MAURICIO MACRI: EL HIPÓCRITA NÚMERO UNO

Por Noemí L

Por dónde empezar, tantas cosas para decir sobre Mauricio Macri y su gobierno de empresarios. Pero, se me ocurre arrancar por lo que sentí al oír el soliloquio que se mandó “Capitán veto” (como ya muchos lo estamos bautizando) en Cresta Roja, donde anunció con bombos y platillos el nuevo veto, esta vez dar de baja la posibilidad de una barrera a los despidos.

Macri y su discurso me dejan sin palabras. Sin palabras porque no puedo creer el nivel de cinismo y de hipocresía que hay en él.

Decir también que suelo hablar con los comerciantes, y la hipocresía del discurso macrista resuena en sus voces con esta palabra: esperar.

Me pregunto ¿qué hay que esperar? ¿Tan marionetas somos?

Somos un pueblo ¿rebelde o cabizbajo?

Sí, hay marcha, paro y movilización, pero seamos sinceros, ¿esa es la forma de contraatacar semejante avanzada hacia nuestros derechos básicos?

Lo poco que el sector trabajador asalariado o no, había logrado obtener. Tras la miseria, precarización y hambre instalada por las políticas del menemismo y, su máxima expresión: la crisis del 2001, con la avanzada macrista, comienza a esfumarse. Y parece que estamos como esperando… esperando ¿qué?

Decía, no puedo creer el cinismo y la hipocresía del discurso macrista y no puedo creer que sectores de todas las edades aun le crean, crean en su discurso de búsqueda de pobreza cero, crean que su obsesión (como dice en todos sus actos) es la generación de empleo digno.

La “hipocresía Macri” comienza desde el mismo lugar donde está parado: su “equipo” (otro lugar común de su discurso) construyó una fachada de creación de trabajo, con los ex, ahora actuales, trabajadores de Cresta Roja situados tras él. La quiebra de esa empresa, dueños a los que en este discurso Macri se refirió como “buenos empresarios”, no sólo no creó trabajo, sino que dejó a más de 1000 en la calle y los que están pudieron volver bajo el  acuerdo (extorsión) de empleo por 3 meses a modo de prueba (mejor llamado flexibilización laboral y no trabajo digno como Macri insiste denominar a estos puestos de trabajo).

La sonrisa de “Capitán veto”, siempre presente, es otra marca registrada de su hipócritadiscurso. Y hago una pausa… que precaria y débil debe ser la unidad y lucha de los trabajadores, para haber aceptado un acuerdo como el nombrado arriba y prestado sus caras para el escenario de la mentira. Para una escenografía miserable que encubre nuevos despidos y nuevo empleo precarizado. Hay que buscar la respuesta en la llamada “comisión interna” ahí, dicen, están los que negociaron con el Pro esta barbarie.

Ni bien arranca su discurso Macri dice “Una nueva etapa  empezó en la argentina, la de poder elegir un buen trabajo”. ¡Se nos ríe en la cara!

Luego sigue “Un proceso de inversión que ya empezó y que Cresta Roja es un ejemplo de ello”. El hipócrita no dice que sólo se está trabajando un turno en sólo una de las plantas de la empresa -cuando antes había cinco turnos y dos plantas en funcionamiento-, tampoco dice el sonriente millonario corrupto que no se les reconoce la antigüedad, que han tenido una rebaja salarial y les han aumentado los ritmos de trabajo.

Cuando Macri dice Cresta Roja es un ejemplo de ello, en realidad no nos está hablando a nosotros, a la plebe, le habla a sus colegas, a los empresarios, a las multinacionales y al capital financiero: miren esto es lo que se viene, rebaja salarial, quita de derechos, apoyo irrestricto e impunidad a los empresarios. Las inversiones que este “equipo” espera es para producir esa nueva realidad política: que crezca el empleo en negro y que el empleo en blanco sea totalmente precario para el trabajador. Y cómo todos esos condimentos van a estar, también se garantiza  una mejor manipulación del empleado, que no va a levantar la cabeza por miedo a perder el laburo. Nada nuevo estoy escribiendo, creo que ya sabemos que es así la historia que viviremos estos años, pero no se quizás me equivoco, por algo tantos  han votado al hipócrita y siguen creyendo que él quiere lo mejor para nosotros.13321696_1024441924308683_2763299586943025063_n

Quizás esto último tenga que ver con la enseñanza eclesiástica de poner la otra mejilla, cuando aprenderemos que Jesús también dijo “traigo el fuego, traigo la espada”, refiriéndose a ahogar el poder de los escribas (los intelectuales propietarios de la época).

