Redacción ANCAP
La desidia y negligencia de los funcionarios del Municipio de Lanús y la empresa EDESUR son los responsables del fallecimiento de estas personas. La falta de suministro eléctrico provocó que las familias tengan que calefaccionarse con fuego, lo que provocó incendios en las casillas del barrio. El silencio de medios de comunicación y de funcionarios es ensordecedor. Aún se espera que se provea de un generador eléctrico para evitar nuevas fatalidades.
A veces escuchamos que “el capitalismo mata”. Muchas veces no le damos la verdadera dimensión de lo que la frase implica. Pero hay casos que demuestran que eso está latente todos los días. Porque no sólo lo vemos en lo que sufren los que se quedaron sin trabajo, en los que viven en la calle, los que no tienen un plato de comida al final del día. También lo observamos cuando existe la indiferencia de un estado que permite que los poderosos se lleven por adelante la vida los más vulnerables. Porque lo entendemos cuando las multinacionales, que vienen a saquear los recursos de un país, por no tener los límites establecidos, se preocupa muy poco en cumplir su deber de dar servicios de calidad e ininterrumpidamente. Esto es lo que sucedió en el barrio ACUBA en la localidad de Lanús estos días. La desidia de un estado que no está en los barrios, sumado a la voracidad de los empresarios, que tienen clientes de primera y clientes de segunda, se llevó puesta la vida de siete personas, seis de ellas menores de edad.
Muertes absurdas, muertes evitables, vidas perdidas y familias destruidas porque los que menos tienen además son depuestos en la escala de importancia de un gobierno que está preocupado por cerrar listas, o poner una “bestia negra” de la oposición en la opinión pública, y tapa las necesidades que se viven en los barrios. Porque la muerte hace diez días de Luana, Mía, Eluney y Zoe (mellizas de 7 años las primeras, y bebés las dos posteriores) no fueron suficientes para los funcionarios de la municipalidad de Lanús; ni tampoco fueron prioritarias para la empresa distribuidora de servicio eléctrico, EDESUR, que no se encarga de garantizar el servicio para que los vecinos de ACUBA no tengan que calefaccionarse, en este invierno que arrecia, con fuego como si estuviésemos en la edad de piedra.
Pero a pesar de las quejas y las denuncias que presentaron los vecinos, junto a algunas organizaciones sociales, no hubo solución. Porque la prioridad está en otro lado. Es preponderante mostrar “gestiones eficientes” por parte de Grindetti, el intendente de Lanús; o planificar un nuevo aumento en las tarifas eléctricas por parte de los directivos de EDESUR. Así es qué, a pesar de las advertencias, de las denuncias por “estrago doloso” contra autoridades de todos los estamentos, hubo que sufrir la muerte de Daniel y Alexis, menores de edad, y de Daniel, tío de estos dos, de cuarenta y un años. Las causas son las mismas que la de las niñas, se quemó la casilla donde vivían debido a que tuvieron que encender un fuego para calefaccionarse, porque las estufas que tienen, a las que pueden acceder las seiscientas familias que viven en ACUBA, son eléctricas y hace más de 10 días que el servicio eléctrico es defectuoso. Sin embargo, podría asegurarse que las causas de estas muertes son la negligencia estatal y de la empresa.
Los incendios se produjeron en un radio de 100 metros. En un barrio que tiene al servicio eléctrico como el más esencial para su vida. Sin energía no hay luz, no hay calefacción y no hay agua, ya que las bombas que proveen de agua al barrio no pueden funcionar. Este hecho no levantó la polvareda que debería levantar algo como lo sucedido. No hubo tapas de diarios, no hubo videograph llamativos en TV, ni pronunciamiento de funcionarios, dirigentes políticos o eclesiales. Sólo hubo un silencio cómplice de un sistema que parece establecer que hay gente que no importa. “Si la luz se corta dos días en la Recoleta aparecen generadores por todos lados. Acá hay gente absolutamente olvidada a 10 minutos del Obelisco. Después alguien se sorprende si hay pibes que están recontra locos y quieren salir a hacer cualquiera a la calle” afirma Juan Grabois, dirigente de CTEP, en una entrevista para radio “Con Vos”, en referencia a lo que sucede en ACUBA.
Los vecinos se están haciendo sentir. Han cortado el Camino de la Ribera para llamar la atención, y también han manifestado su indignación frente a la sede de EDESUR de Lanús. “A veces a los movimientos sociales nos tildan de violentos, pero recién ayer (jueves 22) cuando nuestros compañeros de CTEP y los vecinos se enojaron, y fueron a EDESUR, e hicieron lo que tenían que hacer, que es un reclamo ruidoso, se dignaron a recibirlos y a prometer un generador” declara Grabois.
Sin embargo, el generador no aparece y las familias de ACUBA continúan en riesgo de que otras víctimas se puedan sumar a los siete anteriores. Pero además, lo más indignante es que se perdieron siete vidas, vidas que podrían haber continuado si no existiera este sistema que excluye y que encubre el saqueo y la desidia tanto de un estado ineficiente como de las empresas preocupadas en llenar sus bolsillos.
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