la entrega de leche y beneficios sociales para recién nacidos, la falta de insumos y la sobrepoblación de las salas, se agudiza la precarización y se deprecia el salario de los profesionales, convirtiendo a la propia salud pública en un enfermo terminal.
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