 

Mi compromiso es generar trabajo”, dijo más tarde, y agregó: “pero no es la forma imponiendo leyes arbitrarias. Y yo le digo al mundo que aprendimos de nuestros errores, estas leyes destruyen trabajo. Como cuidamos a  los trabajadores de cresta roja, cuidamos a todos

No hagamos cosas que no sirven

Leído esto, me pregunto, ¿cómo hace para ser tan caradura? Desde que asumió no hace más que generar desempleo y aumento de precios, todo en forma arbitraria, sobre todo empleando el uso de decretos de necesidad y urgencia. Arbitraria es su política, no la propuesta ley antidespidos que, aunque no es de mi devoción porque me parece una medida tibia y tonta legislar que no se eche gente de su laburo por el lapso de 180 días, fue generada desde los sindicatos y trabajada en el Congreso.

Arbitrario es él y su accionar déspota hacia los millones de laburantes.

Me pregunto, cuando “Capitán veto” enuncia “le digo al mundo”, qué será el mundo para él, a quiénes les estará hablando? A los buitres? A Turner que vino de la mano de Obama para quedarse con el negocio del fútbol? A las mineras, que tienen piedra libre para robar y destruir? A sus amigos europeos millonarios que hacen lo que quieren con nuestras tierras? Cuál será ese mundo? Pero, estoy segura que al mundo latinoamericano no se refiere. Bah, puede ser, quizás sí al mundo político de derecha de Brasil.

Juan Jose Aranguren
Juan Jose Aranguren

Esta hipocresía como forma de hacer política, encierra para mí lo que es el gobierno de Macri, una dictadura de las corporaciones, sí, es una dictadura. Una dictadura a la que los sectores trabajadores y oprimidos les importan un bledo. Estamos en segundo, tercer, cuarto plano.

Es, como ya también muchos se han decidido a catalogar; un gobierno de ricos. Estamos gobernados por corporaciones y empresarios, sectores concentrados que nunca van a gobernar a favor de nuestros intereses: de los trabajadores y oprimidos. Y, en cuanto a trabajadores, le digo a la clase media que ella también lo es, lo aclaro porque, por ejemplo, sé que muchos docentes no se consideran obreros, ¿qué hacen marchando y formando sindicatos si no?

Se nos vienen malas, muy malas, y como que recién nos estamos dando cuenta.

¿Hasta dónde pensará llegar esta dictadura corporativa? El límite del ajuste es el ajustado. Pero acá no hay solo ajuste si no una destrucción de todo lo cultural que deja respirar a los trabajadores y oprimidos: los centros culturales, los clubes de barrio, el teatro independiente, el teatro a la gorra, comedores y lugares de entretenimiento para los más desposeídos, todo ello irá cerrando sus puertas. Todo ese mundo irá desapareciendo, para que eche raíz el mundo corporativo y empobrecedor que Macri espera.

Todo lo que da un poco de aire y de intelectualidad, como las universidades para los trabajadores es y seguirá siendo socavado. Esta dictadura corporativa es política, cultural e ideológica, no es solo económica.

Ministros ideológicos

Fue sabido en su momento, pero me gusta hacer algo de memoria para evidenciar un poco más lo hipócrita de Macri cuando nos reitera una y mil veces en ese discurso de precarización laboral en Cresta Roja y en todos los discursos que emana últimamente, sobre la idea de que “trabajando juntos con confianza” es como se genera trabajo en nuestro país. La confianza y la unidad son de sus ministros para con un modelo de país que están construyendo.

