Por Juan Alberto Pérez
Tal como sucediera en aquellas jornadas de mayo de 1969 en la provincia de Córdoba son los trabajadores quienes vuelven a poner en jaque a un gobierno que da rienda suelta para desarrollar la política neoliberal que azota al país. Se cumple la primera semana de paro de los trabajadores de transporte en la capital cordobesa en medio de un clima álgido debido a la escasa respuesta para la demanda de los trabajadores y la creciente militarización de las calles de la “docta”.
La situación que viven los trabajadores del transporte es crítica. Por un lado, el descontento por el acuerdo salarial del 21% impuesto desde la central gremial nacional.Por otro lado, 86 despidos trabajadores de las empresas Ersa, Aucor, Coniferal y Ersa. Asímismo, desde septiembre del año pasado existe una situación de acefalía en el gremio de UTA Córdoba, que provocó la intervención del mismo a pesar de que los trabajadores no se sienten representados.
Desde la órbita del estado, dentro de un gobierno adepto a la alianza gobernante del país, en lugar de generar puentes de acercamiento entre las partes, y darle una solución política a la cuestión, han decidido apoyar a los empresarios de transporte garantizando el funcionamiento de servicios con custodia de Gendarmería Nacional, Policía Federal y la policía provincial. Además, se firmó un acuerdo con las autoridades de UTA Nacional, a cargo del dirigente oficialista Roberto Fernandez; y los empresarios del sector. En el mismo se desestimarían los despidos pero no plantea la negociación salarial, ni la recomposición de las sanciones por paro, ni otras reivindicaciones que iniciaron el conflicto.
Para peor, desde la conducción de UTA se rechazó la medida de fuerza tomada por los trabajadores cordobeses. En un comunicado marcaban que “De persistir los trabajadores en el incumplimiento al acatamiento de las directivas de nuestra entidad, quedarán fuera de la cobertura gremial de UTA, debiendo asumir las consecuencias de su incorrecto proceder”. Los trabajadores desconocen a las autoridades gremiales que han puesto como interventoras de la central cordobesa. Actualmente el interventor es Luis Arcando, quién fuera elegido por la conducción nacional de UTA luego del desplazamiento de la junta que lideraba al gremio en septiembre del año pasado. Fernández y compañía habían destituido a dicha junta encabezada por el dirigente Ricardo Salerno por “incumplimientos del estatuto” y otras supuestas irregularidades, debido a una serie de medidas de fuerza tomadas por los trabajadores sin el consentimiento de la entidad nacional.
Para este lunes 12 se convocó a un paro general con el apoyo de las dos ramas de la CGT provincial, CTA y la participación de gremios emblemáticos en la región como Luz y Fuerza Córdoba, y los estudiantes que cuentan con una amplia organización y participación en la provincia. Mediante una Mesa de Enlace de los Gremios de Córdoba conformada por esta situación se destaca que “Estamos convencidos que, por atrás de esta persecución, vienen por todas las protestas, vienen por nuestros dirigentes, vienen por nuestras conquistas”.
Imágenes: Fuente Télam- Mucho Palo Noticias
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