Los ministros de las carteras más sensibles son empresarios. Es lógico que sus ideas de país no son las de fomentar trabajo digno y bien remunerado, donde el trabajador pueda exigir y tenga una vida cada vez mejor, y un acceso a la cultura y a los placeres de la vida. Todo lo contrario, un empresario aspira a ganar lo máximo posible con costos cada vez menores y en el menor tiempo posible. Y no le importan los cotos humanos y medio ambientales que conlleve lograr esa ganancia. Así piensan sus Ministros. Y donde el Estado para ellos es una herramienta de ese enriquecimiento, un garantizador de negocios, y, en todo caso un “bombero” que sí debe usar fondos para arreglar lo que ellos arruinan. No desean un Estado como estructura que converja en generar más y mejor trabajo, y en  estar al servicio de las necesidades de las mayorías.

La hipocresía macrista te hace creer que Guillermo Dietrich, Ministro de Transporte, es un buen tipo y desea lo mejor para vos, porque va a su “laburo” en bicicleta.  Ese tipo, que es el dueño de la mayor concesionaria de autos del país, tiene la osadía de decir en conferencia de prensa, que 6$ (mínimo del boleto de transporte en colectivo) no es nada y que, en todo caso, podes hacer como él, ir en bici a tu trabajo.

Guillermo dietrich
Guillermo dietrich

Ellos ¡no tienen idea de lo que son nuestras vidas! Y tampoco les interesa saberlo. No son esos los números que miran, si no los macro números, los que ellos apuestan, a costa de nuestro sudor y precariedad, en el capital financiero.

La hipocresía macrista te dice con una sonrisa enorme que tus verdugos son los que él pone a velar por tu seguridad. Por eso nombra al que fue Presidente de Shell como Ministro de Energía a Juan José Aranguren. Es como que nombren custodio de tu vida al hijo del que quiere matarte. Ese chanta también es osado, hace poco, ante los constantes aumentos del combustible dijo: “si la nafta es cara, nadie cargaría”. Así que vos le pones algo de combustible a tu auto y te quejas y decís hasta cuando, y hasta dejas de usarlo, porque pensás que la nafta sigue siendo barata. Y tener en cuenta que en todas las regiones del mundo el petróleo baja, y por tanto lo hacen así sus derivados, menos acá, cada mes pagamos más por la misma cantidad de combustible. Somos muy tontos los laburantes argentinos.

Igual mejor, Macri y su equipo le hacen un bien al medioambiente, porque si miramos los números de abril de 2015 en Argentina circulaban 11,5 millones de vehículos y era el país (lo sigue siendo aún) con más unidades por habitante de la región.

Marcos peña
Marcos peña

Después otros que se enriquecieron con la era kirchenrista, son mano derecha de los Ministros como Gustavo Lopetegui, Ceo de la línea de aviación chilena LAN y Mario Quintana, Presidente de Farmacity, que fueron nombrados con cargos por Macri para “moderar y coordinar” las reuniones de ministros del Jefe de Gabinete, Marcos Peña. Lopetegui ya está haciendo bien su trabajo quitando a Aerolíneas Argentinas tramos y horarios. Y Peña se vale de nuestra empresa de aviones para alojar pilotos en su hotel de El Calafate. No te olvides, todos los Ministros de Macri son empresarios, y tampoco olvidemos, nadie se hace rico trabajando (si no haciendo que otros trabajen para uno y teniendo de socio al Estado, esa también es la fórmula de la familia Macri, nadie zafa, hasta familia de Macri está enlazada con el tan nombrado Lázaro Báez). Ah y Peña nombró como Secretario de Comercio de la Nación a su primo Miguel Braun, con el que tiene propiedad de dicho hotel, llamado “El esplendor”.

Podría seguir con la hipocresía macrista. Pero es todo por hoy.

Sólo decir que me gustaría escribir sobre cómo empezamos a levantarnos contra esta dictadura corporativa, que viene a robarnos todo, y a sumir en hambre miseria y despolitización todo lo que toca.

 

 

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